Fuente: El Sol de México
María Esther Estrada / Corresponsal
Amsterdam, Holanda.- El buque escuela Cuauhtémoc, Embajador y Caballero de los Mares, atracó el martes en el puerto de Den Helder, al norte de Holanda. Hizo una entrada espectacular, como acostumbra, con 96 de sus marinos parados en las perchas de sus 3 mástiles. Culmina de esta manera su participación en la Regata de Grandes Veleros 2008 (Tall Ship's Race 2008), que inició el 21 de julio en el puerto de Liverpool, Inglaterra, y que lo ha llevado también a los puertos de Maloy y Bergen en Noruega.
Fueron los terceros en su clase (A) en cruzar la línea final, sólo atrás del Christian Radich (noruego) y del Mir (ruso). Cuando los organizadores del evento, Sailing Training International, les aplicaron el factor de corrección de tiempo, quedaron clasificados en un muy digno 5º lugar de entre los 22 barcos de su categoría que participaron. Tomemos en cuenta que estos mares les son familiares a muchos de los otros contendientes, y que a pesar de ello algunos no pudieron ni siquiera terminar la regata. En total, durante este mes, han navegado 120 barcos en esta competencia internacional.
El jueves, en Den Helder, se llevó a cabo la entrega de premios. Nuestro buque escuela recibió dos de esos reconocimientos. El primero fue al barco que recorrió más distancia para llegar a la Regata. El Cuauhtémoc tuvo que navegar 6 mil 009 millas desde Acapulco hasta Liverpool. El segundo fue la Copa Torbay, otorgada al guardiamarina Arturo Morales Desachy por ser el elemento que destacó, por su esfuerzo, entre todos los participantes en este evento náutico.
Entre las actividades que se realizan en cada puerto está un desfile de tripulaciones. Les quiero describir cómo vi al contingente mexicano que hizo el recorrido por la ciudad: 106 elementos, incluidos la banda de guerra, los portadores de estandartes y parte del comando con sus uniformes blancos y sus sables; un grupo de marinos con sus camisas a rayas blancas y azules, y unos más (los menos) formando lo que llaman el grupo carnavalesco, en el que se encontraba un hombre águila, un hombre jaguar, mariachis y hasta piratas. A mi parecer, fueron el contingente más elegante de todo el desfile. A su paso recibían aplausos del público que se apostó a todo lo largo del trayecto. Y con esta impecable y elegante representación, además de su amabilidad cuando de convivir con la gente de cada lugar se trataba, en cada puerto han dejado una magnífica impresión. Les comparto algunos de los comentarios que escuché de gente diversa por la calle tanto en Noruega como en Holanda: "tan guapos", "tan bien vestidos", "tan amables", "siempre sonrientes"...
En la parte de actividades informales de la regata, es de destacar que el equipo de futbol ganó los 11 partidos que disputó contra las tripulaciones de otros buques, con lo que fueron los campeones. También en cada puerto han participado en concursos musicales, que siempre alegraron, entre otras, con su interpretación de "La Bamba"... "para ser capitán se necesita...." nunca cantado en un mejor entorno.
Para realizar este reportaje me entrevisté con el Capitán Mario Carbajal, Comandante del buque escuela. No hizo falta preguntar dónde estaba atracado el Cuauhtémoc porque nada más llegar al puerto de Den Helder se veía ondear nuestra bandera y el perfil inconfundible de la nave. Al pie de la escalerilla, un miembro de la tripulación daba la bienvenida a los visitantes a cubierta. Una vez a bordo, otros marinos hacían lo mismo. Me identifiqué y me llevaron a la Sala de Almirantes, donde me encontré con el Comandante, quien recibe con una sonrisa y gran cortesía a sus invitados. Iniciamos una larga e interesante conversación, acompañados de un café capuchino delicioso, que me dicen es especialidad de la casa. Poco a poco fuimos desgranando la información sobre el buque y la vida a bordo antes de hacer un recorrido por todo el barco, que me permitió comprender mejor cómo vive la tripulación que nos representa en todos los rincones del planeta. Porque para ellos el mar no divide continentes, sino que es el elemento que los une.
