sábado, 9 de agosto de 2008

Chávez saca de la quiebra a un antiguo astillero público español

Fuentes: Gaceta
Luis Miguel L. Farraces

Venezuela ha dado un balón de oxígeno a los astilleros de Factorías Vulcano gracias a la adjudicación, anunciada este martes, de la construcción de cinco buques sísmicos para la Armada. Vulcano se encontraba desde hace ya algunos meses con el agua al cuello por el agujero que está suponiendo su filial de Gijón, Factorías Juliana, adquirida a la SEPI en 2006 por poco más de dos millones.

Los retrasos registrados en la entrega por parte de Juliana de tres barcos para un armador noruego sumaban ya casi 17 millones de euros en pérdidas a principios de año. La situación en el astillero asturiano era tan crítica que el comité de empresa de la filial de Vulcano hablaba ya de “quiebra técnica”. Factorías Vulcano decidió entonces convocar a sus accionistas para el lunes 11 de agosto y ampliar capital como único modo de enfrentarse a las pérdidas.

Y entonces llegó él. Hugo Chávez desembarcó en España para retomar la amistad con Madrid tras el incidente de la Cumbre Iberoamericana, y los abrazos con el Rey y Zapatero dieron sus frutos en apenas dos semanas. Y es que no deja de resultar curioso que sólo unos meses después de que Chávez afirmase que miraría “con lupa” la actividad de las empresas españolas, Venezuela adjudique la fabricación de cinco buques a unos astilleros gallegos con problemas económicos. Sin embargo, Chávez así lo hizo, y de paso echó un cable al Gobierno español ahuyentando los posibles fantasmas que le perseguirían si Juliana se iba a la quiebra: trabajadores en las calles, nuevos síntomas de crisis para regocijo de la oposición o la reabsorción pública del astillero sólo dos años después de su privatización.

Injerencia política
Esta interesante cadena de acontecimientos, que podrían llevar a pensar en que ha habido cierta injerencia política en la adjudicación a favor de Vulcano, fue reconocida esta semana por el director del astillero, José Luis Méndez, en La Voz de Galicia. “El buen clima entre ambos países favoreció las negociaciones. Puede que Venezuela haya querido hacer público ahora el acuerdo para mostrar que las relaciones con España van bien”, aseguró.

Pese a los contratos suscritos (Gijón construirá uno de los cinco buques),aún está por ver si la ampliación de capital acaba con los problemas de Juliana. De momento, los sindicatos han pedido que la Sepi vuelva al accionariado de la factoría.

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