Fuente: El Periodico Austral
Juan Antonio Torresín, titular de Coserena y uno de los referentes del sector, señaló la posibilidad de la apertura de nuevos mercados para la industria naval a partir de las gestiones presidenciales.
El empresario sostuvo que para lograr el objetivo no hace falta gran capacidad de infraestructura sino una “capacidad de cumplimiento”. “Ese es el punto clave en este tipo de relaciones cuando se hablan de plazos de dos o más años”, dijo. Además, descartó el cumplimiento de la calidad porque en Argentina su mano de obra es reconocida a nivel mundial solamente por historia. “Es fundamental poder trabajar con el tema de los cumplimientos”, insistió.
El empresario naviero y presidente de FINA (Federación de la Industria Naval Argentina) participó de la convocatoria que tuvo la Presidenta de la Nación con más de cien embajadores argentinos en el mundo. “Hemos tenido reuniones con embajadores que se encuentran en países muy distantes, como Marruecos, India, Argelia, Bangladesh, Venezuela, Perú, América Central, etc., además, hemos entablado rondas de negocios en tres días muy intensos con embajadores que hoy son nuestros jefes de venta en el exterior y que, indudablemente, tienen a la industria naval como una referencia muy importante para ofertar productos”, manifestó.
Torresín sostuvo que hablar de exportaciones de buques “no necesariamente” implica hacer negocios con países que tienen una larga tradición naviera. Y contó que se abre un “mercado muy interesante” en Marruecos que “necesita renovar 4 mil barcos pesqueros” y otro en Angola y Nigeria que están muy necesitados en buques de apoyo para plataformas petroleras, remolcadores, todos barcos de tamaño mediano.
El empresario indicó que son dos los astilleros que fabrican barcos grandes en el país, en referencia a Río Santiago y Tandanor y “doce o catorce” astilleros que están en condiciones en construir embarcaciones medianas y pequeñas.
Para Torresín es propicia para la región la obra que contempla la instalación de un astillero en Caleta Paula. “Estamos todos muy contentos de que haya inversiones en el sector y que se hagan obras de este tipo, son apuestas muy fuertes en las que indudablemente hay un riesgo importante y que empresarios nacionales asuman este riesgo, teniendo la visión que la industria naval en el futuro va a ser una importante industria en el país, realmente es muy auspicioso y genera condiciones como para poder encarar trabajos mas importantes”, opinó.
En este sentido, recalcó que se aspira a la “complementariedad” para brindar una oferta mayor entre los astilleros de la región y a generar otras condiciones que beneficiarán a todos. “Creo que en esto hay un componente muy importante y es que estamos muy alejados de los centros de capacitación y calificación de personal. La demanda de mano de obra que va a tener un astillero de estas características nos va a favorecer a todos porque a habrá que incorporarla al sector y de alguna manera estaremos todos beneficiados, si hay centros de capacitación y se dan las condiciones como para poder calificar gente”, concluyó.
El empresario sostuvo que para lograr el objetivo no hace falta gran capacidad de infraestructura sino una “capacidad de cumplimiento”. “Ese es el punto clave en este tipo de relaciones cuando se hablan de plazos de dos o más años”, dijo. Además, descartó el cumplimiento de la calidad porque en Argentina su mano de obra es reconocida a nivel mundial solamente por historia. “Es fundamental poder trabajar con el tema de los cumplimientos”, insistió.
El empresario naviero y presidente de FINA (Federación de la Industria Naval Argentina) participó de la convocatoria que tuvo la Presidenta de la Nación con más de cien embajadores argentinos en el mundo. “Hemos tenido reuniones con embajadores que se encuentran en países muy distantes, como Marruecos, India, Argelia, Bangladesh, Venezuela, Perú, América Central, etc., además, hemos entablado rondas de negocios en tres días muy intensos con embajadores que hoy son nuestros jefes de venta en el exterior y que, indudablemente, tienen a la industria naval como una referencia muy importante para ofertar productos”, manifestó.
Torresín sostuvo que hablar de exportaciones de buques “no necesariamente” implica hacer negocios con países que tienen una larga tradición naviera. Y contó que se abre un “mercado muy interesante” en Marruecos que “necesita renovar 4 mil barcos pesqueros” y otro en Angola y Nigeria que están muy necesitados en buques de apoyo para plataformas petroleras, remolcadores, todos barcos de tamaño mediano.
El empresario indicó que son dos los astilleros que fabrican barcos grandes en el país, en referencia a Río Santiago y Tandanor y “doce o catorce” astilleros que están en condiciones en construir embarcaciones medianas y pequeñas.
Para Torresín es propicia para la región la obra que contempla la instalación de un astillero en Caleta Paula. “Estamos todos muy contentos de que haya inversiones en el sector y que se hagan obras de este tipo, son apuestas muy fuertes en las que indudablemente hay un riesgo importante y que empresarios nacionales asuman este riesgo, teniendo la visión que la industria naval en el futuro va a ser una importante industria en el país, realmente es muy auspicioso y genera condiciones como para poder encarar trabajos mas importantes”, opinó.
En este sentido, recalcó que se aspira a la “complementariedad” para brindar una oferta mayor entre los astilleros de la región y a generar otras condiciones que beneficiarán a todos. “Creo que en esto hay un componente muy importante y es que estamos muy alejados de los centros de capacitación y calificación de personal. La demanda de mano de obra que va a tener un astillero de estas características nos va a favorecer a todos porque a habrá que incorporarla al sector y de alguna manera estaremos todos beneficiados, si hay centros de capacitación y se dan las condiciones como para poder calificar gente”, concluyó.
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