Decenas de miles se desplazaron temprano hasta un punto desde donde fueron trasladados en autobuses a la enorme cámara de concreto del nuevo carril de esclusas en la entrada del Pacífico, a fin de que observaran la obra más ambiciosa emprendida por Panamá y que pretende transformar el comercio marítimo mundial.
La Autoridad del Canal de Panamá, el ente que opera la vía desde su transferencia por parte de Estados Unidos hace 15 años, convocó la visita para que los panameños vivian en carne propia un día histórico en momentos en que la obra ya lleva un adelanto de casi 90% y cuando se acerca el proceso de inundación o llenado de las cámaras de las nuevas esclusas en el Atlántico y Pacífico.
El objetivo es que "la gente sienta y entienda la magnitud de la obra", manifestó el administrador del canal Jorge Luis Quijano, quien saludó y se tomó fotos con los visitantes.
De acuerdo con estimaciones de las autoridades, al menos 45 mil personas asistieron a la actividad el domingo.
El pasado fin de semana, otros 20 mil, entre familiares y amigos de los trabajadores de la Autoridad del Canal y del consorcio de empresas que construye las nuevas esclusas, realizaron la visita, algo que nunca se dio por diversos factores durante la construcción y apertura del canal por Estados Unidos en 1914.
Los que construyeron el canal en el siglo pasado fueron extranjeros, a diferencia de la ampliación en que el 90% de la mano de obra ha sido panameña, anotó Quijano. Además, había poca gente la capital, agregó.
Por otra parte,
Estados Unidos también ejerció un control administrativo y de seguridad férreo del canal y de zonas contiguas, las cuales fueron vedadas a visitas de los panameños por décadas.
Quijano recordó que la única vez que vio tanta gente y entusiasmo en una actividad en el canal fue durante el histórico traspaso el 31 de diciembre de 1999.
La actividad tuvo lugar en momentos en que los panameños y la comunidad marítima mundial también esperan que la ampliación llegue una vez por todas a su conclusión. Las previsiones de los constructores de las nuevas esclusas y de las autoridades es que el canal ampliado estará en operación comercial y podrá pasar los buques gigantes a partir de abril del 2016, un atraso de algo más de un año según los planes originales.
Los panameños acudieron a las urnas hace una década para respaldar mayoritariamente en un referendo la ampliación de su canal, la cual tiene un costo de cinco mil 250 millones de dólares, pero que podría inflarse de fructificar reclamos multimillonarios en curso por presuntos sobrecostos.
Muchos de los que dieron el voto a favor de la ampliación se encontraban entre los visitantes del domingo, y no escondían su sorpresa al pisar la obra, en una mañana en que ni la lluvia frenó el torrente de personas, entre los que se mezclaban también turistas extranjeros.
"Es impresionante porque la verdad al ver esta infraestructura tan grande y ser parte de esta historia que tantas luchas nos costó", dijo la jubilada panameña Demis Torres. Aludió a las luchas generacionales por alcanzar el control del canal y sus tierras aledañas.