Fuente: El Comercio Digital
La Asociación de Navieros Españoles (Anave) dedica abundante espacio de su Boletín Informativo correspondiente al mes de junio a las jornadas sobre los llamados barcos subestándar que organizó a finales del pasado mayo, en Gijón, la Delegación en Asturias del Colegio Oficial de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. De esa forma, los navieros no sólo divulgan información sobre lo tratado, tal como hizo en su día EL COMERCIO, sino que aporta sus propuestas y opiniones sobre la mejor forma de abordar el problema de la navegación de buques subestándar, por el riesgo que eso supone para la seguridad de las personas y del medio ambiente.
En el editorial del citado Boletín, Anave defiende que «aunque la OMI (Organización Marítima Internacional) debe continuar su tarea de mejora permanente de los convenios, el énfasis se debe poner no tanto en el endurecimiento de las normas como en el refuerzo de los instrumentos de control de la aplicación práctica de las mismas por parte de los Estados de bandera y las empresas».
El argumento de Anave es que las estadísticas demuestran que «los buques que cumplen las normas de construcción y mantenimiento, rara vez sufren accidentes graves», de forma que no hace falta acumular trámites ni ocasionar excesivas demoras a los barcos que tienen acreditado su buen estado. En ese sentido, para concentrar las inspecciones en los buques más sospechosos, Anave propugna que sean aplicadas las nuevas tecnologías, «ya que, salvadas las lógicas reservas de confidencialidad, sociedades de clasificación, clubes de P&I, sistemas de 'vetting', o los acuerdos regionales de control por el Estado del puerto podrían compartir parte de la información de la que disponen. Esto contribuiría a perfeccionar los mecanismos de selección de los buques a inspeccionar, simplificando así la tarea de los demás y evitando duplicidad en las inspecciones».
Desprestigio
No obstante, los navieros españoles dejan claro que no buscan evitar controles ni, mucho menos, propiciar el uso de barcos subestándar, y Anave explica que ese tipo de buques suponen, «además de un riesgo para la seguridad marítima y el medio ambiente, una competencia desleal para los armadores responsables y un desprestigio, en general, para el sector marítimo».
Anave muestra su preocupación y aporta sus propias alternativas ante algunas de las previsiones que salieron a la palestra en las referidas jornadas que tuvieron lugar en Gijón, como la expuesta por el jefe de Inspección Operativa de la Dirección General de la Marina Mercante, Manuel Palao, en el sentido de que la UE podría aprobar que los puertos inspeccionen a todos los barcos extranjeros que reciban a partir de 2009.
Actualmente, en virtud del Memorandum de París (MOU), firmado por la mayoría de los países europeos y varios de otros continentes, como Canadá y los Estados Unidos, son controlados un mínimo del 25% de los barcos que llegan a un puerto con distinta bandera a la del país anfitrión.
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lunes, 30 de junio de 2008
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