Después del recorrido por el barco y de coincidir con diferentes miembros de la tripulación a lo largo de día en los diversos eventos que se sucedieron, me quedo con la sensación de que, por un día, estuve en México. La camaradería que se generó con todos ellos me hicieron evocar el trato que dispensamos en nuestro país a propios y extraños.
EL BUQUE ESCUELA CUAUHTEMOC
Para quienes no lo conozcan, el Cuauhtémoc es una goleta de aparejo brick-barca con 3 palos y 23 velas, que forma parte de la Marina Mexicana desde 1982, y que durante ya 26 años ha servido como escuela para completar la formación de los futuros oficiales a cargo de nuestros barcos militares. Cada año ha realizado un recorrido diferente. A lo largo de este tiempo ha efectuado tres viajes de circunnavegación, ha cruzado 12 veces el Ecuador, dos veces el Cabo de Hornos, dos veces el Canal de Suez y 32 veces el de Panamá. Al día de hoy ha surcado 524 mil 380 millas náuticas en 4 mil 150 singladuras (días efectivos en la mar).
Este año está realizando el Crucero de instrucción Rouen-2008. Zarparon de Acapulco el 6 de abril en una ceremonia presidida por el Presidente de la República, licenciado Felipe Calderón Hinojosa, que también es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas Mexicanas, y el Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, secretario de Marina. De esta manera se le da la relevancia que tiene este viaje, que lleva en formación a los futuros oficiales de la Armada.
En total tocarán 16 puertos: Balboa, Panamá; La Habana, Cuba; Baltimore, EU; Halifax, Canadá; Dublín, Irlanda; Burdeos y Rouen, Francia; Liverpool, Reino Unido; Maloy y Bergen, Noruega; Den Helder, Holanda; Bremerhaven, Alemania; Amberes, Bélgica; Falmouth, Inglaterra; Aveiro y Funchal Madeira, Portugal antes de volver, a través del canal de Panamá, a Acapulco, a donde llegarán el 23 de noviembre. Durante este recorrido participaron ya en el festival náutico "Armada" y en la "Regata de Grandes Veleros". Les quedan en el futuro el festival náutico "Lütte Sail Bremerhaven 2008" y la "Regata de Grandes Veleros Funchal 500".
El Cuauhtémoc es un buque muy grande, de 90.5 metros de largo (eslora máxima) y 12 metros de ancho (manga máxima), que desplaza mil 800 toneladas de agua a su paso. Cuando despliega sus 2 mil 368 m2 de velas ofrece una imagen imponente. Desde su elegante Cámara de almirantes o la de capitanes y oficiales, hasta su cocina y sala de máquinas, el barco es un ejemplo de orden y de limpieza. En la sala de mandos se encuentran equipos de tecnología punta para la navegación a vela, junto con el tradicional sextante y las cartas marítimas donde se va detallando la posición del barco en sus travesías. ¿Dónde estamos, qué profundidad tiene el mar que surcamos, qué fuerza y dirección lleva el viento, qué dirección debemos tomar para llegar a destino, qué estrategia usar para aprovechar la corriente? En fin, todas estas interrogantes y muchas más encuentran respuesta en este lugar.
El barco tiene capacidad para albergar hasta 277 personas y una autonomía por víveres de 45 días. Para ello cuenta con una amplia cámara de refrigeración y un almacén que abastece la cocina, que a su vez, llena el comedor con aromas y sabores de nuestra tierra. Para la convivencia bajo cubierta de las 251 personas que conforman la dotación actual del buque, cuentan con una amplia sala de usos múltiples. Y la imprescindible aula para que los oficiales en instrucción reciban clases. No puede faltar una enfermería, que en realidad es un pequeño hospital, donde se encuentran todos los equipos necesarios para medicina preventiva e incluso poder realizar alguna operación si fuera necesario. Un cirujano, un ortopedista, un médico general, un dentista y un enfermero cuidan la salud de la tripulación y atienden cualquier emergencia que se presente. A esto hay que agregarle, en las entrañas de la nave, el cuarto de máquinas y la lavandería.
Un navío con las características del Cuauhtémoc tiene una vida útil de unos 100 años con el mantenimiento adecuado, por lo que seguramente lo veremos surcar los mares durante mucho tiempo más.
