jueves, 17 de julio de 2008

Intervención del Ing. Luis Manuel Ocejo Rodríguez, Presidente de la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Maritimo.

Foros de Debate sobre la Reforma Energética
POLÍTICA E INSTRUMENTOS PARA IMPULSAR LA INDUSTRIA NACIONAL RELACIONADACON EL SECTOR PETROLERO (PROVEEDURIA Y CONSTRUCCIÓN)

15 de julio de 2008

Palabras del Ing. Luís Ocejo Rodríguez, Presidente de la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo, CAMEINTRAM, en el Foro que sobre el tema “Política e instrumentos para impulsar la industria nacional relacionada con el sector petrolero (proveeduría y construcción)” organiza el Senado de la República.

Señores Legisladores, distinguidos ponentes y demás personalidades que nos acompañan y participan en el presente debate sobre Política e instrumentos para impulsar la industria nacional relacionada con el sector petrolero.

Los navieros mexicanos agradecemos la oportunidad que se nos brinda para manifestar nuestra posición respecto de la propuesta de Reforma Energética que el Poder Ejecutivo envió al Congreso de la Unión para consideración de los representantes populares de esta Legislatura y que en estos foros se discute.

En este sentido, consideramos que la propuesta además de necesaria tiene un carácter trascendental para México, debido a los efectos económicos y sociales que de aprobarse tendrá para el país.

Contar en nuestro subsuelo con un recurso que se ha convertido en la sangre vital del sostenimiento de la sociedad humana actual, es una gran responsabilidad que debemos manejar con sentido ético, y también como una oportunidad histórica que si la sabemos aprovechar, puede aportar beneficios a todos los sectores del país.

Como todos sabemos, Petróleos Mexicanos, es una empresa fundamental para el desarrollo nacional y para que pueda continuar con su encomienda de promotor del desarrollo nacional, es necesario reestructurarlo en su ámbito normativo, otorgándole instrumentos jurídicos y administrativos que le permitan mayor autonomía de gestión.

Por lo que toca a la industria marítima, el apoyo que brindamos a PEMEX se da principalmente en dos actividades:

a) En la industria costa afuera conocida como off shore, que es la navegación que se hace desde la costa mexicana hasta la zona petrolera en altamar, con embarcaciones de apoyo directo a Pemex Exploración y Producción, con servicios de transporte de personas, carga, abastecimientos, así como a las empresas que a su vez le prestan servicios de ingeniería, construcción, alimentación, inspección, salvamento, de seguridad, etc;

b) Y en segundo lugar, mediante el fletamento y operación de buques tanque a Pemex Refinación en tráficos de cabotaje (navegando entre puertos mexicanos) y en la exportación e importación de petrolíferos.

Es importante destacar que el costo del flete por estos servicios es del orden de los 2000 millones de dólares, de los cuales, solamente alrededor de 500 millones corresponden a embarcaciones con bandera mexicana.

Una explicación al desequilibrio de la participación de la bandera mexicana en estos servicios, es que las embarcaciones con bandera extranjera que participan en las licitaciones, provienen en su mayoría de países integrantes de la OCDE, donde sus gobiernos les otorgan apoyos que les permiten mayor competitividad y por lo tanto la bandera mexicana participa en desigualdad de condiciones.

Solo de manera ilustrativa, mencionaré algunos ejemplos de estos incentivos:

• Garantías de hasta el 75% del costo de un nuevo barco.

• Subsidios en la construcción y reparación de embarcaciones

• Bancas de desarrollo con fondos etiquetados para la construcción de embarcaciones.

• El transporte de cabotaje reservado para sus connacionales.

• Educación y capacitación especializada a los trabajadores del sector.

• Subsidios al impuesto sobre la renta y en seguridad social para sus tripulaciones

• Les otorgan un régimen fiscal especial llamado Tonnage Tax, que consiste en permitir a las empresas navieras que determinen su base gravable conforme al tipo de embarcación y capacidad en toneladas, en lugar de ingresos acumulables menos deducciones autorizadas.

Es necesario dejar muy claro que no estamos criticando que los gobiernos de los países miembros de la OCDE apoyen a sus navieros, por el contrario, creemos que hacen bien, el problema es que en nuestro País no hemos sido capaces de desarrollar la marina mercante y hemos permitido una apertura excesiva a embarcaciones extranjeras para realizar tráfico de cabotaje en nuestro mares, lo que representa una competencia desleal para las empresas nacionales que no cuentan con subsidios o apoyos similares.

En México, PEMEX es el principal demandante de transportación marítima en cabotaje, costa afuera y de altura. Absorbe el 80% del tráfico de cabotaje y el 100% de servicios costa afuera.

