Fuente: La Tribuna
TEGUCIGALPA.- La vida de un marino está llena de aventuras y en consecuencia de peligros, aunque algunos ganan bien trabajando en barcos mercantes o de placer de navieras internacionales, no dejan de tener miedo y sus familiares han entrado en pánico después del caso del Concordia en Giglio, Italia.
rente a la isla Giglio, el crucero de la compañía Costa Croicere, naufragó con más de 3 mil pasajeros y más de 1,000 tripulantes. Trece personas murieron y 20 están desaparecidas, semanas después del percance.
Como se ha informado, 17 hondureños que se conducían en esta embarcación en calidad de trabajadores salieron ilesos y lograron rescatar a 300 pasajeros.
Pero el accidente ocurrido con el crucero “Costa Concordia” frente a la costas italianas no es uno de los más grandes que ha habido en la historia, se han reportado otros donde las embarcaciones han tomado fuego y se han hundido con su tripulación, indicó un dirigente de uno de los sindicatos de marinos, que tiene su sede en San Pedro Sula.
“Nuestros marinos están bien entrenados, por eso es que salieron ilesos de esa embarcación italiana; ellos son adiestrados por la Escuela de Marinos de la Dirección de la Marina Mercante y los sindicatos; cada año están aprendiendo algo nuevo y van escalonando”, aseguró el presidente del Sindicato Unificado de Trabajadores del Mar de Honduras (Sutramarh), Mario Francisco Mejía.
Los 17 marinos que salieron ilesos al zozobrar el buque italiano son parte de una población de 40 mil marinos hondureños que trabajan en buques mercantes o de placer.
De acuerdo con los datos de autoridades marítimas, la mano de obra “catracha” es una de las más numerosas en las embarcaciones que surcan los mares, seguida de Panamá y Filipinas. Ellos arriesgan su vida porque en el país no hay fuentes de trabajo que les permita sobrevivir.
Los connacionales son preferidos por las navieras internacionales, porque la mayoría son utilizados como marinos de tercera clase: soldadores, mecánicos, barrenderos, cocineros y auxiliares de los contramaestres y capitanes.
Los italianos solo aceptan trabajo de tripulación, como de oficiales y capitanes. Existen capitanes hondureños calificados para dirigir bien una embarcación, pero la mayoría de ellos son contratados por compañías pequeñas.
No obstante, la mano de obra hondureña es una de las mejores calificadas y preferida por las navieras internacionales, por eso los 40 mil marinos proporcionan al país alrededor de 600 millones de dólares en concepto de divisas por las remesas que envían a sus familiares, confirmaron autoridades de la Dirección de Marina Mercante.
DÉFICIT MUNDIAL
El capitán Marcio Martínez, capacitador de la Escuela de Marinos de Tegucigalpa, indicó que existe un déficit de marinos en el mundo y en consecuencia hay una fuerte demanda. Los hondureños son preferidos en el mar, porque son bien trabajadores.
Algunos datos indican que Honduras tiene a nivel mundial 20 mil personas laborando, 15 mil son marinos y 5 mil oficiales, pero otros informes revelan que son 40 mil.
Los marinos regulares tienen un sueldo entre 1,200 a 1,900 dólares y los especializados ganan hasta 5 mil dólares, aseguró el oficial.
La formación de marinos mercantes se inició en el 2007 a través de la Escuela Marítima Centroamericana. Esta tiene su sede principal en Omoa, tiene una regional en La Ceiba y ahora en Tegucigalpa para cubrir a los aspirantes del centro, Oriente y Sur del país.
Esta escuela imparte un curso básico de dos semanas para marinos que consiste en familiarizarse con una embarcación para los que deseen embarcarse en el extranjero.
Posteriormente tienen que pasar otros cursos como: Sobrevivencia en el mar, control de multitudes, protección de buques e instalaciones portuarias e inglés técnico de mar que las compañías navieras internacionales solicitan.
Expuso que quienes embarcan son los sindicatos de marinos a través de las solicitudes que les hacen las compañías internacionales. La mayor parte tiene su sede en la costa Norte del país y ellos son los que seleccionan sobre si necesitan cocineros, meseros, enfermeras, personal técnico como mecánicos, electricistas o carpinteros.
En el caso de los ingenieros o personas especialistas en un oficio o profesión se les da un título como especialista en marino, indicó el capitán Martínez.
Solo en la Escuela de Marinos de Tegucigalpa se han capacitado unos 800 al año, con un número de 50 por curso mensual. En la actualidad cuentan con 42 alumnos. Todos los meses están llegando 30 o 35 aspirantes. En tanto, en Omoa se capacitan unos 7,000.
Dijo que el costo del curso para cada marino es aproximadamente de 3,000 lempiras, lo cual es simbólico comparado con el que se hace en Panamá.
Se aceptan concursantes de 16 a 45 años de edad, que no tengan antecedentes penales, y se les solicita presentar tarjeta de salud, fotografía y si es menor de 21 años se pide autorización a sus padres.
Pero agregó que una de las mayores barreras para embarcar al marino hondureño es que no sabe inglés; hay compañías que no lo requieren y en estas es donde se aprovecha para colocarlos.
Manifestó que en los últimos meses han visto un incremento de aspirantes, porque a nivel mundial hay una demanda, hay un déficit, porque la mayoría de los marinos que existen ya sobrepasan los 45 años y están por jubilarse.
Abanderamiento abre oportunidades de trabajo
El país no cuenta con astilleros ni posee una flota grande de barcos, a pesar de que sus costas son bañadas por dos océanos: El Pacífico y Atlántico.
No obstante, la bandera hondureña surca los mares a nivel internacional en unos 200 grandes buques de compañías transnacionales, transportando mercaderías de todo tipo e inclusive personas en lujosos transbordadores o cruceros.
La bandera de Honduras se observa en barcos que transportan mercaderías y personas en Panamá, Estados Unidos, países de Asia como Japón y Corea, África y Europa.
En Internet aparece publicado una lista de 200 barcos con nombres exuberantes y raros, que se dice se encuentran registrados en la Dirección de Marina Mercante.
Panamá y Honduras aparecen como los países que registran en forma muy expedita barcos de todo calado, aunque sean de otros países.
En el lejano oriente se encuentran Liberia y Sierra Leona como naciones que también se dedican al negocio del abanderamiento libre de barcos.
De acuerdo a autoridades de la Marina Mercante, las compañías internacionales prefieren a Honduras para registrar sus embarcaciones, porque es más fácil, barato y los impuestos son menores en comparación con otros países, aunque el registro abierto se dijo, solo se da en pocos países, entre ellos: Panamá, Belice, Liberia, Sierra Leona y Honduras, en tanto España, Chile, Estados Unidos, Brasil, entre otros países, no registran buques de extranjeros.
Marinos generan hasta $600 millones
La Dirección de Marina Mercante ha hecho un estimado que la población de marinos hondureños ingresa a la economía Hondureña entre 400 y 600 millones de dólares americanos en remesas. Asimismo, al incrementar el registro de buques ocurre lo mismo con las divisas.
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