A la fecha el alto mando de la Armada de México le ha otorgado seis menciones honoríficas por hechos sobresalientes al Cuauhtémoc. También ha recibido importantes premios internacionales, como el Cutty Sark en 1998 y 2000 por el fomento a la amistad internacional, o en 2002 y 2003 la Copa Tetera Boston, por haber navegado ininterrumpidamente a vela mil 342.7 millas náuticas en 124 horas, a una velocidad promedio de 10.83 nudos, estableciendo el segundo mejor registro en la historia de esta competencia.
El responsable actual de este barco, el Capitán de Navío Mario Carbajal, ha participado ya en 7 viajes de este buque escuela en diferentes momentos de su vida profesional. Dos como parte de la dotación, uno como instructor, y los últimos cuatro los ha pasado como Segundo Comandante y como Comandante. En diciembre, una vez que termine este viaje, entregará su puesto al capitán Galindo, quien será la decimoquinta persona en dirigir esta nave.
LA VIDA A BORDO
Hoy 103 jóvenes recién egresados de la Heroica Escuela Naval Militar están haciendo parte de sus prácticas profesionales en la fase de "buque velero". Aquí ponen en práctica y amplían sus conocimientos sobre navegación costera, navegación electrónica, astronomía, comunicaciones y meteorología, independientemente del curso de vela. Los guardiamarinas, cuya edad promedio es de 22 años, también deben tomar clases y presentar exámenes, por lo que tienen bastante trabajo durante los 238 días que tomará en total este viaje que comparten con tripulantes invitados de Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Guatemala.
Las instalaciones del buque se han ido adecuando para ofrecer a sus oficiales en formación capacitación utilizando las tecnologías más modernas (desde GPS, radares y sonares, pasando por un aula de instrucción con un pinzarrón que les permite guardar en un archivo electrónico todo aquello que el profesor haya escrito en él y de esa manera poder "repetir la clase" en cualquier momento), sin descuidar el uso de los instrumentos tradicionales, como el sextante. Como me dijo el comandante Carbajal "un buen marino siempre debe saber dónde se encuentra, aunque no cuente con información de satélite". Pero, además, de todos los conocimientos que adquieren, algo de lo más importante que aprenden estos jóvenes es a trabajar en equipo y a vivir el espíritu marinero.
Pero no todo es arduo trabajo. También les da tiempo, mientras están navegando, para jugar básquetbol o béisbol en cubierta, o participar en torneos de juegos de mesa en la sala de usos múltiples, ver las películas que se transmiten a través del circuito cerrado de televisión, o leer los distintos materiales y libros que encuentran en el biblioteca electrónica que han creado entre todos a lo largo de los años.
Es interesante saber que casi toda la tripulación del buque está en él porque así lo eligió. Cada vez que termina un viaje se les pregunta si quieren volver el año siguiente y quien así lo desea, repite. Hay quienes han pasado 3 o 4 años consecutivos navegando con el Cuauhtémoc, y otros (unos pocos) que han realizado hasta 15 viajes en distintas etapas.
Lo que me llamó la atención es que todavía no hay mujeres a bordo. Por lo que me informaron apenas este año se abrieron las puertas de la Escuela Naval a las 25 jóvenes interesadas en formarse como marinos. Dado que el plan de estudios es de cinco años, no será antes del 2013 que empezaremos a encontrarlas como guardiamarinas en el Cuauhtémoc.
Optar por ser parte de la tripulación no es fácil, porque se pasa mucho tiempo lejos de casa. Este año nuestros marinos estarán fuera siete meses y 17 días. Por supuesto que quien así lo desea puede escribir correos electrónicos a diario (sólo texto) y aprovechar las estancias en puerto para llamar por teléfono a la familia, pero, aún así, no es fácil ni para los que se van ni para los que se quedan.
Quienes recorren el mundo a bordo del Cuauhtémoc disfrutan de una experiencia muy especial sobre todo cuando participan en regatas, porque visitan muchos puertos y hacen muchos amigos de otros países, lo que favorece el intercambio cultural y la difusión de nuestros valores, nuestra comida y nuestras tradiciones.
SU ESTANCIA EN HOLANDA
Tan espectacular fue su entrada a puerto en Den Helder, que ya describí al principio, que esa es la fotografía que apareció en primera plana de casi todos los diarios holandeses para informar sobre la llegada de la Regata.
