viernes, 12 de septiembre de 2008

Los astilleros gaditanos notan más la falta de plantilla que la crisis

Empresa y sindicatos coinciden en que la carga de trabajo de los tres centros de Navantia en la Bahía de Cádiz es histórica · Los comités siguen exigiendo más personal para "no acabar muriendo de éxito"

Fuente: Diario de Cádiz

Por primera vez en muchos años, tal vez en toda la historia de los astilleros gaditanos, su plantilla no protesta por falta de carga de trabajo. Lo hace porque tiene pedidos de sobra para una plantilla que consideran corta. Dicho de otro modo, en palabras del presidente del comité de empresa isleño, José Antonio Oliva, "ahora necesitamos asegurar lo que tenemos con gente nueva, necesitamos más plantilla para no morir de éxito".

Y es que, a día de hoy, entre los centros de producción de Navantia en Puerto Real y San Fernando hay previstas entregas de barcos aproximadamente cada cuatro meses. Concretamente, en Puerto Real ayer se colocó la quilla del primer Buque de Vigilancia Oceánica de los cuatro que se construyen para Venezuela. En octubre será su factoría hermana de San Fernando -que tiene carga de trabajo asegurada para cuatro años- la que centre el acto de entrega del primer Buque de Vigilancia Litoral (también de una serie de cuatro) para la Armada venezolana.

En Puerto Real, además de acometer la construcción de los citados cuatro buques, se hace frente a los tres buques tipo ro-ro (portacontenedores) firmados con Trasmediterránea, y el Buque de Aprovisionamiento en Combate (BAC) que aún permanecerá en las instalaciones puertorrealeñas durante un año aproximadamente antes de ser entregado a la Armada Española.

Todo, con algo más de 600 trabajadores de plantilla y casi 1.900 operarios de la industria auxiliar. Estas cifras, como aseguró ayer el presidente del comité de empresa de Navantia Puerto Real, Ramón Linares, "son idóneas para pedir que de una vez tengamos un plan industrial que dé estabilidad y futuro. Necesitamos más plantilla para gestionar la producción en cualquier centro de Navantia, porque hoy es imposible con el nivel de exigencia que requiere esa producción".

En San Fernando sin ir más lejos son cerca de 1.100 los operarios que componen la plantilla de sus tres divisiones (construcción, reparación y sistemas) a lo que hay que sumar un número similar de trabajadores de la industria auxiliar. Aunque no están bajo mínimos, sus responsables sindicales sí consideran la situación "en alerta", porque, aseguran, "a duras penas mantenemos el control de los proyectos que desarrollamos". La plantilla óptima en la factoría de La Isla, según un estudio de hace unos años -cuando la carga de trabajo no era como la actual-, se alcanzaría con 1.600 operarios. De ahí, las constantes peticiones de aumento del personal.

Ésta volvió a ser ayer una de las principales exigencias de una plantilla que paró durante dos horas en cada factoría de Navantia en la Bahía que, además, se ejecutaron de forma escalonada: en Cádiz, a las diez de la mañana; en Puerto Real, a las once; y en San Fernando, en torno a la una de la tarde. A esa hora el camino de salida de La Carraca registró una inusual circulación, con vehículos particulares y autobuses abandonando las instalaciones, ya que las dos horas de paro coincidían con las últimas del turno.

Pero hubo otras reclamaciones, como la necesidad de mayores inversiones o negociar un nuevo plan industrial. Este documento con el que se pretendía consolidar el futuro de los astilleros que se convirtieron en Navantia fue un compromiso adquirido en 2005 por la dirección. Listo a finales de 2007, los responsables sindicales consideraron necesario que se modificara algunos de sus puntos, como la mencionada incorporación de nuevas caras a los centros de trabajo, la reorganización del aparato administrativo -"muy centralizado, poco ágil, que crea problemas y que provoca una gestión nefasta", según las palabras de José Antonio Oliva- y la definición de las relaciones con la industria auxiliar. "Después de dos reuniones no hemos conseguido cambios sustanciales", reconocía.

El malestar en la antigua Bazán crece ante las condiciones de la empresa a la incorporación prevista para esta fecha de diez operarios, acordada después de las últimas prejubilaciones. La paralización del pago de ciertas cuestiones relacionadas con estas restructuraciones de la plantilla han dificultado aún más la comunicación con la dirección corporativa.

Con todo, si nada cambia, la semana que viene podrían aprobarse nuevas medidas de presión en la reunión que tiene previsto celebrar el comité intercentros. La intención es trasladar la inquietud de los trabajadores a Madrid de alguna forma, "porque las cosquillas que podamos hacer aquí, no se sienten tan lejos".

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