domingo, 27 de julio de 2008

Algunos patrones de pesca son hoy capitanes en yates de lujo

Fuente: Diario Vasco

El histórico Instituto Politécnico Marítimo Pesquero de Pasajes, hoy denominado Itsasmendikoi-Pasaia, no atraviesa su mejor momento. Esta prestigiosa escuela náutico-pesquera que durante 45 años ha formado a miles de patrones de todo el Cantábrico y a jefes de máquinas de cientos de mercantes no es ajena a la crisis que vive al sector. Sin embargo, sus docentes miran al futuro con optimismo y trabajan con renovadas ilusiones en nuevos proyectos. Aseguran que a sus titulados no les falta trabajo. Y no todos se colocan en la mar. «Por ejemplo, los mecánicos reciben ofertas en industrias, astilleros...», asegura Juan Luis Gómez Ripalda (Donostia 1956), director del centro.

-¿La crisis que se vive en el sector pesquero ha llegado también a las escuelas náutico-pesqueras?

- Esto no es nuevo. Desde hace algún tiempo estamos en horas bajas. No obstante, el descenso en el número de alumnos que hemos experimentado en los últimos años no se corresponde con la crisis que estábamos viviendo. En estos últimos cursos no ha sucedido nada relevante que justifique este descenso y menos aun en un área como es la de máquinas, donde las salidas laborales son importantes. Los titulados en este campo no sólo tienen la opción de embarcar, sino que encuentran ofertas en tierra. Los mecánicos que nosotros preparamos tienen muchas opciones en industrias, astilleros... Todos se colocan.

- ¿Qué materias imparten?

- De puente y de máquinas. Un barco ofrece la posibilidad de trabajar en el puente, como capitán, dirigiendo las maniobras de navegación. Luego, formamos también a los jefes de máquinas, que son los encargados del funcionamiento y mantenimiento de todos los motores, el corazón del barco.

-¿Pero ustedes no sólo ofertan enseñanza para el ámbito pesquero?

-Así es. No instruimos a alumnos para que trabajen de manera exclusiva en el sector de la pesca, principalmente de bajura, como mucha gente piensa. Las opciones son muy variadas. Quienes concluyen sus estudios en el centro tienen muchas más salidas: remolcadores, embarcaciones de salvamento, buques mercantes pequeños, embarcaciones de recreo. Hay capitanes que han trabajado en el sector pesquero y ahora se dedican a patronear yates de lujo en el Mediterráneo. También van maquinistas. Y están muy bien pagados.

- ¿Cuál es la evolución de alumnos que han tenido en Pasaia?

- En los últimos cinco años hemos tenido un número más o menos constante, entre doce y quince por cada uno de los cuatro ciclos de grado medio y superior existentes. Este año, sin embargo, los ciclos de máquinas han descendido hasta el punto de que su continuidad está en peligro.

-¿A qué atribuye esta falta de interés por la enseñanza náutico pesquera?

- La imagen que transmite el sector pesquero, concretamente el de bajura, no invita precisamente al optimismo. El precio del gasoil no hace sino aumentar y, por otro lado, las capturas descienden. En los últimos cinco o diez años, la flota se ha reducido, aunque creo que ahora se halla estabilizada. El panorama es el que es. En otras flotas, sin embargo, la situación no es la misma. La atunera, por ejemplo, no ha acusado tanto la crisis, aunque cierto es que los últimos acontecimientos ocurridos en aguas de Somalia no han ayudado mucho.

- ¿Cree que la dureza del trabajo provoca cierto rechazo?

- No estoy tan de acuerdo con eso. Hoy en día, las condiciones de trabajo en la mar son mucho mejores que las de hace diez o quince años. Los barcos son más seguros y más cómodos. Aquella imagen que teníamos de la pesca en Terranova hoy en día ya no existe.

- ¿No cree que los largos periodos de estancia fuera de casa también pueden influir?
- Algunas de las grandes empresas vascas que tienen proyectos en el extranjero también envían a sus trabajadores al exterior durante meses. Es una práctica cada vez más extendida, tampoco es para tanto. El mundo es global. De cualquier manera, las campañas de pesca ya no son tan prolongadas como las de hace años. Los arrantzales de bajura están en casa prácticamente todos los fines de semana.
- Muchos armadores han recurrido a trabajadores de otros países para completar sus tripulaciones. ¿Sucede esto mismo en la escuela?

- Hace tres años tuvimos quince alumnos de Chile. Finalizaron los ciclos, pero posteriormente no se quedaron. Aquí acontecerá lo mismo que ya ha pasado en los mercantes. Ciudadanos de otros estados han relevado a los nativos de los países de la bandera del buque.

- Hace hace año y medio, ustedes dejaron de depender directamente del Departamento de Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco para incorporarse a la sociedad pública Itsasmendikoi. ¿Qué ha supuesto este cambio para escuela?

- Como aspecto positivo diría que la gestión de recursos es mucho más simple. Antes, dependiendo directamente del Gobierno Vasco, resultaba más difícil, por ejemplo, sustituir a otro profesor cuando se producía una baja. Pero por otro lado, el nombre del Instituto Politécnico Marítimo Pesquero de Pasajes, que todo el mundo lo conocía, se ha transformado ahora en Itsasmendikoi-Pasaia. Creo que este cambio aun no ha sido asumido. Supongo que dentro de un tiempo será positivo, pero en este momento estamos en un periodo en el que la gente no nos identifica todavía con Itsasmendikoi. La idea es buena, pero necesita tiempo para adaptarse.

- De cualquier manera, la formación que imparten es la misma.

- Idéntica. Es más, la hemos ampliado con formación para el sector de litoral y lo estamos haciendo también con rederas. Asimismo, participamos en un proyecto con Costa de Marfil para instruir a profesores de una escuela en aquel país.

- ¿Cómo ve el futuro de la escuela de Pasaia?

- Creo que es prometedor. Es la única de estas características que hay en Gipuzkoa que tiene capacidad para emitir títulos de la Organización Marítima Internacional que son válidos aquí y en todos los países asociados. El sector pesquero, después de haber tocado fondo, se halla estabilizado y siempre va a necesitar de titulados, ya sea para atuneros, para bajura o altura. Luego están las salidas profesionales para la marina mercante y auxiliares en puerto. El futuro no debe ser malo. Además, vamos a abordar nuevos proyectos, entre ellos uno relacionado con la acuicultura.

-¿Se adentrarán también en el sector recreativo?

- Como es conocido, en la actualidad, somos nosotros quienes examinamos para la obtención de las titulaciones de recreo y posteriormente tramitamos dichos títulos. Cada año, unas 2.000 personas son evaluadas en nuestro centro. Lo que sí nos gustaría en este ámbito es impartir una formación más específica en materia de seguridad. Según la Sociedad de Salvamento, siete de cada diez emergencias atendidas en Euskadi corresponden a embarcaciones de recreo. Esto se podría paliar con los cursos de seguridad. De hecho, disponemos de nuevos equipamientos, como simuladores de navegación que nos permiten abordar situaciones que puedan surgir en el mar.

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