La industria naviera cercada por el impacto de la crisis global
(FNM) La “naturaleza cíclica” de los resultados obtenidos por la industria naviera constituye un gastado cliché. Con todo, el concepto se hace hoy inequívocamente exacto, a medida que la crisis financiera mundial se desliza con sus destructores tentáculos en todas las áreas de negocios.
En rigor, la caída en el transporte marítimo ya se insinuaba probable – a pesar del fenómeno chino-, desde que el exceso de confianza comenzó a producir una saturación de tonelaje, que fue predicha como consecuencia del jolgorio de gastos en nuevas construcciones de los últimos años.
Por esa razón, se trata en realidad de una caída esperable, que ahora se convertirá en un factor de exacerbación de un malestar imprevisto que en lugar de ser simplemente una molestia circunstancial, podría convertirse en una dolorosa herida.
La apreciación que indicaba que la reciente caída en las tasas de las rutas de comercio entre Asia y Europa había sido provocada por un incremento en la capacidad de carga, ha sido discutida por una reciente investigación de Exim India, que asegura que la capacidad real ha permanecido sin cambios desde mayo pasado.
Más aún, el número de buques de entre 4.800 y 6.400 TEUs de capacidad, afectados a dichas rutas, ha disminuido de 47 a 26 en un año. Si este relevamiento fuera exacto, las nuevas construcciones que se vayan completando causarán, a medida que escurran sobre el mercado, mayores presiones a la baja.
De acuerdo con la agencia Clarkson, la demanda de buques portacontenedores ha experimentado este año una caída próxima al 50%. Global Insight, firma analista del negocio naviero, coincide en un informe, en el que expresa su preocupación acerca de la confianza del consumidor europeo, y de una recesión inminente que impactará sobre la actividad.
Las predicciones sobre crecimiento del comercio global han sido recientemente modificadas. Las estimaciones para el comercio Asia – Europa, dan ahora un crecimiento de sólo un 2%, y para el Mar Negro - Mediterráneo, del 4%.
Clarkson sostiene que desde el último trimestre de 2007, se ha venido produciendo una “firme tendencia descendente”, y que la cifra del crecimiento global del transporte de contenedores se ha deslizado por debajo de los dos dígitos, por primera vez desde el 2001.
Más aún, el golpe dado a la industria por la ola creciente del precio del combustible (más allá del reciente descenso), la presión sobre los precios del flete, la caída en los precios del charteo y la disminución de los volúmenes de carga, son factores todos, que explican el lóbrego semblante de los expertos.
Otra complicación del escenario está dada por el incremento de los costos de las materias primas, particularmente el acero, que están generando presión sobre los astilleros para incrementar sus precios. Desde la perspectiva de la industria naval, la crisis todavía no ha impactado en su sector, pues las órdenes de construcciones asociadas al ya mencionado “jolgorio”, todavía se mantienen firmes. Ayuda además, una demanda residual proveniente de sectores navieros más saludables.
El sector de graneles secos también está sufriendo la depreciación de tarifas, pero en el de energía existe una relativa estabilidad y condiciones de robustez, con las tarifas firmes para buques tanques VLCC y Suezmax. Los Panamax y Aframax han mostrado recientes disminuciones, pero todavía con buenos promedios generales. Claro que, si la recesión de los mercados occidentales se combinara con un invierno suave, todo podría cambiar, especialmente porque la demanda de manufacturas chinas también muestra una significativa reducción. De esta suerte, el pesimismo podría estar flotando sobre todo este sector de operaciones navieras.
Un “halo de luz” en medio del pesimismo general, es el que concierne al negocio relacionado con la exploración petrolera, que permanece saludable, con altas tarifas de charteo y sostenida demanda de tonelaje. De hecho, la semana pasada la Shipping Corporation of India (SCI), anunció planes para adquirir otras diez unidades de apoyo a actividades costa afuera.
A partir de los movimientos del mercado expresados y publicados durante las últimas semanas, la tendencia es seria, o aun peor. El Índice del Baltic Exchange Sea Freight - que indica los niveles de precios del transporte marítimo -, está cayendo a los menores registros en más de dos años, y con el agravante de que la caída se produce a partir del máximo histórico, que había sido alcanzado hace apenas cuatro meses (mayo). Este derrumbe incluyó la mayor baja en un día registrada en los 23 años de historia del índice, y fue probablemente estimulada por el descenso en la demanda china de materias primas.
Para decir lo obvio, el ciclo está complicado y con toda seguridad este no es un tiempo para optimismos indebidos. La industria manufacturera y las demandas de los consumidores marcarán el ritmo, y la industria naviera deberá enfrentar el “trago amargo”. Cuán amargo será el trago, es algo que todavía está por verse.
Traducido por NUESTROMAR, de Gulfnews y Maritime News; 05/10/08
08/10/08NUESTROMAR
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