Dentro de poco se festejara el día de la marina mercante, y como siempre será poco lo que realmente se festeje, otra vez la misma situación algunos marinos reclamando, otros festejando, pero en fin todo igual.
Seguirán los enfrentamientos entre frentes y colegios, sindicatos vs. sindicatos, aliados vs. críticos, unos alabando a los funcionarios públicos y otros con criticas a su labor. Lo peor es que todo seguirá siendo entre marinos mexicanos egresados de las mismas escuelas y con la “misma” intención.
No podría ser diferente porque no hemos hecho nada para que así sea, sin embargo las celebraciones entre empresarios serán aparte, porque ellos entienden y han entendido desde hace mucho que tienen un denominador común (llámese su Dios) y es el DINERO, algo que los hace diferir pero no pelearse para poder repartirse el mercado.
Se podrá asistir a reuniones con Diputados y Senadores, ó con Directores Generales y burócratas, pero nada debe cambiar esa es la consigna, todas estas actividades son y serán válvulas de desfogue para un sector medio inquieto, pero desorganizado.
Palabras de aliento y esperanzadoras son y serán el común denominador, pero cual será la justificación de parte de nosotros a esta situación. Siempre se maneja que para poder unirnos tenemos que pensar lo mismo y actuar iguales, no hemos entendido que no tenemos porque pensar y actuar iguales porque es la naturaleza del hombre.
Cuando será que se organicé el trabajo de los marinos desde sus diferentes trincheras para poder buscar objetivos concensados, gestionando por todos los conductos adecuados, para no dejar rendijas, ni dar pretexto a excusas.
Siempre buscamos el lucimiento personal en cualquier momento y todos queremos ser el Capitán del proyecto, los marinos sabemos trabajar en grupo, pero no en equipo, y a esta condición no podemos echarle la culpa a las escuelas, ellas solamente forman en lo técnico, no en lo humano.
Difícil creer que los marinos mexicanos somos incapaces de lograr los derechos más elementales, ahogando nuestras aspiraciones y siendo bien aprovechadas por grupos ajenos al medio, como siempre estamos muy ocupados peleándonos entre nosotros mismos.
El éxito lo tendremos no cuando “cedamos” en nuestras convicciones, sino cuando sepamos negociar y saber anteponer nuestro objetivo a nuestros intereses, cuando tengamos la verdadera voluntad de aportar a la marina mercante.
Como entender que hoy en día los veteranos y jubilados no se interesen por ayudar a un cambio con su experiencia y mucho menos lo jóvenes que nos preocupamos mas por el factor económico, sacrificando lo mas preciado la dignidad.
Difícil no comprender que el perjuicio para un colega es un perjuicio para nosotros mismos, y un logro es un beneficio para todos, porque todos nos desenvolvemos en un sector muy pequeño.
El ver la demanda de marinos mexicanos en el extranjero es algo muy bueno, que abre una puerta para todos aquellos que nos quejamos de las malas empresas, pero tenemos que dar un extra muy sencillo el ingles, y gran ventaja es eso, ya que para marinos de otras latitudes todavía no se presenta esta oportunidad.
La esperanza no se perderá por no ver la voluntad en nosotros mismos para exigir un cambio. Será una lucha que tendremos que soportar hasta que esto cambie y será mas pronto de lo que se cree.
Seguirán los enfrentamientos entre frentes y colegios, sindicatos vs. sindicatos, aliados vs. críticos, unos alabando a los funcionarios públicos y otros con criticas a su labor. Lo peor es que todo seguirá siendo entre marinos mexicanos egresados de las mismas escuelas y con la “misma” intención.
No podría ser diferente porque no hemos hecho nada para que así sea, sin embargo las celebraciones entre empresarios serán aparte, porque ellos entienden y han entendido desde hace mucho que tienen un denominador común (llámese su Dios) y es el DINERO, algo que los hace diferir pero no pelearse para poder repartirse el mercado.
Se podrá asistir a reuniones con Diputados y Senadores, ó con Directores Generales y burócratas, pero nada debe cambiar esa es la consigna, todas estas actividades son y serán válvulas de desfogue para un sector medio inquieto, pero desorganizado.
Palabras de aliento y esperanzadoras son y serán el común denominador, pero cual será la justificación de parte de nosotros a esta situación. Siempre se maneja que para poder unirnos tenemos que pensar lo mismo y actuar iguales, no hemos entendido que no tenemos porque pensar y actuar iguales porque es la naturaleza del hombre.
Cuando será que se organicé el trabajo de los marinos desde sus diferentes trincheras para poder buscar objetivos concensados, gestionando por todos los conductos adecuados, para no dejar rendijas, ni dar pretexto a excusas.
Siempre buscamos el lucimiento personal en cualquier momento y todos queremos ser el Capitán del proyecto, los marinos sabemos trabajar en grupo, pero no en equipo, y a esta condición no podemos echarle la culpa a las escuelas, ellas solamente forman en lo técnico, no en lo humano.
Difícil creer que los marinos mexicanos somos incapaces de lograr los derechos más elementales, ahogando nuestras aspiraciones y siendo bien aprovechadas por grupos ajenos al medio, como siempre estamos muy ocupados peleándonos entre nosotros mismos.
El éxito lo tendremos no cuando “cedamos” en nuestras convicciones, sino cuando sepamos negociar y saber anteponer nuestro objetivo a nuestros intereses, cuando tengamos la verdadera voluntad de aportar a la marina mercante.
Como entender que hoy en día los veteranos y jubilados no se interesen por ayudar a un cambio con su experiencia y mucho menos lo jóvenes que nos preocupamos mas por el factor económico, sacrificando lo mas preciado la dignidad.
Difícil no comprender que el perjuicio para un colega es un perjuicio para nosotros mismos, y un logro es un beneficio para todos, porque todos nos desenvolvemos en un sector muy pequeño.
El ver la demanda de marinos mexicanos en el extranjero es algo muy bueno, que abre una puerta para todos aquellos que nos quejamos de las malas empresas, pero tenemos que dar un extra muy sencillo el ingles, y gran ventaja es eso, ya que para marinos de otras latitudes todavía no se presenta esta oportunidad.
La esperanza no se perderá por no ver la voluntad en nosotros mismos para exigir un cambio. Será una lucha que tendremos que soportar hasta que esto cambie y será mas pronto de lo que se cree.
Raúl B. Rodríguez L.