Fuente: LNE
J. L. A.
La construcción del nuevo dique de abrigo de El Musel, una estructura marítima sin precedentes en el sistema portuario español, permitirá definir los nuevos espacios de la dársena gijonesa e incrementar su peso como gran polo industrial.
Pero con la obra no sólo se ganará espacio al mar para hacer una regasificadora o construir una central de ciclo combinado, también se podrán cambiar los actuales usos de los muelles. La nueva terminal multipropósito (mercancía general para la importación y la exportación, en su mayor parte contenedorizada) que se hará en las instalaciones que ahora ocupa la EBHI, es decir, la terminal de graneles sólidos, tendrá una línea de atraque de un kilómetro y un calado de diecinueve metros, según datos de la Autoridad Portuaria.
Es un proyecto fundamental para la consolidación de El Musel como puerto de mercancía general. Esta afirmación se entiende si se explica que la actual terminal de contenedores en los muelles de La Osa, gestionada por la empresa privada que opera en Barcelona, dispone de una línea de atraque de 300 metros y de un calado de doce metros.
La terminal de graneles sólidos, la «joya de la Corona» de la cuenta de resultados de El Musel, se trasladará al nuevo muelle Norte de la ampliación. La EBHI descargó el año pasado 15,7 de los 20,7 millones de toneladas con los que el puerto cerró el ejercicio. Los responsables de la dársena gijonesa subrayan, desde hace tiempo, que trabaja por encima de su capacidad.
El calado de la nueva terminal multipropósito será un factor importante para atraer buques de gran capacidad. Es una apuesta que necesita un sólido entramado logístico a su servicio.
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