La fama que precede al Cuauhtémoc lo hace ser un buque muy esperado. En esta ocasión me refiero en lo particular a un grupo de niños de 10 años de edad, de una escuela local. Son los ganadores de un concurso de dibujo, cuyo tema era el mar. Recorrieron el barco, platicaron con algunos miembros de la tripulación y hasta se fotografiaron con el Comandante, en lo que para ellos fue una visita muy especial.
La cubierta del buque está abierta al público en general cada vez que llega a puerto. A decir de los holandeses, es el barco más bonito que participó en la regata, y el que cuenta con personal más amable. Esto es muy cierto. Ellos transmiten esa calidez mexicana que nos distingue, que a los que la conocemos nos hace sentir en casa, y que nos hace repetir: "efectivamente, como México no hay dos".
El barco y su tripulación son unos dignos representantes de nuestro país ahí por donde pasan, como bien lo dijo el Embajador de México en los Países Bajos, Jorge Lomónaco, en la recepción que se ofreció a bordo: "No hay mejor embajador de nuestro país que el Cuauhtémoc, que muestra nuestra hospitalidad por todo el mundo". En otro orden de ideas, continuó: "Como muchos de ustedes saben, en el 2008 se cumplen 180 años de relaciones bilaterales entre México y Holanda. En 1928 entró en vigor el Tratado de Amistad, Navegación y Comercio, tres temas muy importantes para ambos Estados. No encuentro mejor manera de celebrar este aniversario de amistad y navegación que a bordo del Cuauhtémoc aquí en Den Helder".
UN MENSAJE DEL COMANDANTE
Cierro este artículo con un mensaje del capitán Carbajal a los lectores: "Que sepan que este barco es de todos los mexicanos. Que se sientan orgullosos de este pedacito de México que anda por el mundo representando a nuestro país, que es lo que hace la tripulación del buque escuela Cuauhtémoc y la Armada de México. A lo largo de los viajes recibimos muchos elogios que quisiéramos transmitirles por este medio".
Cualquier comentario relacionado con este artículo, favor de dirigirlo a
mestrada@elsoldemexico.com.mx
María Esther Estrada / Corresponsal
Amsterdam, Holanda.- El buque escuela Cuauhtémoc, Embajador y Caballero de los Mares, atracó el martes en el puerto de Den Helder, al norte de Holanda. Hizo una entrada espectacular, como acostumbra, con 96 de sus marinos parados en las perchas de sus 3 mástiles. Culmina de esta manera su participación en la Regata de Grandes Veleros 2008 (Tall Ship's Race 2008), que inició el 21 de julio en el puerto de Liverpool, Inglaterra, y que lo ha llevado también a los puertos de Maloy y Bergen en Noruega.
Fueron los terceros en su clase (A) en cruzar la línea final, sólo atrás del Christian Radich (noruego) y del Mir (ruso). Cuando los organizadores del evento, Sailing Training International, les aplicaron el factor de corrección de tiempo, quedaron clasificados en un muy digno 5º lugar de entre los 22 barcos de su categoría que participaron. Tomemos en cuenta que estos mares les son familiares a muchos de los otros contendientes, y que a pesar de ello algunos no pudieron ni siquiera terminar la regata. En total, durante este mes, han navegado 120 barcos en esta competencia internacional.
El jueves, en Den Helder, se llevó a cabo la entrega de premios. Nuestro buque escuela recibió dos de esos reconocimientos. El primero fue al barco que recorrió más distancia para llegar a la Regata. El Cuauhtémoc tuvo que navegar 6 mil 009 millas desde Acapulco hasta Liverpool. El segundo fue la Copa Torbay, otorgada al guardiamarina Arturo Morales Desachy por ser el elemento que destacó, por su esfuerzo, entre todos los participantes en este evento náutico.
