Fuente: Chron
Aunque finalmente fue controlada parte del crudo que se derrama en el Golfo de México, los científicos temen que las enormes columnas de combustible que ya están en el mar sean atrapadas por una importante corriente oceánica, que propague el desastre hasta los Cayos de la Florida y más allá, perjudicando los arrecifes de coral y matando la fauna.
Los científicos dijeron que los modelos por computadora muestran que el petróleo será atrapado pronto, si es que no ya ocurrió, por una poderosa corriente marítima conocida como la "Corriente de Rizo" que podría arrastrar el crudo hasta el Océano Atlántico.
Los científicos no pudieron decir exactamente, sin embargo, cuando o cuánto crudo será arrastrado. Una vez que llegue a la corriente, podría tomar 10 días o más para alcanzar los cayos.
"Sólo es una cuestión de cuando", dijo Peter Ortner, oceanógrafo de la Universidad de Miami.
"Esto no puede descartarse simplemente como que 'esto no va a ser problema'", dijo William Hogarth, el director del Colegio de Ciencia Marina de la Universidad del Sur de la Florida.
"Esta es un área muy delicada, nos preocupa con lo que pueda ocurrir con los Cayos de la Florida", agregó.
La petrolera BP informó que durante el fin de semana recurrió a una especie de aspiradora submarina _ una tubería de 1,6 kilómetros de largo (una milla) _ para succionar parte del petróleo que se derrama desde una fractura del pozo en el fondo del Golfo de México hasta un buque cisterna.
La empresa y la Guardia Costera de Estados Unidos calculan que aproximadamente 5.000 barriles (80.000 litros, equivalentes a unos 210.000 galones) de petróleo se derraman diariamente.
Los ingenieros finalmente lograron hacer funcionar su invento luego de semanas de soluciones fallidas, pero hay millones de litros (galones) de petróleo que siguen derramados en el Golfo de México.
La "Corriente de Rizo" contiene agua cálida que procede del Golfo y rodea la Florida. Algunos científicos proyectan que la corriente transportará el crudo a través de los cayos y luego a la costa atlántica de la península de Florida, donde el petróleo podría evitar las playas de Miami y Fort Lauderdale, pero aparecer alrededor de Palm Beach.
Muchos científicos esperan que el petróleo no avance al norte más allá de Cabo Cañaveral, que está a la mitad de la costa de Florida, antes de que sea arrastrado al mar y se diluya cada vez más.
La contaminación podría hacer peligrar los mangles costeros de la Florida, zonas de vegetación marina y el tercer arrecife más grande del mundo, el Santuario Nacional de los Cayos de la Florida, de 221 millas de largo, que atrae a millones de buzos, pescadores y otros turistas cuyos dólares son vitales para la economía estatal.
Los contaminantes pueden sofocar y matar a los corales _ criaturas vivientes que tienen un esqueleto exterior duro _ o pueden reducir su capacidad de reproducirse y crecer. Eso, a su vez, podría dañar a miles de especies de peces exóticos y coloridos y otra vida marina que vive alrededor de los arrecifes.
Por otra parte, se informó que Chris Oynes, supervisor de los programas de perforación marítima del servicio federal de Admininstración de Minerales dejará el cargo a finales de mes, volviéndose la primera víctima del desastre en el Departamento de Tierras y Parques Nacionales de Estados Unidos. Oynes fue acusado de haber sido demasiado laxo con la industria petrolera.
Los científicos dijeron que los modelos por computadora muestran que el petróleo será atrapado pronto, si es que no ya ocurrió, por una poderosa corriente marítima conocida como la "Corriente de Rizo" que podría arrastrar el crudo hasta el Océano Atlántico.
Los científicos no pudieron decir exactamente, sin embargo, cuando o cuánto crudo será arrastrado. Una vez que llegue a la corriente, podría tomar 10 días o más para alcanzar los cayos.
"Sólo es una cuestión de cuando", dijo Peter Ortner, oceanógrafo de la Universidad de Miami.
"Esto no puede descartarse simplemente como que 'esto no va a ser problema'", dijo William Hogarth, el director del Colegio de Ciencia Marina de la Universidad del Sur de la Florida.
"Esta es un área muy delicada, nos preocupa con lo que pueda ocurrir con los Cayos de la Florida", agregó.
La petrolera BP informó que durante el fin de semana recurrió a una especie de aspiradora submarina _ una tubería de 1,6 kilómetros de largo (una milla) _ para succionar parte del petróleo que se derrama desde una fractura del pozo en el fondo del Golfo de México hasta un buque cisterna.
La empresa y la Guardia Costera de Estados Unidos calculan que aproximadamente 5.000 barriles (80.000 litros, equivalentes a unos 210.000 galones) de petróleo se derraman diariamente.
Los ingenieros finalmente lograron hacer funcionar su invento luego de semanas de soluciones fallidas, pero hay millones de litros (galones) de petróleo que siguen derramados en el Golfo de México.
La "Corriente de Rizo" contiene agua cálida que procede del Golfo y rodea la Florida. Algunos científicos proyectan que la corriente transportará el crudo a través de los cayos y luego a la costa atlántica de la península de Florida, donde el petróleo podría evitar las playas de Miami y Fort Lauderdale, pero aparecer alrededor de Palm Beach.
Muchos científicos esperan que el petróleo no avance al norte más allá de Cabo Cañaveral, que está a la mitad de la costa de Florida, antes de que sea arrastrado al mar y se diluya cada vez más.
La contaminación podría hacer peligrar los mangles costeros de la Florida, zonas de vegetación marina y el tercer arrecife más grande del mundo, el Santuario Nacional de los Cayos de la Florida, de 221 millas de largo, que atrae a millones de buzos, pescadores y otros turistas cuyos dólares son vitales para la economía estatal.
Los contaminantes pueden sofocar y matar a los corales _ criaturas vivientes que tienen un esqueleto exterior duro _ o pueden reducir su capacidad de reproducirse y crecer. Eso, a su vez, podría dañar a miles de especies de peces exóticos y coloridos y otra vida marina que vive alrededor de los arrecifes.
Por otra parte, se informó que Chris Oynes, supervisor de los programas de perforación marítima del servicio federal de Admininstración de Minerales dejará el cargo a finales de mes, volviéndose la primera víctima del desastre en el Departamento de Tierras y Parques Nacionales de Estados Unidos. Oynes fue acusado de haber sido demasiado laxo con la industria petrolera.
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