Roberto Barboza
Fuente: El Universal
PARAÍSO, Tab.— La pérdida de la llave de la bodega donde se resguardan los cadáveres, obligó a los familiares del fallecido trabajador petrolero Mario Efrén Flores Rodríguez a alargar la pesada y lluviosa noche.
El perito de la Procuraduría General de Justicia, quien tenía la llave del candado de la puerta donde está la plancha para las necropsias, estuvo ilocalizable, tampoco contestó su celular. Las otras dos copias con las que contaban, tampoco fueron encontradas.
Mientras, los deudos desesperados por llevarse los restos de su familiar a Coatzacoalcos, Veracruz, a donde viajarían la madrugada del jueves, observaban cómo se les alargaba su pesar.
Su concuño Arcadio Rosado Castillo, al recordar con estimación y cariño al esposo de la hermana de su cónyuge, expresa que al trabajador petrolero fallecido, le tocaba “bajar” de la plataforma Usumacinta este viernes, para reunirse con su familia.
Deudos, el abandono
Petróleos Mexicanos y la empresa contratista para la que laboraba el fallecido en la plataforma Usumacinta, se desentendieron de los gastos funerarios y viáticos para los deudos. En las grises oficinas ministeriales, atiborradas de desordenados expedientes, nadie les ofreció agua o café.
Ni siquiera les comunicaron que Flores había fallecido, sino que se enteraron por las noticias y les fue confirmada la calamidad a través de una amistad que labora en la paraestatal, relata su concuño Rosado Castillo, durante la espera nocturna en el Ministerio Público de este municipio.
Además de otros engorrosos requisitos, debieron soportar un cuestionario cuyas respuestas quedarían asentadas en la averiguación previa AMI-PR-566/2007. ¿Era casado legalmente?, decía.
A las tres de la mañana, la carroza fúnebre salió a la ciudad veracruzana con los restos de quien era el operador de la grúa de la plataforma.
El cuerpo del gruero de la Compañía La Central para la plataforma Usumacinta, de 56 años, y cuya única hija recientemente cumplió 15 años, llegó a los muelles a las 18:00 horas del pasado miércoles, a bordo del barco Isla del Toro de la empresa Transportadora Marítima Mexicana (TMM), conducido por el capitán Francisco Javier Quintana Izquierdo.
Sin embargo, el cadáver permaneció dos horas más en los muelles de Pemex en Dos Bocas, ya que las autoridades ministeriales tuvieron que esperar otro barco con trabajadores rescatados, para que pudieran identificar el cuerpo.
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