A pesar de la leve mejoría que exhiben las economías de diferentes países, la industria pesquera local aún no logra despegarse de las dificultades que la acorralaron en los últimos meses.
Los principales productos pesqueros siguen con precios bajos, los costos internos mantienen una tendencia alcista y las empresas evidencian problemas de caja para sostener la actividad.
En diálogo con Pescare.com.ar, el presidente del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (Cepa), Oscar Fortunato, analizó estas variables y fue determinante: “Lo peor de la crisis aún no pasó”, dijo.
- ¿La recuperación paulatina de algunos mercados no se va traduciendo en mejores condiciones para el sector?
- Todavía tenemos problemas con los precios de pescados blancos, mariscos y demás. Por otra parte, tenemos un problema de calidad. La Argentina no tiene una calidad uniforme, no tiene un piso y de ahí para arriba productos mejor presentados. A pesar de tener precios bajos, tenemos que elevar los niveles de calidad. Cuando uno no puede vender volumen, tiene que vender calidad y servicio. Nos pasó, creo, que en épocas de mayor abundancia nos hemos relajado. De todas maneras, sí, tenemos un problema de mercado serio.
- ¿Cómo evalúa la intervención del Gobierno para sobrellevar este difícil escenario?
- Se hicieron algunas cosas bien. El tema de la tasa de la tasa del gasoil (devolución) está funcionando bien. Las operaciones son rápidas. El tema que no hemos podido solucionar es el de la prefinanciación de exportaciones; pero eso es más un problema de los bancos, por la calificación que hacen de las empresas, que del Estado.
- Sin embargo, tengo entendido que existe malestar por el retraso con la devolución de los reintegros a las exportaciones…
- Hay muchas empresas que tienen dinero a cobrar. En este caso, no se hizo lo mismo que con la tasa del gasoil. La realidad es que sería interesante resolverlo porque está generando un problema de caja en las empresas. Para entender la magnitud de la cuestión, es necesario tener en cuenta que la pesca paga entre el 5, 7 y 10 por ciento sobre lo que envía al exterior. Esto tiene un reintegro del 1, 2 o 3 por ciento de acuerdo al grado de elaboración del producto, que acumulado en los meses se transforma en un capital importante.
- ¿Cuál es el tiempo de demora?
- Estamos teniendo una demora de seis y siete meses, cuando el período de devolución normal no debería exceder los cuarenta días de cumplido el embarque. Hay mil conjeturas para explicar esta demora, pero a mí no me gusta hablar de conjeturas. La realidad es que los reintegros no se están devolviendo.
- A esta situación de incertidumbre se suma que tenemos un puerto con una considerable reducción operativa. ¿Qué lectura hace de la postergación del dragado?
- Hablamos de un puerto de cruceros, de grandes veleros y tenemos problemas para mantener activo el canal secundario, ya ni mencionamos el principal que está fuera de uso hace muchos años. Tenemos que un buque con 260 contenedores tiene problemas para entrar (se refiere al barco de Maersk, cuyos armadores decidieron reducir a la mitad la carga que manejan en los muelles locales). Después tenemos a los barcos de Hamburg Süd que ya no entran más. Para situarnos en el mundo, es necesario tener en cuenta que en algunas partes los barcos de tres mil contenedores ya no alcanzan. No podemos seguir pensando en chico y el sector pesquero ha demostrado en Mar del Plata que se puede.
- ¿La draga “Mendoza” está en condiciones de despejar el acceso a la estación marítima?
- Yo digo lo que me dijeron. No soy un experto en este tema. La draga estuvo un tiempo largo parada, después la repararon en Tandanor y finalmente se trajo a Mar del Plata. Según palabras de la propia gente de Vías Navagables, está en un sesenta por ciento de las cosas que había que hacerle. Para seguir haciéndole cosas, se transfirieron 17 millones de pesos. De ese monto, el Consorcio, según me dijeron, lleva gastados unos nueve millones de pesos, incluyendo la partida reservada para el combustible. Esta es la realidad.
- Con los datos que usted menciona, ¿va a ser necesario disponer de una nueva partida de dinero para sostener la draga trabajando en el tiempo?
- No lo sé. Lo que sí digo es que necesitamos tener el canal primario y el secundario en condiciones. En este sentido, entiendo que, una vez que se repare el motor roto, la draga va a comenzar a sacar arena. Esto puede ser de acá a diez días aproximadamente.