Entre las actividades que se realizan en cada puerto está un desfile de tripulaciones. Les quiero describir cómo vi al contingente mexicano que hizo el recorrido por la ciudad: 106 elementos, incluidos la banda de guerra, los portadores de estandartes y parte del comando con sus uniformes blancos y sus sables; un grupo de marinos con sus camisas a rayas blancas y azules, y unos más (los menos) formando lo que llaman el grupo carnavalesco, en el que se encontraba un hombre águila, un hombre jaguar, mariachis y hasta piratas. A mi parecer, fueron el contingente más elegante de todo el desfile. A su paso recibían aplausos del público que se apostó a todo lo largo del trayecto. Y con esta impecable y elegante representación, además de su amabilidad cuando de convivir con la gente de cada lugar se trataba, en cada puerto han dejado una magnífica impresión. Les comparto algunos de los comentarios que escuché de gente diversa por la calle tanto en Noruega como en Holanda: "tan guapos", "tan bien vestidos", "tan amables", "siempre sonrientes"...
En la parte de actividades informales de la regata, es de destacar que el equipo de futbol ganó los 11 partidos que disputó contra las tripulaciones de otros buques, con lo que fueron los campeones. También en cada puerto han participado en concursos musicales, que siempre alegraron, entre otras, con su interpretación de "La Bamba"... "para ser capitán se necesita...." nunca cantado en un mejor entorno.
Para realizar este reportaje me entrevisté con el Capitán Mario Carbajal, Comandante del buque escuela. No hizo falta preguntar dónde estaba atracado el Cuauhtémoc porque nada más llegar al puerto de Den Helder se veía ondear nuestra bandera y el perfil inconfundible de la nave. Al pie de la escalerilla, un miembro de la tripulación daba la bienvenida a los visitantes a cubierta. Una vez a bordo, otros marinos hacían lo mismo. Me identifiqué y me llevaron a la Sala de Almirantes, donde me encontré con el Comandante, quien recibe con una sonrisa y gran cortesía a sus invitados. Iniciamos una larga e interesante conversación, acompañados de un café capuchino delicioso, que me dicen es especialidad de la casa. Poco a poco fuimos desgranando la información sobre el buque y la vida a bordo antes de hacer un recorrido por todo el barco, que me permitió comprender mejor cómo vive la tripulación que nos representa en todos los rincones del planeta. Porque para ellos el mar no divide continentes, sino que es el elemento que los une.
Después del recorrido por el barco y de coincidir con diferentes miembros de la tripulación a lo largo de día en los diversos eventos que se sucedieron, me quedo con la sensación de que, por un día, estuve en México. La camaradería que se generó con todos ellos me hicieron evocar el trato que dispensamos en nuestro país a propios y extraños.
EL BUQUE ESCUELA CUAUHTEMOC
Para quienes no lo conozcan, el Cuauhtémoc es una goleta de aparejo brick-barca con 3 palos y 23 velas, que forma parte de la Marina Mexicana desde 1982, y que durante ya 26 años ha servido como escuela para completar la formación de los futuros oficiales a cargo de nuestros barcos militares. Cada año ha realizado un recorrido diferente. A lo largo de este tiempo ha efectuado tres viajes de circunnavegación, ha cruzado 12 veces el Ecuador, dos veces el Cabo de Hornos, dos veces el Canal de Suez y 32 veces el de Panamá. Al día de hoy ha surcado 524 mil 380 millas náuticas en 4 mil 150 singladuras (días efectivos en la mar).
Este año está realizando el Crucero de instrucción Rouen-2008. Zarparon de Acapulco el 6 de abril en una ceremonia presidida por el Presidente de la República, licenciado Felipe Calderón Hinojosa, que también es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas Mexicanas, y el Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, secretario de Marina. De esta manera se le da la relevancia que tiene este viaje, que lleva en formación a los futuros oficiales de la Armada.
En total tocarán 16 puertos: Balboa, Panamá; La Habana, Cuba; Baltimore, EU; Halifax, Canadá; Dublín, Irlanda; Burdeos y Rouen, Francia; Liverpool, Reino Unido; Maloy y Bergen, Noruega; Den Helder, Holanda; Bremerhaven, Alemania; Amberes, Bélgica; Falmouth, Inglaterra; Aveiro y Funchal Madeira, Portugal antes de volver, a través del canal de Panamá, a Acapulco, a donde llegarán el 23 de noviembre. Durante este recorrido participaron ya en el festival náutico "Armada" y en la "Regata de Grandes Veleros". Les quedan en el futuro el festival náutico "Lütte Sail Bremerhaven 2008" y la "Regata de Grandes Veleros Funchal 500".
