Fuente: Nuestromar
La naviera Atlantic Container Line (ACL) recibirá en un par de semanas, cinco contenedores convertidos en celdas temporarias, con lo que estará en condiciones de encerrar bajo llave a los polizones que aborden sus buques.
Cada uno de sus cinco buques multipropósito desplegados en el Atlántico será equipado con un contenedor de 40 pies, dividido en cuatro cabinas en la que se alojará a los polizones, hasta tanto sean entregados a las autoridades.
Andrew Abbott, director ejecutivo de ACL, quien llamó la atención a principios de año sobre las frecuentes brechas de seguridad que afectan a los puertos europeos, dijo que se vio forzado a adoptar medidas, luego de fracasar en el intento de convencer a las agencias responsables por la seguridad, de que tomen el asunto con mayor seriedad.
“La situación está peor que nunca”, afirmó Abbot, cuyos buques, con sus rampas para vehículos y destino final en puertos de los EEUU, son particularmente vulnerables. En el último incidente, el mes pasado, dos ciudadanos marroquíes lograron acceder en Liverpool a uno de los buques de ACL, creyendo que se dirigía a América del Norte.
En realidad, habían abordado un buque en ruta hacia el Este, con destino a Amberes, y fueron devueltos a Liverpool. Allí, fueron arrestados, llevados a la justicia y luego liberados.
“¿Por qué no tratan a estas personas de la misma forma que si estuvieran merodeando un avión?”, se pregunta Abbot, quien está convencido que el crimen organizado está detrás de esta ola de polizones. “Todos ellos tienen la misma historia, siguen los mismos procedimientos cuando son encontrados, y casi todos ellos son inmigrantes ilegales en los países donde se embarcan”, explicó.
A pesar de todo, Abbot elogió la actitud de la policía de Liverpool. Sus pares en el resto de Europa, en cambio, se muestran en su mayoría reticentes a enfrentar el tema.
ACL está trabajando estrechamente con la Asociación de Armadores de la Comunidad Europea, para “navegar por los canales apropiados” y persuadir a la Comisión Europea de que deben adoptarse medidas para frenar el problema de los polizones.
De otro modo, las autoridades estadounidenses podrían accionar contre buques procedentes de Europa, si existieran sospechas de fallas de seguridad en algunos puertos. El Servicio de Guardacostas de EEUU debe ser informado sobre el problema, y a menos que Europa se mueve primero, podría tomar medidas.
ACL, subsidiaria de Grimaldi, pretende el establecimiento de estándares comunes de seguridad, junto con un método de monitoreo de los mismos.
Por Janet Porter
Adaptado al español por NUESTROMAR. Fuente: Lloyd´s List
Cada uno de sus cinco buques multipropósito desplegados en el Atlántico será equipado con un contenedor de 40 pies, dividido en cuatro cabinas en la que se alojará a los polizones, hasta tanto sean entregados a las autoridades.
Andrew Abbott, director ejecutivo de ACL, quien llamó la atención a principios de año sobre las frecuentes brechas de seguridad que afectan a los puertos europeos, dijo que se vio forzado a adoptar medidas, luego de fracasar en el intento de convencer a las agencias responsables por la seguridad, de que tomen el asunto con mayor seriedad.
“La situación está peor que nunca”, afirmó Abbot, cuyos buques, con sus rampas para vehículos y destino final en puertos de los EEUU, son particularmente vulnerables. En el último incidente, el mes pasado, dos ciudadanos marroquíes lograron acceder en Liverpool a uno de los buques de ACL, creyendo que se dirigía a América del Norte.
En realidad, habían abordado un buque en ruta hacia el Este, con destino a Amberes, y fueron devueltos a Liverpool. Allí, fueron arrestados, llevados a la justicia y luego liberados.
“¿Por qué no tratan a estas personas de la misma forma que si estuvieran merodeando un avión?”, se pregunta Abbot, quien está convencido que el crimen organizado está detrás de esta ola de polizones. “Todos ellos tienen la misma historia, siguen los mismos procedimientos cuando son encontrados, y casi todos ellos son inmigrantes ilegales en los países donde se embarcan”, explicó.
A pesar de todo, Abbot elogió la actitud de la policía de Liverpool. Sus pares en el resto de Europa, en cambio, se muestran en su mayoría reticentes a enfrentar el tema.
ACL está trabajando estrechamente con la Asociación de Armadores de la Comunidad Europea, para “navegar por los canales apropiados” y persuadir a la Comisión Europea de que deben adoptarse medidas para frenar el problema de los polizones.
De otro modo, las autoridades estadounidenses podrían accionar contre buques procedentes de Europa, si existieran sospechas de fallas de seguridad en algunos puertos. El Servicio de Guardacostas de EEUU debe ser informado sobre el problema, y a menos que Europa se mueve primero, podría tomar medidas.
ACL, subsidiaria de Grimaldi, pretende el establecimiento de estándares comunes de seguridad, junto con un método de monitoreo de los mismos.
Por Janet Porter
Adaptado al español por NUESTROMAR. Fuente: Lloyd´s List
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