Retomando de manera más específica las áreas en donde la industria marítima apoya a PEMEX, podemos mencionar la exploración y explotación que se realiza en aguas someras de Campeche y Tabasco, en donde por cierto consideramos que es necesario dar continuidad al trabajo que actualmente se realiza e irla integrando al nuevo proceso productivo.

El apoyo que la industria marítima ha prestado a PEMEX en estas áreas ha sido decisivo, comprobándose que a pesar del alto costo de nuestra bandera, las embarcaciones mexicanas son competitivas no solo en el precio sino también en la operación, hecho con el que se demuestra que existe talento y capacidad en el país para ser una potencia marítima de nivel mundial.

Con relación a la exploración y explotación en las controvertidas aguas profundas del golfo de México que ya está realizando PEMEX, la participación de la marina mercante mexicana es primordial y debe de ser el complemento ideal que permitiría el desarrollo de la industria marítima nacional. La exploración y explotación no debe de detenerse sino al contrario, debe dársele el apoyo y los recursos necesarios para su activación inmediata. Como es sabido por todos, los trabajos requeridos en estas áreas, tienen un tiempo de desarrollo, planeación y ejecución, que no es corto y por lo mismo, requiere de atención inmediata.

Respecto de los buques tanque, la industria marítima mexicana sólo participa parcialmente en el cabotaje. Todos los productos petrolíferos que exporta e importa PEMEX son transportados en embarcaciones de bandera extranjera.

Si PEMEX privilegiara la contratación de embarcaciones mexicanas para satisfacer sus necesidades de servicio de cabotaje y costa afuera, detonaría el crecimiento y modernización de la marina mercante mexicana de la siguiente manera:

• incorporaría alrededor de 260 embarcaciones a los 268 que actualmente existen con bandera mexicana;

• detonaría inversiones en el sector del orden de los 6500 millones de dólares;

• adicionaría más de 4000 plazas a los más de 13000 empleos directos altamente calificados y bien remunerados que actualmente laboran en el sector;

• permitiría la reposición de la flota nacional que por mayoría de edad está obsoleta y que representa más del 60% de la misma.

• detonaría en cascada la industria paralela a escala regional, como la ampliación, modernización y creación de talleres especializados, reactivación y modernización de astilleros, crecimiento de los demás servicios asociados que prestan apoyos al sector, que tendría como resultado la generación de más empleos, directos e indirectos.

• brindaría oportunidades de empleo a los marinos mexicanos que por las condiciones de nuestro sector, se convierten en braceros del mar, contratándose en embarcaciones con bandera extranjera que no les otorgan prestaciones de seguridad social ni aportan ningún beneficio fiscal a nuestro país.

Señores Legisladores y personalidades aquí presentes:

México, desde el punto de vista del comercio marítimo, tiene una posición geográfica privilegiada por su cercanía a los grandes flujos de intercambio de mercancías entre Asia, Estados Unidos de Norte América y Europa.

Posee 11,122 Km. de litoral, más de 30 puertos de altura y un comercio exterior de 506,000 millones de dólares anuales en 2006, sin embargo no tiene una marina mercante de altura propia, es decir una marina mercante que haga navegación desde México hacia otros países y viceversa.

Dicho volumen de comercio exterior por vía marítima fue realizado con alrededor de 6,500 escalas-buque anuales, todas hechas en embarcaciones de bandera extranjera.

El costo de este masivo transporte de mercancías fue del orden de los $12,000 millones de dólares, dinero que salió del país como divisa extranjera.

En el transporte de cabotaje sucede algo similar. Cerca del 60% de la carga es realizada con embarcaciones de bandera extranjera y el pago que reciben por dicho flete también sale del país como divisa extranjera.

Tenemos entonces que no participamos en la exportación de las mercancías que el país produce, ni en las que demanda, debido a la falta de una flota marítima mercante
de altura. Para PEMEX esto representa un costo mayor en tarifas y para el país una pérdida de costo de oportunidad al no obtener ningún beneficio de esa derrama de dinero que se queda en el extranjero.

Conforme lo dicho, podemos asegurar sin temor a equivocarnos, que PEMEX tiene el poder de reactivar la marina mercante mexicana y la industria marítima a ella asociada.

PEMEX puede privilegiar la contratación de embarcaciones mexicanas sin que le genere mayores gastos operativos. Es un mito propalado de manera dolosa, que la contratación de embarcaciones mexicanas presenta costos más elevados para PEMEX, nosotros decimos que es al contrario, una alianza entre PEMEX y los navieros nacionales, resultaría en ahorros sustantivos para la Entidad, además de una complementariedad de negocios: PEMEX enfocando sus inversiones hacia sus objetivos de exploración y producción y los navieros mexicanos proveyendo la transportación marítima, servicios de apoyo y operación logística necesarias. En este sentido, PEMEX podría ser el promotor de una flota mexicana moderna y competitiva a nivel mundial y a su vez, PEMEX tendría la seguridad de que su transporte y distribución en manos mexicanas estarían siempre garantizados.