El Cuauhtémoc es un buque muy grande, de 90.5 metros de largo (eslora máxima) y 12 metros de ancho (manga máxima), que desplaza mil 800 toneladas de agua a su paso. Cuando despliega sus 2 mil 368 m2 de velas ofrece una imagen imponente. Desde su elegante Cámara de almirantes o la de capitanes y oficiales, hasta su cocina y sala de máquinas, el barco es un ejemplo de orden y de limpieza. En la sala de mandos se encuentran equipos de tecnología punta para la navegación a vela, junto con el tradicional sextante y las cartas marítimas donde se va detallando la posición del barco en sus travesías. ¿Dónde estamos, qué profundidad tiene el mar que surcamos, qué fuerza y dirección lleva el viento, qué dirección debemos tomar para llegar a destino, qué estrategia usar para aprovechar la corriente? En fin, todas estas interrogantes y muchas más encuentran respuesta en este lugar.
El barco tiene capacidad para albergar hasta 277 personas y una autonomía por víveres de 45 días. Para ello cuenta con una amplia cámara de refrigeración y un almacén que abastece la cocina, que a su vez, llena el comedor con aromas y sabores de nuestra tierra. Para la convivencia bajo cubierta de las 251 personas que conforman la dotación actual del buque, cuentan con una amplia sala de usos múltiples. Y la imprescindible aula para que los oficiales en instrucción reciban clases. No puede faltar una enfermería, que en realidad es un pequeño hospital, donde se encuentran todos los equipos necesarios para medicina preventiva e incluso poder realizar alguna operación si fuera necesario. Un cirujano, un ortopedista, un médico general, un dentista y un enfermero cuidan la salud de la tripulación y atienden cualquier emergencia que se presente. A esto hay que agregarle, en las entrañas de la nave, el cuarto de máquinas y la lavandería.
Un navío con las características del Cuauhtémoc tiene una vida útil de unos 100 años con el mantenimiento adecuado, por lo que seguramente lo veremos surcar los mares durante mucho tiempo más.
A la fecha el alto mando de la Armada de México le ha otorgado seis menciones honoríficas por hechos sobresalientes al Cuauhtémoc. También ha recibido importantes premios internacionales, como el Cutty Sark en 1998 y 2000 por el fomento a la amistad internacional, o en 2002 y 2003 la Copa Tetera Boston, por haber navegado ininterrumpidamente a vela mil 342.7 millas náuticas en 124 horas, a una velocidad promedio de 10.83 nudos, estableciendo el segundo mejor registro en la historia de esta competencia.
El responsable actual de este barco, el Capitán de Navío Mario Carbajal, ha participado ya en 7 viajes de este buque escuela en diferentes momentos de su vida profesional. Dos como parte de la dotación, uno como instructor, y los últimos cuatro los ha pasado como Segundo Comandante y como Comandante. En diciembre, una vez que termine este viaje, entregará su puesto al capitán Galindo, quien será la decimoquinta persona en dirigir esta nave.
LA VIDA A BORDO
Hoy 103 jóvenes recién egresados de la Heroica Escuela Naval Militar están haciendo parte de sus prácticas profesionales en la fase de "buque velero". Aquí ponen en práctica y amplían sus conocimientos sobre navegación costera, navegación electrónica, astronomía, comunicaciones y meteorología, independientemente del curso de vela. Los guardiamarinas, cuya edad promedio es de 22 años, también deben tomar clases y presentar exámenes, por lo que tienen bastante trabajo durante los 238 días que tomará en total este viaje que comparten con tripulantes invitados de Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Guatemala.
Las instalaciones del buque se han ido adecuando para ofrecer a sus oficiales en formación capacitación utilizando las tecnologías más modernas (desde GPS, radares y sonares, pasando por un aula de instrucción con un pinzarrón que les permite guardar en un archivo electrónico todo aquello que el profesor haya escrito en él y de esa manera poder "repetir la clase" en cualquier momento), sin descuidar el uso de los instrumentos tradicionales, como el sextante. Como me dijo el comandante Carbajal "un buen marino siempre debe saber dónde se encuentra, aunque no cuente con información de satélite". Pero, además, de todos los conocimientos que adquieren, algo de lo más importante que aprenden estos jóvenes es a trabajar en equipo y a vivir el espíritu marinero.
