Fuente: El País
La naviera Iscomar sigue con problemas. La decisión del Ministerio de Fomento de denegar el pasado día 9 el permiso de navegación a su buque Pitiusa Nova al no poder superar una inspección sorpresa, que provocó la cancelación de la línea Dénia-Formentera durante la última semana y afectó a centenares de pasajeros, ha sido el último escollo para una compañía que ha sufrido varias inmovilizaciones y hasta un hundimiento.
De hecho, la inmovilización del Pitiusa Nova supuso un golpe directo a la línea de flotación de Iscomar, ya que la creación de una línea directa con Formentera era su oferta estrella para este verano. Con ella, pretendía lavar su imagen y recuperarse de la larga lista de siete percances en los puertos de Dénia, Valencia y las Baleares.
Los más graves acaecieron en verano de 2007: el 2 de julio de aquel año, su buque Carmen del Mar también fue retenido en el puerto de Dénia por graves problemas de seguridad e higiene. Y apenas diez días después el ferry que lo sustituía, el Don Pedro, se hundió a una milla de Ibiza después de colisionar con un bajo rocoso. Desde entonces, las cosas no han mejorado para la naviera. En agosto de 2007, el Carmen del Mar volvió a quedarse sin permiso para navegar en este caso en Ibiza después de colisionar con una boya de señalización marítima cuando intentaba esquivar unos veleros. Y ya en abril de este año, el mismo buque sufrió daños en su popa tras colisionar con otro ferry cuando intentaba entrar en Ibiza. En mayo de 2008, Iscomar se decidió a retirar definitivamente de la navegación el Carmen del Mar, un barco procedente de Finlandia que había estado en circulación más de treinta años. Pero este verano tampoco ha sido fácil: en julio, el Isabel del Mar que cubre la línea entre Valencia y Palma se quedó fondeado en la bocana de este último puerto por problemas burocráticos para atracar. Y el pasado 4 de agosto, 70 pasajeros tuvieron que quedarse en los muelles de Dénia después de que el Begoña del Mar fuera desplazado para realizar la línea Valencia-Palma por problemas técnicos.
El pasado fin de semana, la paralización del Pitusa Nova dejó a 200 pasajeros en tierra. Algunos de ellos tuvieron que pasar la noche del sábado en el muelle. "Hemos viajado 600 kilómetros toda la noche desde Barcelona para coger el barco y ahora nos enteramos de que nuestros billetes no valen por problemas de la compañía", explicaba el pasado martes Núria, quien junto a su novio y otra pareja tenía previsto viajar en el Pitusa Nova. "Y lo más indignante es que hace unos días llamé para confirmar los billetes y me dijeron que no había ningún problema", aseguró.
De hecho, la inmovilización del Pitiusa Nova supuso un golpe directo a la línea de flotación de Iscomar, ya que la creación de una línea directa con Formentera era su oferta estrella para este verano. Con ella, pretendía lavar su imagen y recuperarse de la larga lista de siete percances en los puertos de Dénia, Valencia y las Baleares.
Los más graves acaecieron en verano de 2007: el 2 de julio de aquel año, su buque Carmen del Mar también fue retenido en el puerto de Dénia por graves problemas de seguridad e higiene. Y apenas diez días después el ferry que lo sustituía, el Don Pedro, se hundió a una milla de Ibiza después de colisionar con un bajo rocoso. Desde entonces, las cosas no han mejorado para la naviera. En agosto de 2007, el Carmen del Mar volvió a quedarse sin permiso para navegar en este caso en Ibiza después de colisionar con una boya de señalización marítima cuando intentaba esquivar unos veleros. Y ya en abril de este año, el mismo buque sufrió daños en su popa tras colisionar con otro ferry cuando intentaba entrar en Ibiza. En mayo de 2008, Iscomar se decidió a retirar definitivamente de la navegación el Carmen del Mar, un barco procedente de Finlandia que había estado en circulación más de treinta años. Pero este verano tampoco ha sido fácil: en julio, el Isabel del Mar que cubre la línea entre Valencia y Palma se quedó fondeado en la bocana de este último puerto por problemas burocráticos para atracar. Y el pasado 4 de agosto, 70 pasajeros tuvieron que quedarse en los muelles de Dénia después de que el Begoña del Mar fuera desplazado para realizar la línea Valencia-Palma por problemas técnicos.
El pasado fin de semana, la paralización del Pitusa Nova dejó a 200 pasajeros en tierra. Algunos de ellos tuvieron que pasar la noche del sábado en el muelle. "Hemos viajado 600 kilómetros toda la noche desde Barcelona para coger el barco y ahora nos enteramos de que nuestros billetes no valen por problemas de la compañía", explicaba el pasado martes Núria, quien junto a su novio y otra pareja tenía previsto viajar en el Pitusa Nova. "Y lo más indignante es que hace unos días llamé para confirmar los billetes y me dijeron que no había ningún problema", aseguró.
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