lunes, 31 de marzo de 2008

Punta Colonet, tesoro nacional amenazado

Iván Restrepo
Fuente: La Jornada

Punta Colonet, tesoro nacional amenazado

Especialmente con el gobierno del Partido Acción Nacional, México va camino de convertirse en proveedor de servicios de Estados Unidos. Leyes ambientales más laxas, salarios bajos, materias primas baratas, exención de impuestos, corrupción, hacen nuestro territorio ideal para obtener a buen precio lo que en el norte resulta caro. Un ejemplo es el megaproyecto Punta Colonet, 100 kilómetros al sur de Ensenada, en Baja California. Se trata de una obra privada contsruida con el aval de los gobiernos federal y local, y con la cual se espera satisfacer parte de las importaciones de los consumidores estadunidenses. Ocurre que sus puertos sobre el océano Pacífico están saturados por las elevadas importaciones procedentes de China y demás países asiáticos. El nuevo puerto igualaría en capacidad a los de Los Ángeles y Long Beach. Entre la infraestructura requerida para su funcionamiento destaca la construcción de un rompeolas, una planta generadora de energía y otra para desalinizar agua marina, un aeropuerto para carga y una vía de tren de 300 kilómetros a Tecate, en la frontera común. Aunque se desconoce el tamaño real del proyecto, se sabe que contará con un centro urbano de apoyo que en dos décadas más tendría 250 mil habitantes.

Inversionistas y funcionarios ensalzan los beneficios económicos del nuevo megaproyecto, pero ignoran los recursos naturales que existen en Punta Colonet y áreas adyacentes, quizá porque creen que las zonas áridas no tienen vida. Sin embargo, esta meseta deshabitada y explorada apenas por unos pocos especialistas (Scott McMillan, Brenda McMillan, Kim Marsden, Bruce Hanson, Alan Harper) reúne la mayor biodiversidad en la costa oeste de Norteamérica.

Precisamente del daño que el megaproyecto ocasionaría a las especies únicas o escasas que viven en Punta Colonet advierten los científicos Kevin B. Clark, Mark Dodero, Andreas Chavez, Jonathan Snapp-Cook y Horacio de la Cueva. Afirman que la meseta de Colonet, de 10 kilómetros de ancho, es un excelente ejemplo de lo que eran hace 200 años los paisajes costeros de California. Las corrientes de agua han erosionado porciones de la mesa creando cañones cortos y profundos, mientras la porción sur de la planicie acaba en un acantilado al mar. Las más de 100 charcas temporales que se forman cuando llueve no tienen igual en tamaño y riqueza biológica en las Californias. Dos de ellas miden más de 750 metros de diámetro, y una tercera más de mil 250. Muchas de estas charcas no han sido exploradas, pero las que sí revelan una diversidad sorprendente de taxa endémicos y raros, incluyendo a muchas especies únicas en el planeta o amenazadas. Además, comunidades vegetales de tierras altas y gran número de patos y aves playeras ocupan temporalmente las charcas durante su migración primaveral. Súmense varios reptiles, aves, insectos (entre ellos la mariposa azul) y anfibios que solamente allí se localizan y están amenazadas o en peligro de extinción.

A esta diversidad se agregan ricas formaciones geológicas, como lentes de arcillas de gabro, formaciones pleistocénicas de frentes de playa e intrusiones de rocas volcánicas. Todas con flora y fauna únicas. Y como complemento, en ciertas épocas cerca de la orilla se desplaza en su migración la ballena gris y sus ballenatos. La ballena en otras partes se alejó de la costa evitando el tráfico naval. Aquí se tiene a 100 metros de la orilla.

Los científicos citados afirman, que así como los inversionistas y los funcionarios sueñan con un megapuerto multimillonario, también deben pensar en un megaparque que conserve los recursos que se encuentran en Colonet y minimice los efectos negativos sobre el medio.

El reciente acuerdo de conservación para la laguna de San Ignacio, las mismas ballenas grises, el ecoturismo mediante la conservación de los recursos naturales son ejemplos, dicen, que servirían para agregar diversidad económica a la región y brindar mejor calidad de vida a sus futuros habitantes.

El desarrollo económico es importante, pero no debe obtenerse a costa de una región única y biológicamente de las más ricas de las Californias. Es otro tesoro nacional y está a flor de tierra.

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