Pero no todo es arduo trabajo. También les da tiempo, mientras están navegando, para jugar básquetbol o béisbol en cubierta, o participar en torneos de juegos de mesa en la sala de usos múltiples, ver las películas que se transmiten a través del circuito cerrado de televisión, o leer los distintos materiales y libros que encuentran en el biblioteca electrónica que han creado entre todos a lo largo de los años.
Es interesante saber que casi toda la tripulación del buque está en él porque así lo eligió. Cada vez que termina un viaje se les pregunta si quieren volver el año siguiente y quien así lo desea, repite. Hay quienes han pasado 3 o 4 años consecutivos navegando con el Cuauhtémoc, y otros (unos pocos) que han realizado hasta 15 viajes en distintas etapas.
Lo que me llamó la atención es que todavía no hay mujeres a bordo. Por lo que me informaron apenas este año se abrieron las puertas de la Escuela Naval a las 25 jóvenes interesadas en formarse como marinos. Dado que el plan de estudios es de cinco años, no será antes del 2013 que empezaremos a encontrarlas como guardiamarinas en el Cuauhtémoc.
Optar por ser parte de la tripulación no es fácil, porque se pasa mucho tiempo lejos de casa. Este año nuestros marinos estarán fuera siete meses y 17 días. Por supuesto que quien así lo desea puede escribir correos electrónicos a diario (sólo texto) y aprovechar las estancias en puerto para llamar por teléfono a la familia, pero, aún así, no es fácil ni para los que se van ni para los que se quedan.
Quienes recorren el mundo a bordo del Cuauhtémoc disfrutan de una experiencia muy especial sobre todo cuando participan en regatas, porque visitan muchos puertos y hacen muchos amigos de otros países, lo que favorece el intercambio cultural y la difusión de nuestros valores, nuestra comida y nuestras tradiciones.
SU ESTANCIA EN HOLANDA
Tan espectacular fue su entrada a puerto en Den Helder, que ya describí al principio, que esa es la fotografía que apareció en primera plana de casi todos los diarios holandeses para informar sobre la llegada de la Regata.
La fama que precede al Cuauhtémoc lo hace ser un buque muy esperado. En esta ocasión me refiero en lo particular a un grupo de niños de 10 años de edad, de una escuela local. Son los ganadores de un concurso de dibujo, cuyo tema era el mar. Recorrieron el barco, platicaron con algunos miembros de la tripulación y hasta se fotografiaron con el Comandante, en lo que para ellos fue una visita muy especial.
La cubierta del buque está abierta al público en general cada vez que llega a puerto. A decir de los holandeses, es el barco más bonito que participó en la regata, y el que cuenta con personal más amable. Esto es muy cierto. Ellos transmiten esa calidez mexicana que nos distingue, que a los que la conocemos nos hace sentir en casa, y que nos hace repetir: "efectivamente, como México no hay dos".
El barco y su tripulación son unos dignos representantes de nuestro país ahí por donde pasan, como bien lo dijo el Embajador de México en los Países Bajos, Jorge Lomónaco, en la recepción que se ofreció a bordo: "No hay mejor embajador de nuestro país que el Cuauhtémoc, que muestra nuestra hospitalidad por todo el mundo". En otro orden de ideas, continuó: "Como muchos de ustedes saben, en el 2008 se cumplen 180 años de relaciones bilaterales entre México y Holanda. En 1928 entró en vigor el Tratado de Amistad, Navegación y Comercio, tres temas muy importantes para ambos Estados. No encuentro mejor manera de celebrar este aniversario de amistad y navegación que a bordo del Cuauhtémoc aquí en Den Helder".
UN MENSAJE DEL COMANDANTE
Cierro este artículo con un mensaje del capitán Carbajal a los lectores: "Que sepan que este barco es de todos los mexicanos. Que se sientan orgullosos de este pedacito de México que anda por el mundo representando a nuestro país, que es lo que hace la tripulación del buque escuela Cuauhtémoc y la Armada de México. A lo largo de los viajes recibimos muchos elogios que quisiéramos transmitirles por este medio".
Cualquier comentario relacionado con este artículo, favor de dirigirlo a
mestrada@elsoldemexico.com.mx
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