Fuente: Excelsior
Ricardo Pascoe Pierce
La idea del puerto es relevante en tiempos de integración de la economía de Estados Unidos y la de México.
Apartir de que el ex presidente Fox recibió una propuesta para construir una terminal portuaria en la bahía de Punta Colonet, Baja California, a finales de 2003, el tema ha permanecido en algún grado de estudio y desarrollo. Dícese que el nombre de la zona proviene del capitán y explorador británico James Colnett quien, en el siglo XVIII, conoció el lugar y se impresionó por la variedad de minerales en la zona.
La idea del puerto es relevante en tiempos de integración de la economía de Estados Unidos y la de México. Propone ser un punto de llegada alterno a Long Beach y Los Ángeles, unos puertos saturados debido a que 80% del comercio de Asia llega por sus terminales a las Américas.
Sin embargo, la bahía tiene otro atractivo, señalado por Colnett: posee una extraordinaria riqueza mineral. Se ha comprobado que tiene depósitos de titanio y fierro que rebasan los certificados en Canadá, entre otros países. Son algunos de los depósitos minerales de fierro y titanio más grandes del mundo.
La empresa china Hutchison Whampoa hizo la propuesta en 2003. Debido a que conoce bien los puertos de México, pues administra los cuatro más importantes del país Veracruz, Manzanillo, Ensenada y Lázaro Cárdenas no es sorprendente que tuviera el ojo puesto en la posibilidad de construir lo que sería el puerto más grande e importante de México. Además, complementó su propuesta con la inclusión de Union Pacific como empresa constructora de la vía férrea entre Punta Colonet y el mercado de EU. Empresa que tiene, como miembro de su Consejo de Administración, al ex presidente Ernesto Zedillo. El dato acerca de las dos empresas impulsoras de este proyecto (el chino y el estadunidense aliado a un ex presidente) será relevante a la hora de descubrir los problemas y los conflictos que han surgido posteriormente.
En 2005, la Secretaría de Economía otorgó un Título de Concesión Minera, con una superficie de 29 mil 999 hectáreas, al Grupo Minero Lobos, para que explotara los depósitos minerales ubicados en la plataforma continental sobre la costa y frente a la bahía de Punta Colonet. Una empresa subsidiaria de Grupo Minero Lobos adquirió una propiedad en el mismo sitio, con frente al mar y, de conformidad con el artículo 24 de la Ley de Puertos, tiene derecho a obtener la adjudicación directa de una terminal particular para usos industriales. Al expedir ese título, se creó un litigio ex oficio entre la pretensión de construir un puerto en el mismo sitio donde una empresa minera tiene uno para la explotación minera. Adicionalmente a este conflicto de intereses, que se ha convertido en el obstáculo para el desarrollo de cualquiera de los dos proyectos, tercia el gobierno federal al plantear que el puerto de Punta Colonet debiera ser su gran proyecto infraestructural del sexenio.
El gobierno federal impugnó el título de concesión otorgado a la empresa minera, pero no ha podido iniciar la licitación del puerto debido a este conflicto legal y por el entorno económico. La empresa minera, en el afán por darle solución al problema, señaló que los dos proyectos son compatibles en el espacio de Punta Colonet y estaría dispuesta a cederle una parte importante de su área concesionada al proyecto del puerto, a cambio de poder iniciar su trabajo de extracción.
La Federación no acepta tal proposición y las razones de su negativa parecieran obedecer al intento de algunos de sus funcionarios por obtener beneficios empresariales con el proyecto del sexenio. Lo explicaremos en nuestro próximo artículo.
ricardopascoe@hotmail.com
Ricardo Pascoe Pierce
La idea del puerto es relevante en tiempos de integración de la economía de Estados Unidos y la de México.
Apartir de que el ex presidente Fox recibió una propuesta para construir una terminal portuaria en la bahía de Punta Colonet, Baja California, a finales de 2003, el tema ha permanecido en algún grado de estudio y desarrollo. Dícese que el nombre de la zona proviene del capitán y explorador británico James Colnett quien, en el siglo XVIII, conoció el lugar y se impresionó por la variedad de minerales en la zona.
La idea del puerto es relevante en tiempos de integración de la economía de Estados Unidos y la de México. Propone ser un punto de llegada alterno a Long Beach y Los Ángeles, unos puertos saturados debido a que 80% del comercio de Asia llega por sus terminales a las Américas.
Sin embargo, la bahía tiene otro atractivo, señalado por Colnett: posee una extraordinaria riqueza mineral. Se ha comprobado que tiene depósitos de titanio y fierro que rebasan los certificados en Canadá, entre otros países. Son algunos de los depósitos minerales de fierro y titanio más grandes del mundo.
La empresa china Hutchison Whampoa hizo la propuesta en 2003. Debido a que conoce bien los puertos de México, pues administra los cuatro más importantes del país Veracruz, Manzanillo, Ensenada y Lázaro Cárdenas no es sorprendente que tuviera el ojo puesto en la posibilidad de construir lo que sería el puerto más grande e importante de México. Además, complementó su propuesta con la inclusión de Union Pacific como empresa constructora de la vía férrea entre Punta Colonet y el mercado de EU. Empresa que tiene, como miembro de su Consejo de Administración, al ex presidente Ernesto Zedillo. El dato acerca de las dos empresas impulsoras de este proyecto (el chino y el estadunidense aliado a un ex presidente) será relevante a la hora de descubrir los problemas y los conflictos que han surgido posteriormente.
En 2005, la Secretaría de Economía otorgó un Título de Concesión Minera, con una superficie de 29 mil 999 hectáreas, al Grupo Minero Lobos, para que explotara los depósitos minerales ubicados en la plataforma continental sobre la costa y frente a la bahía de Punta Colonet. Una empresa subsidiaria de Grupo Minero Lobos adquirió una propiedad en el mismo sitio, con frente al mar y, de conformidad con el artículo 24 de la Ley de Puertos, tiene derecho a obtener la adjudicación directa de una terminal particular para usos industriales. Al expedir ese título, se creó un litigio ex oficio entre la pretensión de construir un puerto en el mismo sitio donde una empresa minera tiene uno para la explotación minera. Adicionalmente a este conflicto de intereses, que se ha convertido en el obstáculo para el desarrollo de cualquiera de los dos proyectos, tercia el gobierno federal al plantear que el puerto de Punta Colonet debiera ser su gran proyecto infraestructural del sexenio.
El gobierno federal impugnó el título de concesión otorgado a la empresa minera, pero no ha podido iniciar la licitación del puerto debido a este conflicto legal y por el entorno económico. La empresa minera, en el afán por darle solución al problema, señaló que los dos proyectos son compatibles en el espacio de Punta Colonet y estaría dispuesta a cederle una parte importante de su área concesionada al proyecto del puerto, a cambio de poder iniciar su trabajo de extracción.
La Federación no acepta tal proposición y las razones de su negativa parecieran obedecer al intento de algunos de sus funcionarios por obtener beneficios empresariales con el proyecto del sexenio. Lo explicaremos en nuestro próximo artículo.
ricardopascoe@hotmail.com
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