Fuente: Enredando
Contra lo que una andanada de mails cadena relataban que sucedería, la Cancillería argentina realizó la presentación de sus informes técnicos, por los cuales nuestro país afirma su soberanía sobre su plataforma continental conforme a lo dispuesto por la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar. Esta acción, de singular importancia, debe hacernos meditar sobre la necesidad de una pronta explotación de los recursos pesqueros y energéticos que nuestro país posee en esta área.
No sucedió lo que, una andanada de mails cadena – algunos alentados por el programa periodístico televisivo CQC – alegaba que sucedería: no hubo desidia por parte de las autoridades. Finalmente la Comisión Nacional para el Límite Exterior de la Plataforma Continental Argentina (COPLA), cumplió con su objetivo.
La Cancillería argentina presentó el martes en la sede de la ONU, la información sobre los límites de la plataforma continental argentina más allá de las 200 millas marinas de nuestra costa. Tal como aquí habíamos adelantado que sucedería, el gobierno cumplió con la presentación de su informe en el plazo convenido por la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar.
Según trascendiera, la estrategia de realizar la presentación cercana al fin del plazo, obedeció a evitar que Gran Bretaña tuviera tiempo para efectuar cambios en su propia presentación. Como se sabe, el conflicto de soberanía que mantiene nuestro país con Gran Bretaña sobre las islas del Atlántico Sur y los espacios marítimos adyacentes, traerá de seguro conflictos. Argentina realizó en ocasión de adherir a la Convención, una reserva en torno a la "cuestión Malvinas", señalando que no "reconoce ni reconocerá y considerará nula cualquier actividad o medida que pudiera realizarse o adoptarse sin su consentimiento con referencia a esta cuestión, que el gobierno argentino considera de la mayor importancia”. Y que "el Gobierno argentino entenderá que la materialización de actos de la naturaleza antes mencionada es contraria a las referidas resoluciones adoptadas por las Naciones Unidas, cuyo objetivo es la solución pacífica de la disputa de soberanía sobre las Islas por la vía de las negociaciones bilaterales y con los buenos oficios del Secretario General de las Naciones Unidas…”
Otro punto de virtual tensión será el espacio marítimo del sector antártico que reclama nuestro país.
La importante presentación, que tomó diez años de estudios geológicos, geofísicos, hidrográficos y oceanográficos, tiene por delante aún el desafío de ser aceptada por una comisión internacional, por lo cual deberemos estar atentos a lo que se dictamine al respecto.
De acuerdo a lo dispuesto por la Convención, los derechos de explotación de la plataforma, incluyen a los de origen mineral y a otros recursos no vivos del lecho y subsuelo, así como de los organismos vivos de especies sedentarias. De vital importancia, son el gas y el petróleo, que nuestro país, transitando una conocida crisis energética, deberá abocarse a explorar sin dilaciones, tal como hace Brasil, líder en la producción de plataformas petroleras de alta mar.
Es de esperar que se aliente la exploración off shore y se acreciente la presencia marítima argentina, apuntando a la consolidación de una verdadera política hacia el mar de la que hoy carecemos.
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No sucedió lo que, una andanada de mails cadena – algunos alentados por el programa periodístico televisivo CQC – alegaba que sucedería: no hubo desidia por parte de las autoridades. Finalmente la Comisión Nacional para el Límite Exterior de la Plataforma Continental Argentina (COPLA), cumplió con su objetivo.
La Cancillería argentina presentó el martes en la sede de la ONU, la información sobre los límites de la plataforma continental argentina más allá de las 200 millas marinas de nuestra costa. Tal como aquí habíamos adelantado que sucedería, el gobierno cumplió con la presentación de su informe en el plazo convenido por la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar.
Según trascendiera, la estrategia de realizar la presentación cercana al fin del plazo, obedeció a evitar que Gran Bretaña tuviera tiempo para efectuar cambios en su propia presentación. Como se sabe, el conflicto de soberanía que mantiene nuestro país con Gran Bretaña sobre las islas del Atlántico Sur y los espacios marítimos adyacentes, traerá de seguro conflictos. Argentina realizó en ocasión de adherir a la Convención, una reserva en torno a la "cuestión Malvinas", señalando que no "reconoce ni reconocerá y considerará nula cualquier actividad o medida que pudiera realizarse o adoptarse sin su consentimiento con referencia a esta cuestión, que el gobierno argentino considera de la mayor importancia”. Y que "el Gobierno argentino entenderá que la materialización de actos de la naturaleza antes mencionada es contraria a las referidas resoluciones adoptadas por las Naciones Unidas, cuyo objetivo es la solución pacífica de la disputa de soberanía sobre las Islas por la vía de las negociaciones bilaterales y con los buenos oficios del Secretario General de las Naciones Unidas…”
Otro punto de virtual tensión será el espacio marítimo del sector antártico que reclama nuestro país.
La importante presentación, que tomó diez años de estudios geológicos, geofísicos, hidrográficos y oceanográficos, tiene por delante aún el desafío de ser aceptada por una comisión internacional, por lo cual deberemos estar atentos a lo que se dictamine al respecto.
De acuerdo a lo dispuesto por la Convención, los derechos de explotación de la plataforma, incluyen a los de origen mineral y a otros recursos no vivos del lecho y subsuelo, así como de los organismos vivos de especies sedentarias. De vital importancia, son el gas y el petróleo, que nuestro país, transitando una conocida crisis energética, deberá abocarse a explorar sin dilaciones, tal como hace Brasil, líder en la producción de plataformas petroleras de alta mar.
Es de esperar que se aliente la exploración off shore y se acreciente la presencia marítima argentina, apuntando a la consolidación de una verdadera política hacia el mar de la que hoy carecemos.
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