Fuente: La Voz de Galicia
(Firma: Pablo González | Lugar: enviado especial | bruselas)
Crisis como las del Prestige, el Napoli o el Ostedijk han demostrado lo difícil que es gestionar un accidente marítimo y las presiones que reciben quienes deben tomar la decisión de llevar un buque en peligro a un lugar de refugio. Una de las propuestas más aventuradas que el Parlamento Europeo votará el próximo día 25 tiene que ver precisamente con esta problemática y consiste en que los Estados designen una «autoridad competente» que sea totalmente independiente a la hora de tomar decisiones.
El informe que sustenta esta tesis y que será sometido a una primera lectura en la Eurocámara fue realizado por el eurodiputado belga Dirk Sterckx y recibió el apoyo de 44 de los 45 miembros de la Comisión de Transportes. La polémica enmienda defiende «recurrir a una autoridad independiente que tenga las competencias y la experiencia necesarias para tomar todas las decisiones pertinentes a la hora de asistir al buque en peligro». Este alto funcionario o cargo de confianza «debería gozar de plena capacidad para imponer sus decisiones».
El puesto tendría carácter permanente y el elegido sería el responsable de dirimir si el barco debe dirigirse a una zona de refugio tras analizar su situación. «Creemos que debería ser una persona con poder total sobre los movimientos del buque y que incluso pueda ir a bordo para valorar su situación estructural», asegura Mario Damen, uno de los técnicos que elaboraron la propuesta.
La cuestión es si los Estados miembros están dispuestos a dejar en manos de alguien independiente una decisión tan delicada como llevar a refugio un buque con mercancías peligrosas. El propio Damen reconoce que es un asunto delicado y que el Consejo de Ministros de Transportes pondrá objeciones. Sin embargo, cree que el espíritu de la nueva normativa marítima podría salir indemne al final del complejo proceso de codecisión.
De momento, el Parlamento ya ha ido más lejos que la Comisión Europea a la hora de valorar qué tipo de buques pueden optar a refugio, y no ve necesario que ofrezcan una garantía o fianza económica por los eventuales daños que puedan causar en la costa. Este blindaje por el hipotético sacrificio del litoral fue defendido de forma especial por España, que considera que la industria marítima también debe poner de su parte a la hora de afrontar este tipo de episodios.
Sin embargo, los eurodiputados parecen más propensos a que el refugio sea un trámite mucho más liviano para el armador. Las autoridades podrían comprobar si el barco está cubierto o no por un seguro, «pero la solicitud de esta información no podrá retrasar la operación de salvamento».
Los polémicos lugares de refugio no son del agrado de muchos países, pero los parlamentarios siguen viéndolos como una panacea e insisten en que los Estados costeros deben elaborar una lista con las zonas apropiadas. De momento, sólo el Reino Unido lo ha hecho. De ahí que el proyecto de directiva incluya una lógica excepción a la idea generalizada de acoger barcos con problemas. Cuando esta decisión suponga un peligro para el lugar de refugio, «la autoridad competente buscará otra solución diferente».
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