Fuente: Terra
Así lo refleja el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura correspondiente al tercer trimestre del año, elaborado por el Ministerio de Trabajo e Inmigración y recogido por Europa Press, donde se detallan las ocupaciones que a los servicios públicos de empleo les cuesta más completar.
De esta forma, de la treintena de profesiones con dificultades, más de la mitad se corresponden con el sector naval, que requiere y no consigue completar puestos de trabajo de oficial radioeléctrico de la marina mercante, jefe de máquinas, maquinista, frigorista o mecánico naval; o piloto y sobrecargo de buques.
Los problemas se dan también en otras áreas de la actividad marítima, como camareros, cocineros, mayordomos o azafatas, específicos para buques de pasaje, y en miembros de la tripulación como marineros, contramaestres, además de ocupaciones tan específicas como engrasador de maquinaria o bomberos de buques.
El resto de profesiones del catálogo de difícil cobertura incluye, entre otras, ofertas que no se han podido cubrir de deportistas profesionales, músicos de salas de fiestas, podadores, empleados de hogar o peones para trabajar en el sector primario.
La presencia de una ocupación en este listado del Ministerio de Trabajo implica que los empleadores que no puedan cubrir sus ofertas pueden tramitar las autorizaciones de residencia y trabajo para que estos puestos los desempeñen trabajadores extranjeros.
SIN CONDUCTORES DE TRANVÍA NI FALLEROS
Este catálogo se centra en las ocupaciones con poca demanda y dificultades para satisfacerla. Pero además, los servicios públicos de empleo también recopilan las profesiones en las que no ha habido ninguna petición y no constan demandantes inscritos.
En Cantabria, durante el tercer trimestre del año, según los datos recogidos por Europa Press, entre las aproximadamente cuatrocientas ocupaciones sobre las que no se interesó nadie se encuentran planificadores de tráfico, conductores de tranvía, artistas falleros, o extractores de petróleo, entre otros.
Hay algunas de carácter muy especializado, como laminador de metales preciosos, pirotécnico artesanal, constructor de pianos y de áreas científicas, caso de astrónomos, meteorólogos, cristalógrafos o geofísicos, entre otros.
Una parte importante de las ocupaciones a las que no respondió nadie se encuentran en el área de las profesiones del calzado (cortadores de calzado a mano, tintadores y encoladores, abrillantadores), tendencia que se extiende a la de los trabajos del cuero, como los operadores de marroquinería.
En el apartado aéreo, nadie responde a ofertas de empleo como las de piloto de helicópteros, instructor de control de tráfico aéreo, técnico en seguridad aérea o encargados de los talleres de mantenimiento de motores de avión o helicóptero.
Tampoco se interesó ningún demandante de empleo por las ofertas relacionadas con la música o el mundo del circo. Así, nadie aspiró a trabajar como director de orquesta, barítono o mezzosprano, y en el caso circense, tampoco hubo interesados en convertirse en prestidigitadores, ventrílocuos, hipnotizadores, contorsionistas o jefes de circo.
Las distintas ocupaciones de los toros (picador, banderillero o mozo de espadas) corrieron igual suerte, del mismo modo que las relacionadas con el cine, como extras de cine, o adaptadores de diálogos de doblaje.
De esta forma, de la treintena de profesiones con dificultades, más de la mitad se corresponden con el sector naval, que requiere y no consigue completar puestos de trabajo de oficial radioeléctrico de la marina mercante, jefe de máquinas, maquinista, frigorista o mecánico naval; o piloto y sobrecargo de buques.
Los problemas se dan también en otras áreas de la actividad marítima, como camareros, cocineros, mayordomos o azafatas, específicos para buques de pasaje, y en miembros de la tripulación como marineros, contramaestres, además de ocupaciones tan específicas como engrasador de maquinaria o bomberos de buques.
El resto de profesiones del catálogo de difícil cobertura incluye, entre otras, ofertas que no se han podido cubrir de deportistas profesionales, músicos de salas de fiestas, podadores, empleados de hogar o peones para trabajar en el sector primario.
La presencia de una ocupación en este listado del Ministerio de Trabajo implica que los empleadores que no puedan cubrir sus ofertas pueden tramitar las autorizaciones de residencia y trabajo para que estos puestos los desempeñen trabajadores extranjeros.
SIN CONDUCTORES DE TRANVÍA NI FALLEROS
Este catálogo se centra en las ocupaciones con poca demanda y dificultades para satisfacerla. Pero además, los servicios públicos de empleo también recopilan las profesiones en las que no ha habido ninguna petición y no constan demandantes inscritos.
En Cantabria, durante el tercer trimestre del año, según los datos recogidos por Europa Press, entre las aproximadamente cuatrocientas ocupaciones sobre las que no se interesó nadie se encuentran planificadores de tráfico, conductores de tranvía, artistas falleros, o extractores de petróleo, entre otros.
Hay algunas de carácter muy especializado, como laminador de metales preciosos, pirotécnico artesanal, constructor de pianos y de áreas científicas, caso de astrónomos, meteorólogos, cristalógrafos o geofísicos, entre otros.
Una parte importante de las ocupaciones a las que no respondió nadie se encuentran en el área de las profesiones del calzado (cortadores de calzado a mano, tintadores y encoladores, abrillantadores), tendencia que se extiende a la de los trabajos del cuero, como los operadores de marroquinería.
En el apartado aéreo, nadie responde a ofertas de empleo como las de piloto de helicópteros, instructor de control de tráfico aéreo, técnico en seguridad aérea o encargados de los talleres de mantenimiento de motores de avión o helicóptero.
Tampoco se interesó ningún demandante de empleo por las ofertas relacionadas con la música o el mundo del circo. Así, nadie aspiró a trabajar como director de orquesta, barítono o mezzosprano, y en el caso circense, tampoco hubo interesados en convertirse en prestidigitadores, ventrílocuos, hipnotizadores, contorsionistas o jefes de circo.
Las distintas ocupaciones de los toros (picador, banderillero o mozo de espadas) corrieron igual suerte, del mismo modo que las relacionadas con el cine, como extras de cine, o adaptadores de diálogos de doblaje.
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