Fuente: Radio Nuevitas
Por Ricardo Ferrer Aluija
El lejano 1516 fue testigo del atraque en Nuevitas del barco Osado, procedente de Sevilla. El primero de junio de 1780 se habilitó el puerto de Tarafa para el cabotaje y en 1799 el Cabildo eligió a esta ciudad como bahía para el comercio libre con Europa; desde entonces, los que aquí vivimos, somos testigos excepcionales del movimiento marítimo internacional del país; pero algo no olvida un abnegado portuario:
“Hace más de 43 años la mayoría experimentamos o conocemos el rigor de la criminal guerra económica, que contra nuestra pequeña Isla, lleva a cabo el más poderoso imperio de la existencia humana”.
Este destacado obrero, tiene fijado en su mente el abrupto viraje producido en la actividad portuaria a causa del asedio económico del desde el triunfo mismo de la Revolución:
“Recuerdo los efectos que a partir de 1961 causó la Ley de Asistencia Extranjera de Estados Unidos que, arremetió contra nuestro país, dándole facultades al presidente para establecer y mantener el embargo total del comercio con Cuba”.
Aquel gobierno, en septiembre de 1962, por la que se colocó en una llamada lista negra y prohibió la entrada en puertos norteamericanos a todos los barcos que realizaran comercio con Cuba, poco importó entonces como ahora, el país de registro.
Los buques mercantes e instalaciones portuarias han sido objeto de ataques piratas y otras agresiones. Aquí, en el puerto de Nuevitas, el 29 de septiembre de 1966, un avión procedente de Estados Unidos, lanzó una bomba sobre los almacenes.
El sencillo trabajador, que conoció la solidaridad proveniente de los países socialistas y la otrora Unión Soviética, vio perderse abruptamente los mercados, las fuentes de suministros, el intercambio y la cooperación que tanto contribuyeron a atenuar el bloqueo genocida.
En esta coyuntura, fue aprobada la Enmienda Torricelli en 1992, que intensificó y arreció las sanciones a buques que transporten cargas desde y hacia Cuba.
La transportación de cargas ha tenido que apoyarse en naves marítimas fletados en el mercado internacional, con sobreprecio por el pago de fletes y en muchas ocasiones en deficientes condiciones técnicas.
Remolcadores de Nuevitas han sido agredidos, secuestrados y llevados a territorio del vecino del norte.
En mi diálogo con este hábil portuario, me contó su conversación con un joven marinero, de hablar pausado, seguro y mirada fija en el horizonte, cual futuro avizorado, y como aquel, refirió:
“En múltiples lugares he apreciado la solidaridad con Cuba, en contra del bloqueo y varias organizaciones en distintas latitudes hacen llegar a buques suministros, donaciones y un gran número de gestos y expresiones de apoyo a la Isla y además con las innovaciones y racionalizaciones salidas de la inteligencia y perseverancia de nuestros compañeros, han sido resueltos múltiples problemas: así también se rompe el bloqueo”.
Soy testigo de la dignidad y valentía con que se enfrenta este engendro, en mar y tierra, se hace todo lo posible, para garantizar, desde esta importante trinchera, el abastecimiento material que nos permite mantener y perfeccionar las conquistas alcanzadas.
Entonces y aunque le duela al gigante de las siete leguas, la inequívoca historia nos acompaña a diario, cuando manos laboriosas como la de los portuario rompen el cerco, este hombre puede ser, no le quepa la menor duda, cualquiera de los tantos que día a día convierten en proeza el que hacer diario
Por Ricardo Ferrer Aluija
El lejano 1516 fue testigo del atraque en Nuevitas del barco Osado, procedente de Sevilla. El primero de junio de 1780 se habilitó el puerto de Tarafa para el cabotaje y en 1799 el Cabildo eligió a esta ciudad como bahía para el comercio libre con Europa; desde entonces, los que aquí vivimos, somos testigos excepcionales del movimiento marítimo internacional del país; pero algo no olvida un abnegado portuario:
“Hace más de 43 años la mayoría experimentamos o conocemos el rigor de la criminal guerra económica, que contra nuestra pequeña Isla, lleva a cabo el más poderoso imperio de la existencia humana”.
Este destacado obrero, tiene fijado en su mente el abrupto viraje producido en la actividad portuaria a causa del asedio económico del desde el triunfo mismo de la Revolución:
“Recuerdo los efectos que a partir de 1961 causó la Ley de Asistencia Extranjera de Estados Unidos que, arremetió contra nuestro país, dándole facultades al presidente para establecer y mantener el embargo total del comercio con Cuba”.
Aquel gobierno, en septiembre de 1962, por la que se colocó en una llamada lista negra y prohibió la entrada en puertos norteamericanos a todos los barcos que realizaran comercio con Cuba, poco importó entonces como ahora, el país de registro.
Los buques mercantes e instalaciones portuarias han sido objeto de ataques piratas y otras agresiones. Aquí, en el puerto de Nuevitas, el 29 de septiembre de 1966, un avión procedente de Estados Unidos, lanzó una bomba sobre los almacenes.
El sencillo trabajador, que conoció la solidaridad proveniente de los países socialistas y la otrora Unión Soviética, vio perderse abruptamente los mercados, las fuentes de suministros, el intercambio y la cooperación que tanto contribuyeron a atenuar el bloqueo genocida.
En esta coyuntura, fue aprobada la Enmienda Torricelli en 1992, que intensificó y arreció las sanciones a buques que transporten cargas desde y hacia Cuba.
La transportación de cargas ha tenido que apoyarse en naves marítimas fletados en el mercado internacional, con sobreprecio por el pago de fletes y en muchas ocasiones en deficientes condiciones técnicas.
Remolcadores de Nuevitas han sido agredidos, secuestrados y llevados a territorio del vecino del norte.
En mi diálogo con este hábil portuario, me contó su conversación con un joven marinero, de hablar pausado, seguro y mirada fija en el horizonte, cual futuro avizorado, y como aquel, refirió:
“En múltiples lugares he apreciado la solidaridad con Cuba, en contra del bloqueo y varias organizaciones en distintas latitudes hacen llegar a buques suministros, donaciones y un gran número de gestos y expresiones de apoyo a la Isla y además con las innovaciones y racionalizaciones salidas de la inteligencia y perseverancia de nuestros compañeros, han sido resueltos múltiples problemas: así también se rompe el bloqueo”.
Soy testigo de la dignidad y valentía con que se enfrenta este engendro, en mar y tierra, se hace todo lo posible, para garantizar, desde esta importante trinchera, el abastecimiento material que nos permite mantener y perfeccionar las conquistas alcanzadas.
Entonces y aunque le duela al gigante de las siete leguas, la inequívoca historia nos acompaña a diario, cuando manos laboriosas como la de los portuario rompen el cerco, este hombre puede ser, no le quepa la menor duda, cualquiera de los tantos que día a día convierten en proeza el que hacer diario
Hola. Soy el autro del artículo. no imaginé encontrarlo en ese blogger. Es bueno que conozacan que mi abnegado pueblo, que tan alta estima tiene del glorioso pueblo mexicano, está expuesto al más criminal bloqueo que ha conocido el emisferio y el mundo. Por estos días su pueblo sufre los avatares producidos por la influenza, desde aqui toda nuestra solidaridad. Un saludo al mpaís que tanta historia ha escrito por el bien de su pueblo
ResponderBorrarUn saludo cubanísimo
Ricardo ferrer aluija
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