Fuente: Reuters
Por Jean Luis Arce
CAÑETE, Perú (Reuters) - Un proyecto de exportación de gas natural de casi 4.000 millones de dólares ilumina los ojos del Gobierno e inversionistas en Perú, pero a su vez preocupa a ecologistas que temen que replique, a futuro, problemas ambientales causados por la explotación gasífera.
Sobre una árida franja de 521 hectáreas, a 179 kilómetros al sur de Lima, el consorcio Peru LNG construye Pampa Melchorita, un complejo que incluye una planta de licuefacción de gas, una terminal marítima y un gasoducto, que representan el proyecto privado más ambicioso de Perú hasta la fecha.
Para el 2010, Pampa Melchorita será la única planta que produzca gas natural licuado (GNL) en toda la costa del Pacífico de América, a un ritmo de 677 millones de pies cúbicos diarios listos para su venta.
"En el proyecto en sí no hay mayor riesgo, el problema es que está asociado al proyecto Camisea y lo va a potenciar. Los problemas de Camisea no se han resuelto todavía," dijo a Reuters Michael Valqui, experto en mares, hidrocarburos e infraestructura de World Wildlife Fund (WWF) en Perú.
El consorcio que explota el gas de Camisea, la mayor reserva del país en la región andina de Cusco, enfrenta fuertes críticas pues uno de sus ductos ha sufrido hasta seis roturas y fugas de líquidos de gas, que dejaron incluso varios heridos, desde el inicio de sus operaciones en el 2004.
Más allá del daño ecológico, Valqui cuestionó también la escasa presencia institucional en las zonas de influencia del proyecto y la nula capacidad de gestión de las autoridades sobre los grandes recursos que puede generar el plan.
MALA EXPERIENCIA
Pampa Melchorita se alimentará del gas de Camisea a través de un ducto de 34 pulgadas de diámetro y 408 kilómetros de largo, cuya construcción se iniciará en el 2008 y atravesará por los Andes unos 22 distritos, la mayoría de ellos pobres.
Según la gerente general de Peru LNG, Bárbara Bruce, la seguridad del ducto está garantizada, no solo por estudios técnicos sino por las características de la ruta, menos expuesta a lluvias y deslaves que la del tubo de líquidos.
Asimismo, cuenta con la supervisión y auditorías de las entidades interesadas en financiar el proyecto.
"Estamos bajo el escrutinio que todo proyecto grande debe tener. Todos se han mostrado satisfechos y complacidos hasta el momento," afirmó Bruce.
Peru LNG cuenta entre sus potenciales clientes a inversores de Estados Unidos, Chile, Centroamérica y México, país con el que ya existe un acuerdo de venta firmado.
Aunque Valqui reconoce que el gasoducto de Pampa Melchorita presenta menos riesgos que el de Camisea, desconfía de la supervisión de los financistas y del Gobierno que dieron visto bueno al ya seis veces siniestrado ducto de líquidos.
"La supervisión ha sido deficiente," afirmó Valqui.
La inversión en Pampa Melchorita incluye 2.300 millones de dólares para levantar la planta y el puerto, 700 millones para el ducto de gas y 800 millones para su puesta en marcha.
Peru LNG, -formado por la estadounidense Hunt Oil, la española Repsol-YPF, la coreana SK Energy y la japonesa Marubeni Corp - ya invirtió más de 800 millones de dólares y, aunque sigue en busca de financiamiento, no dudará en asumir todo el costo si fuera necesario.
El grupo, que hasta ahora utiliza fondos propios, espera un financiamiento de 400 millones de dólares por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cual está amarrado a otros 400 millones de un grupo de bancos privados.
"Independiente de que haya financiamiento o no, la decisión está tomada de seguir adelante con el proyecto," acotó Bruce.
NEGOCIO MUY RENTABLE
A escala mundial, el mercado de gas natural presenta un escenario prometedor capaz de sostener cualquier financiamiento, según Rafael Romero, analista de los sectores minero y energético de Scotiabank Perú.
"El proyecto Pampa Melchorita es rentable," dijo Romero y añadió que, más aún, frente a los altos precios mundiales del petróleo que impulsarían el uso del gas como producto sustituto.
Sin embargo, el analista coincidió en que la temática ambiental es un asunto "muy sensible."
"Hay que tomar en cuenta que Camisea ha tenido también algún proceso de revisión por sus estudios de impacto ambiental," afirmó Romero.
Entre los inversores interesados figuran el BID, el agente financiero del Banco Mundial, IFC; los Eximbank de Estados Unidos y Corea, y el italiano SACE, según datos de Peru LNG.
La WWF ya ha contactado a algunas de estas entidades para alertar sobre los puntos más preocupantes en su agenda.
"Hemos conversado con algunos de los bancos para advertirles sobre los riesgos que significa la inversión y qué cosas deberían ponerse y mejorarse. Hemos hablado con el IFC, el Eximbank de Estados Unidos y el BID," afirmó Valqui.
Con todo, Pampa Melchorita aspira a competir con la planta de Atlantic LNG, en Trinidad y Tobago, la gran productora de GNL en la región, que tiene una capacidad de producción cinco veces mayor, pero escaso acceso al Océano Pacífico.
"En la costa pacífica de América somos la primera planta de GNL. En costos de transporte tenemos ventaja para ir al norte y al sur. Perú tiene una posición privilegiada como punto de embarque para gas de exportación," explicó Bruce.
(Editado por Patricia Vélez)
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martes, 20 de noviembre de 2007
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