Fuente: La Voz de Galicia
El sector naval vigués ha logrado por fin el primer contrato desde hace más de un año, según fuentes solventes del sector, lo que supondrá una pequeña dosis de confianza frente a la inquietud que ha generado la prolongada sequía de nuevos pedidos en la ría, la cual se había -convertido gracias a la explosión de contratos- en la primera fabricante española de buques de acero durante el bienio 2007-2008. Aunque no han trascendido muchos datos acerca de la nave, se sabe que se trata de un buque oceanográfico con una eslora de unos 70 metros y considerado de última generación gracias a los ingenios que llevará a bordo y las multitareas para las que será diseñado.
La firma constructora, Construcciones Navales P. Freire, pretende, según fuentes del mercado, hacer efectiva su presentación en los próximos días. La intención sería doble: que no solo se convierta en un nuevo pedido para la propia instalación viguesa, una de las más activas en el último bienio, sino en el inicio de una nueva etapa de estabilización de contratos para el conjunto de astilleros de la ría, que hasta ahora no acababa de llegar y que, incluso, se alejaba debido a la importante crisis económica y a la debilidad de la demanda de nuevos buques.
Con todo, no se trata de un mercante, sino de un buque especializado en la exploración marina, un indicio de que la demanda de barcos mercantes -un exponente claro de la recuperación económica- sigue sin ser firme por el momento. Los astilleros vigueses, precisamente, se han especializado en unidades oceanográficas, de transporte de pasajeros y para la industria petrolera.
El sector naval vigués ha logrado por fin el primer contrato desde hace más de un año, según fuentes solventes del sector, lo que supondrá una pequeña dosis de confianza frente a la inquietud que ha generado la prolongada sequía de nuevos pedidos en la ría, la cual se había -convertido gracias a la explosión de contratos- en la primera fabricante española de buques de acero durante el bienio 2007-2008. Aunque no han trascendido muchos datos acerca de la nave, se sabe que se trata de un buque oceanográfico con una eslora de unos 70 metros y considerado de última generación gracias a los ingenios que llevará a bordo y las multitareas para las que será diseñado.
La firma constructora, Construcciones Navales P. Freire, pretende, según fuentes del mercado, hacer efectiva su presentación en los próximos días. La intención sería doble: que no solo se convierta en un nuevo pedido para la propia instalación viguesa, una de las más activas en el último bienio, sino en el inicio de una nueva etapa de estabilización de contratos para el conjunto de astilleros de la ría, que hasta ahora no acababa de llegar y que, incluso, se alejaba debido a la importante crisis económica y a la debilidad de la demanda de nuevos buques.
Con todo, no se trata de un mercante, sino de un buque especializado en la exploración marina, un indicio de que la demanda de barcos mercantes -un exponente claro de la recuperación económica- sigue sin ser firme por el momento. Los astilleros vigueses, precisamente, se han especializado en unidades oceanográficas, de transporte de pasajeros y para la industria petrolera.
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