Fuente: Faro de Vigo
B. MÁRQUEZ - PONTEVEDRA Los astilleros de Nodosa, en la ría de Pontevedra, y Freire, Armón y Cardama, en la ría de Vigo, se preparan para competir por los contratos para la construcción de siete remolcadores y de colaboración para la de otros siete buques en firmas mexicanas derivados del acuerdo estratégico recientemente subscrito por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo y el director general de la compañía estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel. Se mantienen atentos al pliego de condiciones del anunciado concurso que será el que defina el pedido y los requisitos exigidos al posible constructor y por tanto delimite las posibilidades de cada uno de las empresas aspirantes.
Todos confían en que se materialice el concurso a corto plazo dado que las declaraciones políticas que acompañaron el acuerdo situaron en otoño el horizonte temporal para comenzar los trabajos, los cuales serán "un balón de oxígeno" para un sector naval gallego que ha perdido en dos años alrededor de 9.000 empleos. La construcción de los remolcadores, según las cifras apuntadas por los firmantes del acuerdo, supondrá una inversión de 310 millones de dólares (247 millones de euros), generará 2,6 millones de hora de trabajo y ocupará a 2.500 operarios.
"Cuando se haga público el pliego de condiciones veremos las características de los buques, las exigencias empresariales? y entonces sabremos si podemos optar y con qué posibilidades pero, en principio, nuestro astillero encajaría en este contrato ya que tenemos experiencia demostrada en la construcción de remolcadores y buques offshore" explica el gerente de Nodosa SL, Rafael Outeiral.
Este astillero marinense intensificó el pasado año su apuesta internacional en el sector de las dragas y los remolcadores, un nicho de mercado que sitúa en los Países Bajos y Escandinavos y en Sudamérica y África Occidental. En este contexto Nodosa SL acude este año con stand propio a ITS Barcelona, la feria internacional del remolcador.
La posibilidad de que Nodosa se pueda hacer con la construcción de alguno de los remolcadores mexicanos genera importantes expectativas entre los trabajadores del naval local en tanto en cuanto derivaría en subcontrataciones. Una plantilla que sigue con mucha atención la evolución del acuerdo Xunta-Pemex es la de Factoría Naval, astillero colindante con Nodosa que tendría muchas posibilidades, reconocidas por fuentes empresariales, de convertirse en esta obra en empresa auxiliar. Sus gradas son una infraestructura apetecida por Nodosa para afrontar la construcción de embarcaciones de más de 18 metros de manga, una dimensión que previsiblemente superarán los remolcadores de Pemex o para otro tipo de encargos.
Saldar la deuda pendiente y después colaborar
"Hemos colaborado en el pasado y tenemos interés en volver hacerlo pero, ya lo dijimos en la comisión de seguimiento (del acuerdo que evitó el segundo concurso) antes de establecer cualquier nueva relación Factoría Naval tiene que liquidar, primero, la deuda con los trabajadores despedidos y con los proveedores", señala el gerente de Nodosa y portavoz del frente de empresas (300) afectadas por la suspensión de pagos del año 2010.
Rafael Outeiral recuerda que Nodosa ya alquiló en el pasado vías ociosas de Factoría Naval e intercambiaron los papeles de contrata y empresa auxiliar en algunos trabajos y reconoce que la hipotética construcción de un remolcador de Pemex sería un momento idóneo para establecer nuevas relaciones comerciales.
Factoría Naval, en la actualidad paralizada y sin pedidos, se ha propuesto un proyecto de reinicio de la actividad basado en la reparación de buques, un campo en el que la industria auxiliar local está dispuesta a colaborar aportando carga de trabajo una vez que perciban los 9,2 millones de euros de deuda pendiente que se están tramitando. Los remolcadores de Pemex se vislumbran como una oportunidad para unos y otros.
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