miércoles, 8 de diciembre de 2010

Reciclaje marino, rumbo a buen puerto

Fuente: El Mundo

Los cascos de los barcos pueden acabar sosteniendo cultivos hidropónicos de tomates, regresar de nuevo al mar formando parte de diques marítimos o acabar encallados en nuestras ciudades como mobiliario urbano de paseos y parques. Esta es la propuesta de una empresa mallorquina dedicada al reciclaje marítimo que ha desarrollado un proyecto pionero que busca recuperar la fibra de vidrio de las embarcaciones en desuso. El objetivo es que este material, hasta ahora abandonado en vertederos, descampados o en los fondos marinos, continúe ‘navegando’ en forma de productos útiles con diferentes aplicaciones.

¿Qué se puede hacer con una nave obsoleta? Al final de su ciclo de vida casi todos los componentes de un barco pueden reciclarse. Los aparatos eléctricos, las partes electrónicas, los equipos de navegación o los diferentes materiales como los metales pueden valorizarse; los desechos peligrosos como el aceite de las sentinas se descontaminan; pero existen ciertos residuos incómodos que, por su dificultad para reconvertirlos, no encuentran su lugar en el mundo. Y este es el caso de la fibra de vidrio.

En la pasada edición del ForoTEC, el clúster de innovación marina de Baleares, IDimar, en una de sus mesas redondas presentó una iniciativa privada para la creación de un Centro de Valorización Náutica. Un proyecto, pionero en toda Europa, que consiste en la descontaminación de embarcaciones a través de la reutilización y el reciclaje de todos los materiales con los que están construidos los barcos. Una idea muy a tener en cuenta en una comunidad en la que cada año se abandonan cientos de embarcaciones en puertos, talleres náuticos o en medio del campo, sin olvidar otras muchas que se hunden en alta mar.

Conscientes de esta problemática Sebastià Salvà y Tolo Verd, gestores de residuos, comenzaron a diseñar un centro de descontaminación de embarcaciones que cubriera todos los subproductos del desguace. «La fibra de vidrio y los polímeros era lo que más nos preocupaba –comenta Salvà– y para reutilizarla probamos diferentes soluciones como la fabricación de paneles plásticos para la construcción que, finalmente, comprobamos que no era rentable».

Del casco del barco al invernadero y al tobogán
Pero durante el desarrollo de esta idea se han ido implicando diferentes personas –actualmente son seis socios– y parte de la solución llegó cuando uno de los participantes en el proyecto propuso una prueba para emplear la fibra de vidrio como sustrato en los invernaderos de cultivo hidropónico, sustituyendo a materiales como puede ser la perlita, uno de los más utilizados actualmente en este tipo de agricultura.

Se llevaron a cabo a cabo diferentes experimentos con tomateras y pimenteras en el Instituto Agroalimentario de Cataluña y los rendimientos obtenidos fueron similares a los de los cultivos que empleaban perlita, con la ventaja de que este nuevo producto sale casi a mitad de precio.

Pero para que la fibra de vidrio acabe como soporte de los cultivos hidropónicos hay que llevar a cabo todo un proceso cerámico –patentado por uno de los socios– y que consiste en realizar una mezcla de arcilla molida con fibra de vidrio y extrusionarla para obtener pellets (pequeñas porciones de material aglomerado o comprimido). Posteriormente, los pellets se introducen en un tronel de secado que posee una fuente de calor que inertiza las sustancias peligrosas de la fibra de vidrio. «Se trabaja en un circuito cerrado, explica Verd, ya que los gases de escape se recirculan al quemador para evitar emisiones a la atmósfera». La fuente de energía empleada en este proceso será el gasoil que se extraiga de las embarcaciones desguazadas, dando así uso o gestión final a otro residuo.

Pero el sustrato para cultivos hidropónicos no es el único producto que van a elaborar a partir de la fibra de vidrio, hay dos más: uno es un aglutinante para refuerzo del hormigón en los diques de contención o escolleras, y el otro un tipo de madera denominada plástica que se emplea en mobiliario urbano y en los parques infantiles.

Dependiendo del destino final la fibra se trabaja de diferente forma. «Si va a unirse con el cemento para fabricar bloques de hormigón se deja en escamas de unos tres centímetros para que conserve su estructura, pero si su uso va ser la madera plástica se convierte en polvo», aclara Salvà.

Se trata de un proyecto pionero a nivel nacional y único en el ámbito europeo porque, según explican ambos gestores, aunque existen algunas iniciativas, como por ejemplo una francesa que aprovecha la fibra para la elaboración de suelos, ninguna llega a este grado de valorización. Hay también un proceso de cogeneración para el autoconsumo –turbina Brighton– que recupera los gases de la cámara de postcombustión.

Proceso de reciclaje
El Centre de Valorització Nautic SL estará ubicado en un espacio de unos 6.000 metros cuadrados en la calle Boneteros del polígono de Son Castelló. Los emprendedores que lo han puesto en marcha prevén que entrará en funcionamiento a principios del verano de 2011.

Cuando una embarcación llegue a este centro se valorizarán todos sus subproductos, se tratarán los residuos peligrosos y después los gestores finales de cada tipo de residuo se harán cargo de ellos. Cuando del barco sólo quede el casco, lo cortarán dependiendo del tipo de aplicación. Lo más común es hacer piezas de un metro por un metro y extraer la fibra.

El proyecto está pensado para gestionar las embarcaciones que pueden darse de baja anualmente en Baleares y para hacer estas estimaciones han tomado como base los datos de Capitanía Marítima, clubes náuticos y varaderos. Aunque comentan que no ha sido tarea fácil porque no hay una normativa que determine exactamente cómo deshacerse de un barco viejo.

El objetivo principal de empresa es evitar los daños que producen en el medio ambiente las naves que son abandonadas o dejan de utilizarse y, al tiempo, conseguir reutilizar todos sus componentes, incluso aquellos que hasta ahora no eran tratados, como los polímeros y la fibra de vidrio. ¿Conseguirán acabar con la imagen surrealista de un yate debajo de los algarrobos?

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