Una industria naviera de este tipo, debiera ser prioritaria para México porque con ella:

o Coadyuvaríamos al fortalecimiento de la Seguridad y Soberanía nacional.

o Se impactaría positivamente el crecimiento económico.

o Habría incremento de la competitividad nacional.

o Se apoyaría el desarrollo tecnológico de la industria marítima nacional.

o Habría mayor generación de empleos calificados directos e indirectos.

o Se fortalecerían las finanzas gubernamentales mediante el incremento de ingresos fiscales.

Para construir una marina mercante mexicana fuerte y moderna, que a su vez sirva de palanca de desarrollo y mejora de la competitividad nacional, es necesario que PEMEX celebre con empresas navieras nacionales contratos de plazo adecuado que le otorguen certeza y seguridad a su inversión, que le permitan obtener créditos y capitalizarse.

Para ello es necesario instrumentar un conjunto articulado de acciones y políticas orientadas a provechar el enorme potencial de México para constituirse en una potencia marítima mundial.

La normatividad existente respecto de las licitaciones, es una camisa de fuerza para el funcionario cuando éste tiene la necesidad de contratar servicios de alta tecnología y que poseen pocas empresas, sin embargo, es necesario permitirle a PEMEX a través de la misma normatividad, que pueda contratar dichos servicios. La iniciativa de reforma de la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos, contempla la posibilidad de realizar contratos sin apegarse a los procedimientos de licitación pública establecidos, sino por adjudicación directa o invitación restringida.


Consideramos muy delicada la propuesta y solo insistimos en que en todos los casos, el cumplimiento de la normatividad es fundamental, y respecto del cabotaje, la necesidad que dichos contratos se realicen conforme a la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, es decir que este tráfico siempre debe estar reservado a mexicanos. Solo con la aplicación de esta ley, es que tendría el empresariado marítimo nacional la posibilidad de competir con sus pares extranjeros, debido a que ellos, como anteriormente comenté, al venir subsidiados por sus gobiernos, pueden presentarse como más competitivos.

Con relación al apoyo marítimo que para sus actividades costa afuera y aguas profundas requiera PEMEX, también debe indicar la normatividad, que las embarcaciones que para tal efecto contrate, deben construirse en el país, ser propiedad de mexicanos y tener bandera nacional.

No es ninguna novedad ni exageración esto que proponemos. En América Latina tenemos el ejemplo de Brasil, quien hasta hace poco era un importador nato de petrolíferos y sin grandes reservas probadas y ahora es exportador y desarrollador de tecnología de punta para la exploración y extracción de petróleo en aguas profundas. La organización y eficiencia de su empresa Petrobras es causa de envidia para muchos, pero para nosotros debe ser un caso de ejemplo a seguir.

Brasil a través de Petrobras, ha desarrollado su industria nacional en general, mediante el requerimiento de que el porcentaje de materiales y mano de obra de sus productos y construcciones, sea el más alto posible, particularmente en la construcción y contratación de embarcaciones para la industria marítima, bajo un programa integral donde no solo requieren que los buques sean registrados brasileños, sino que sean construidos en Brasil bajo un programa de financiamiento otorgado por el propio gobierno brasileño. Esto, con un programa de inversión de 40 mil millones de dólares que mantendrá ocupada a toda su industria de construcción y aprovisionamiento de barcos hasta el 2014.

En razón de lo anterior, consideramos que la visión de PEMEX no debe de ser de corto plazo y de preocuparse solamente de mantenerse dentro de las 10 compañías más grandes del mundo, sino que su objetivo fundamental debiera ser el de facilitador del desarrollo de esta gran nación, generando oportunidades para otros sectores de la sociedad.

La Reforma Energética debe ser la motivadora de un esfuerzo transversal en la Administración Pública Federal para que deje de darle la espalda al mar. Está demostrado que el transporte marítimo de mercancías, es más eficiente, económico y menos contaminante que el transporte terrestre y el aéreo. Esto es posible debido a los grandes volúmenes que las embarcaciones manejan y es la razón de que el 80% del comercio mundial sea realizado por vía marítima.

Finalmente Señores legisladores:

Por las razones expuestas, los navieros mexicanos respetuosamente les solicitamos que la Reforma Energética propuesta por el Poder Ejecutivo Federal sea aprobada, con las adecuaciones necesarias para asegurar que logre el fin perseguido, pero aprobarla; será un avance para el país y una demostración de que vivimos el presente con visión de futuro; la apoyamos porque consideramos que enfrenta los nuevos retos con propuestas racionales y decisión; también porque la consideramos que puede ser una oportunidad para detonar el desarrollo del país y de la marina mercante mexicana.


Muchas gracias.

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