Fuente: Nuestromar
Las fuerzas navales de la Coalición se han puesto finalmente en marcha para establecer una zona de patrullado en el Golfo de Aden, de modo de ofrecer a los buques mercantes un paso seguro a través de las aguas somalíes, infestadas de piratas.
La iniciativa será seguramente bienvenida por la industria naviera, cuyos cuerpos representativos han estado reclamando largamente por una respuesta militar a este creciente problema.
En respuesta a una preocupación ampliamente extendida en el sector marítimo, el Comando Central de las Fuerzas Navales de los EEUU, emitió ayer un comunicado sobre el establecimiento de lo que han dado en llamar un “Área de Patrullado de Seguridad Marítima - MSPA”, de efecto inmediato.
El área, que estará bajo el comando del Comodoro Bob Davidson, de la Armada de Canadá, será patrullada por los medios de la coalición naval, que incluyen aeronaves de vigilancia.
“La MSPA se establece en apoyo de los esfuerzos que desarrolla la Organización Marítima Internacional”, sostiene el comunicado. “Las acciones de la coalición darán a la OMI el tiempo para trabajar en el desarrollo de esfuerzos preventivos internacionales que permitan alcanzar una solución definitiva de largo plazo”.
La medida llega en una semana que ha visto escalar la piratería en la región a cifras vertiginosas.
Cuatro buques fueron secuestrados en un período de 48 horas, lo que lleva el número total de barcos que permanecen en esa situación a por lo menos siete. Alrededor de 130 marinos se encuentran detenidos como rehenes.
Quiéranlo o no los armadores, todo indica que el pago de rescates de cientos de miles de dólares, sólo está alimentando el apetito de los piratas somalíes por obtener dinero fácil, y esimulándolos al asalto y secuestro de más buques.
“Si no hay disuasión, resulta obvio que para los piratas, criminales y señores de la guerra, esta es una sencilla manera de hacer dinero”, dijo Noel Choong, director del International Maritime Bureau, un centro de información sobre piratería con sede en Kuala Lumpur. “Si nadie va a agarrarlos, si no hay policía....ellos harán mucho dinero”, agregó en declaraciones a Reuters.
El flujo de fondos parece estar motorizando la insurgencia en tierra. Existen informes que indican que el puerto sureño de Kismayu, ha caído el viernes en poder del grupo rebelde al Shabaab, vinculado con la red al Qa’eda.
Los radicales islámicos, financiados por la piratería, controlan ahora toda la costa sur.
Algunos expertos estiman en 1.200 el número de somalíes actualmente dedicados a la piratería, en fuerte contraste con los 100 que actuaban hace solo tres años atrás.
La escala del problema puede juzgarse a partir de un período de dos días - martes y miércoles de la semana pasada-, en el que se produjo la captura de un quimiquero de la empresa malaya MISC, un buque de carga alemán, un granelero iraní, y un buque tanque operado por un armador de Japón.
Mientras tanto, se encuentra todavía secuestrados otros tres buques: un carguero de Thailandia, un remolcador nigeriano, y otro granelero japonés. Según ha trascendido, el rescate demandado para la liberación del remolcador de Nigeria, asciende a un millón de dólares.
Existieron también informes sobre la captura el sábado, de un velero no identificado. Una noticia positiva en este sentido, es la confirmación de la liberación de dos yachtsmen alemanes, que habían sido capturados en otro incidente, hace seis semanas.
MISC dijo ayer que teme la existencia de una baja entre los tripulantes del buque “Bunga Melati Dua” , producida durante el abordaje por parte de los piratas, el 19 de agosto. La compañía no pudo sin embargo, confirmar los detalles.
El Viceprimer ministro malayo informó que ese gobierno mantiene conversaciones con los piratas involucrados en el ataque, para asegurar la liberación de los 39 tripulantes.
Mientras tanto, un alto ejecutivo de la empresa iraní estatal Islamic Republic of Iran Shipping Lines, dijo a medios de ese país, que están procurando asegurar la liberación de su buque por medio de presiones diplomáticas.
Mohammad-Hossein Dajmar, director gerente de la empresa, declaró ante Press TV: “estamos tratando de usar canales diplomáticos para liberar a los marinos del buque iraní secuestrado, que transportaba 40.000 toneladas de hierro desde China hacia Holanda”. Aclaró asimismo, que los piratas no han establecido aún un monto de rescate por el buque. David Osler.
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