Los principales productos pesqueros siguen con precios bajos, los costos internos mantienen una tendencia alcista y las empresas evidencian problemas de caja para sostener la actividad.
En diálogo con Pescare.com.ar, el presidente del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (Cepa), Oscar Fortunato, analizó estas variables y fue determinante: “Lo peor de la crisis aún no pasó”, dijo.
- ¿La recuperación paulatina de algunos mercados no se va traduciendo en mejores condiciones para el sector?
- Todavía tenemos problemas con los precios de pescados blancos, mariscos y demás. Por otra parte, tenemos un problema de calidad. La Argentina no tiene una calidad uniforme, no tiene un piso y de ahí para arriba productos mejor presentados. A pesar de tener precios bajos, tenemos que elevar los niveles de calidad. Cuando uno no puede vender volumen, tiene que vender calidad y servicio. Nos pasó, creo, que en épocas de mayor abundancia nos hemos relajado. De todas maneras, sí, tenemos un problema de mercado serio.
- ¿Cómo evalúa la intervención del Gobierno para sobrellevar este difícil escenario?
- Se hicieron algunas cosas bien. El tema de la tasa de la tasa del gasoil (devolución) está funcionando bien. Las operaciones son rápidas. El tema que no hemos podido solucionar es el de la prefinanciación de exportaciones; pero eso es más un problema de los bancos, por la calificación que hacen de las empresas, que del Estado.
- Sin embargo, tengo entendido que existe malestar por el retraso con la devolución de los reintegros a las exportaciones…
- Hay muchas empresas que tienen dinero a cobrar. En este caso, no se hizo lo mismo que con la tasa del gasoil. La realidad es que sería interesante resolverlo porque está generando un problema de caja en las empresas. Para entender la magnitud de la cuestión, es necesario tener en cuenta que la pesca paga entre el 5, 7 y 10 por ciento sobre lo que envía al exterior. Esto tiene un reintegro del 1, 2 o 3 por ciento de acuerdo al grado de elaboración del producto, que acumulado en los meses se transforma en un capital importante.
- ¿Cuál es el tiempo de demora?
- Estamos teniendo una demora de seis y siete meses, cuando el período de devolución normal no debería exceder los cuarenta días de cumplido el embarque. Hay mil conjeturas para explicar esta demora, pero a mí no me gusta hablar de conjeturas. La realidad es que los reintegros no se están devolviendo.
- A esta situación de incertidumbre se suma que tenemos un puerto con una considerable reducción operativa. ¿Qué lectura hace de la postergación del dragado?
- Hablamos de un puerto de cruceros, de grandes veleros y tenemos problemas para mantener activo el canal secundario, ya ni mencionamos el principal que está fuera de uso hace muchos años. Tenemos que un buque con 260 contenedores tiene problemas para entrar (se refiere al barco de Maersk, cuyos armadores decidieron reducir a la mitad la carga que manejan en los muelles locales). Después tenemos a los barcos de Hamburg Süd que ya no entran más. Para situarnos en el mundo, es necesario tener en cuenta que en algunas partes los barcos de tres mil contenedores ya no alcanzan. No podemos seguir pensando en chico y el sector pesquero ha demostrado en Mar del Plata que se puede.
- ¿La draga “Mendoza” está en condiciones de despejar el acceso a la estación marítima?
- Yo digo lo que me dijeron. No soy un experto en este tema. La draga estuvo un tiempo largo parada, después la repararon en Tandanor y finalmente se trajo a Mar del Plata. Según palabras de la propia gente de Vías Navagables, está en un sesenta por ciento de las cosas que había que hacerle. Para seguir haciéndole cosas, se transfirieron 17 millones de pesos. De ese monto, el Consorcio, según me dijeron, lleva gastados unos nueve millones de pesos, incluyendo la partida reservada para el combustible. Esta es la realidad.
- Con los datos que usted menciona, ¿va a ser necesario disponer de una nueva partida de dinero para sostener la draga trabajando en el tiempo?
- No lo sé. Lo que sí digo es que necesitamos tener el canal primario y el secundario en condiciones. En este sentido, entiendo que, una vez que se repare el motor roto, la draga va a comenzar a sacar arena. Esto puede ser de acá a diez días aproximadamente.
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