Crisis en la marina mercante; ni un solo buque para comercio exterior tiene bandera mexicana; para abastecernos de maíz y otros granos deben usarse embarcaciones extranjeras
Fuente: La Cronica de Hoy
Por: Adolfo Sánchez Venegas
La marina mercante de México vive una de las peores crisis de su historia pues la mayor parte de los barcos están en manos de empresas transnacionales o son de bandera extranjera, por lo tanto, está en riesgo la seguridad nacional y alimentaría del país.
Actualmente ya no se cuenta con un solo buque con bandera mexicana en el tráfico de altura (comercio exterior), todas las exportaciones e importaciones de gran intercambio comercial mexicano que significan un mercado de fletes marítimos de al menos 5 mil millones de dólares se ha abandonado a embarcaciones extranjeras que van y vienen a nuestro país.
Lo más preocupante de todo es que en México no existen embarcaciones para transportar las miles de toneladas de maíz y de otros granos para abastecer al mercado nacional y se tendrán que rentar navíos con bandera extranjera que cobran entre 20 y 25 mil dólares diarios.
A pesar de que nuestro país cuenta con más de once mil kilómetros de estratégicos litorales que lo vinculan con rutas marítimas comerciales de mayor importancia en el mundo y de contar con tres millones de kilómetros cuadrados de mar en su zona económica exclusiva y con una vecindad con el mayor consumidor del mundo como es Estados Unidos, México no ha podido consolidar la explotación de los múltiples beneficios derivados de los recursos naturales en tierra firme, litorales y mar adentro.
Prueba de ello es que en los últimos 20 años el gobierno federal le ha dado la espalda al mar y ahora somos más dependientes del extranjero.
Los capitanes Víctor Manuel Martínez, Joaquín Dorantes y Cruz Colorado Bacón, dirigentes del Frente de Marinos Mercantes de la CNC, señalaron que la retirada de la participación estatal en la industria naval y la transferencia de esta actividad a la iniciativa privada ha provocado una caída en este sector, con una ocupación actual menor al 25 por ciento de la capacidad instalada.
“Podemos afirmar que esta industria se encuentra en niveles donde su aportación a la economía nacional es irrelevante”.
Indicaron que el retraimiento del Estado como actor de la economía coloca a la industria naval mexicana a merced de las fuerzas del mercado, por lo tanto, su misión como generadora de empleos y como abastecedor del mercado nacional ha sido seriamente cuestionada.
Hoy en día, abundaron, el 85 por ciento de las materias primas y mercaderías se transportan por mar a nivel mundial; “sólo baste mirar a nuestro alrededor para detectar algún objeto a nuestro alcance, que fue transportado por vía marítima”.
Sin embargo, alertaron, los mexicanos hemos volteado nuestras espaldas al mar, hemos ignorado la importancia geopolítica del suelo mexicano: Flanqueado por dos océanos y el mayor consumidor del mundo, desperdiciamos nuestro comercio internacional con valor de más de 400 mil millones de dólares anuales y utilizamos el mar como medio de transporte en tan sólo un 35 por ciento, lejos, muy lejos del promedio mundial del 85 por ciento.
Para la década de los noventa, abundaron, la caída en la construcción de barcos “ya era evidente y dramática”: camaroneros, atuneros de cerco, chalanes, remolcadores, buques-tanque y barcos graneleros, “todo se derrumbó”.
Y citaron por ejemplo:
“La construcción de buques camaroneros, ya que este es el tipo de buque con mayor demanda a nivel nacional, y que después de construir más de mil 981 embarcaciones entre 1970 y 1990, al día de hoy simplemente no se conocen más estadísticas acerca de esto, ni de nada más de la industria naval, porque no existe rastro de ella dentro de la administración pública federal”.
Hicieron notar que el único tipo de embarcación que se ha construido durante los últimos años, aunque sin sustento oficial por falta de estadísticas, es la plataforma de producción petrolera fija para aguas someras, que se fabrica en algunos patios del sur de Tamaulipas y el norte de Veracruz.
Recordaron que al inicio de la administración foxista la marina mercante mexicana contaba con 109 barcos que representaba un millón cien mil toneladas de registro bruto de flota y al final de ese sexenio se contaban con 89 buques que representaban 783 mil toneladas.
Indicaron que de acuerdo a datos de la CEPAL México tiene que pagar por flete de barcos extranjeros para transportar mercancías cerca de 5,400 millones de dólares.
La marcada caída de la flota mercante de buques mayores para navegación de altura y cabotaje, advirtieron, deja sin oportunidad de empleo a muchos de los egresados de las tres escuelas náuticas existentes, obligándolos a emigrar en búsqueda de empleo a otras flotas mercantes extranjeras.
A esto hay que añadir, indicaron, que están confinados a emigrar a otras naciones latinoamericanas solamente, debido a que la deficiencia académica, en especial el insuficiente manejo del inglés, no les permite colocarse en buques mercantes de otras naciones que no sean de habla hispana.
Durante los más de 23 años de funcionamiento del buque escuela Náuticas México, sirvió para que casi 4 mil oficiales de la marina mercante hicieran sus prácticas reglamentarias para dar cumplimiento al Convenio de Titulación, Formación y Guardia para la gente de Mar STCW78/95.
Sin embargo, puntualizaron, después de una seria avería en el cuarto de máquinas, de la que no se conoce peritaje técnico alguno, el buque fue amarrado en Topolobampo, Sinaloa, y reparado mediante fuerte inversión.
Aseguraron que el barco podría operar una década más cuando menos y los 200 alumnos que anualmente egresan de tres escuelas no tienen un buque para hacer sus prácticas y además el plan de estudios no ha sido modificado.
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domingo, 21 de enero de 2007
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