domingo, 19 de septiembre de 2010

Oportunidades de la autopista del mar

Fuente: El comercio digital
La silueta del 'Norman Bridge', con sus 180 metros de eslora, pronto será familiar en la bahía de Gijón y en los Muelles de la Osa, en los que una flamante terminal acoge a los pasajeros provenientes de la costa occidental francesa. El ferry, con capacidad para un centenar de camiones y remolques, así como automóviles y sus ocupantes, es el buque dispuesto por la naviera Louis Dreyfus para atender la primera autopista del mar que se pone en funcionamiento en España, y que cubre el recorrido entre Asturias y Nantes-Saint Nazaire: catorce horas de navegación frente a los mil kilómetros que el mismo recorrido comporta por carretera. El día 8 hizo el viaje por vez primera, y el pasado jueves fue inaugurada oficialmente por el ministro de Fomento, José Blanco, y el secretario de Estado de Transportes francés, Dominique Bussereau.
Tal denominación, autopista del mar, en realidad señala una ruta marítima que posee
características especiales, ya que está promovida por la Unión Europea por una serie de cualidades que la hacen merecedora del impulso público. Su finalidad principal es la de transportar vehículos pesados, aliviar así el tránsito de mercancías por las autovías, y contribuir, por tanto, a ahorrar emisiones a la atmósfera. A los transportistas les facilitaría el viaje, siempre y cuando las tarifas sean competitivas, pues durante la navegación pueden descansar y proseguir la ruta hacia el interior de Francia u otros destinos europeos.
Para El Musel el beneficio es manifiesto: promueve nuevos tráficos, además de su diversificación, con el incremento de la mercancía general para disminuir la dependencia de los graneles sólidos, en los que el puerto asturiano ostenta el primer puesto en España. Además, un servicio que en un principio no fue previsto para transportar pasajeros está siendo utilizado en estos primeros viajes por numerosas personas con fines turísticos. De consolidarse la tendencia encontraríamos un nuevo nicho de actividad que, a su vez, repercutiría a favor del turismo regional.
El ministro Blanco comparó la puesta en marcha de la iniciativa con la de una línea de alta velocidad ferroviaria. El símil es a todas luces desproporcionado, tanto por volumen de inversión, como por incidencia social, y en ningún caso debe emplearse para justificar la tardanza en la construcción de una infraestructura esencial para el Principado. Pero quizá sí sea relevante destacar que la ruta marítima comportará, si somos capaces de mantenerla y desarrollarla, un acercamiento real entre el norte peninsular y la costa occidental francesa, y establece una nueva frontera y un medio para estrechar la relación entre ambas naciones, del mismo modo que ocurre con los enlaces convencionales entre puertos cantábricos y localidades británicas como Plymouth y Portsmouth, y con otros con Francia hoy extinguidos. De hecho, la segunda autopista prevista a partir de 2011 desde Vigo ha de verse, además de como una competencia para la recién inaugurada desde Gijón, lo que servirá para estimular su gestión, como la oportunidad de consolidar un tráfico atractivo, con capacidad para absorber un volumen notable de vehículos y de presentar una oferta válida para transportes para áreas más amplias de la península.
Ahora está en manos de los gestores de la Autoridad Portuaria, la naviera y de otras entidades trabajar en pos del afianzamiento del servicio. Las subvenciones provenientes de España, Francia y la UE, cuantificadas en 34 millones de euros, contribuirán a su lanzamiento, pero es imprescindible poner en marcha la estrategia comercial y política para conseguir afianzar la ruta, rentabilizarla, implantar la frecuencia diaria frente a las tres salidas semanales iniciales y, en su caso, planificar nuevos destinos.

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