Fuente: Nuestromar
El objetivo oportunamente trazado de alcanzar cien millones de toneladas de granos, se fue alcanzando rápidamente sin estar acompañado de una planificación, previendo que, llegado a estos niveles de producción, la infraestructura debía acompañar dicho crecimiento, ya que se debe sacar el producto de los establecimientos rurales para colocarlos en los puertos o los mercados de consumo.
Se proyecta un tren bala y se descuidan los ferrocarriles de carga, que debieran circular a 90 kilómetros por hora en lugar de los 30 actuales; la ruta de circunvalación para permitir la fluida salida de las cargas de los puertos de Rosario al Norte, entre otras obras de no menos significación.
Hoy se suma un nuevo obstáculo a los ya enunciados: ante cualquier contratiempo en la navegación del río Paraná que provoque alguna demora a los buques, (niebla, varadura, etc.), se dispara un nuevo problema que requiere de la inmediata atención de las autoridades de aplicación. Nos referimos a la cantidad insuficiente de prácticos del río Paraná, y a la necesidad de facilitar el ingreso a la profesión a capitanes que se encuentren capacitados para ejercer la profesión.
Según Sergio Borrelli, presidente de la Cámara de Pilotaje y Practicaje, "el problema que hoy se manifiesta tiene su origen en la casi desaparición de la marina mercante argentina. Esa situación bajó el semillero natural que tenía el practicaje para nutrirse, tanto de capitanes fluviales en las zonas que se permite como de capitanes de ultramar. Lo segundo es que existe una medida restrictiva, desde el año 94, que exige que el aspirante a práctico sólo pueda hacerlo cuando esté al comando de un buque que navegue por la zona a ingresar.
Nosotros decimos que si un capitán cumplió con el comando con la cantidad de singladuras que se le exigen (que son 400 y un año de comando efectivo, con cuatro años de antigüedad como capitán), debe poder hacer los viajes en calidad de observador en los buques que exigen prácticos, no en cualquier buque, como se hacía anteriormente, hasta el año l994. Hoy tenemos capitanes que navegan con un buque a San Lorenzo y la dificultad que existe es que recorren el río Paraná de las Palmas y Paraná Medio, y nunca hacen el canal Martín García, por lo que tienen incompleta la zona.
Si bien este problema alcanza a todos las rutas y puertos del país, el caso más complicado es el del río Paraná porque 10% de la renovación implica 13 o 14 capitanes en condiciones de presentarse. Es por ello que se hace necesario la modificación de los requisitos para la formación de los aspirantes a prácticos de forma tal de ampliar el semillero".
Para el presidente de la Cámara de Pilotaje y Practicaje esto tendría dos consecuencias beneficiosas: "la primera es que haya cantidad de aspirantes suficiente como para completar los faltantes que pudiera haber y, por otro lado, cuando hay aspirantes en cantidad se puede seleccionar la mejor capacidad", aseguró Borrelli.
La Dirección Nacional de Transporte Fluvial y Marítimo, al tanto de esta situación, presentó un proyecto de decreto que, de ser firmado por el Ejecutivo, daría una rápida solución a este problema.
Es obvio que la incorporación de nuevos profesionales no se produce de un día para otro, mientras tanto, la cantidad de buques que arriban a los puertos de Rosafé son cada vez más numerosos por la cantidad de granos que se exportan. Para dar solución a este problema, ¿habrá que esperar a tener 50 barcos en rada a la espera de prácticos y ser nuevamente conocidos en el mundo por la inoperancia estatal?.
Por Richard Leslie Ramsay
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