Fuente: La Cronica de Hoy
Por: Daniel Blancas Madrigal Nacional
Miedo y denuncia se entremezclan en los testimonios que algunos sobrevivientes del siniestro en la Plataforma Usumacinta contaron a los comisionados de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y que fueron registrados en el expediente 124/000418/2007 al que Crónica tuvo acceso.
Hablan de “mandarinas” y equipos de respiración inservibles, de chalecos carcomidos, de inexperiencia en evacuaciones, de simulacros caóticos, de desacuerdos entre Pemex y su contratista Perforadora Central, pero también de angustia, de compañeros a los que vieron morir y de resistencias milagrosas.
Aquí, palabras y descripciones de aquel 23 de octubre, en la Sonda de Campeche…
Julio César Broca Hernández, almacenista de Perforadora Central: "Alrededor de las 11:15 la plataforma se acercó al árbol de válvulas, nos dijeron que había fuga de gas y la orden fue resguardarnos en el helipuerto… Nos colocamos el equipo de respiración autónomo y me di cuenta que no funcionaba correctamente: un compañero conectó su equipo a la tubería para suministro de oxígeno y no funcionó.
A las 15:30 se dio la orden de evacuar: me dirigí al bote 1, éramos 41 personas… El ayudante de mecánico desenganchó el bote y bajamos sin problemas… Empezamos a navegar durante 15 o 20 minutos y nos dimos cuenta que había agua dentro del bote, no sabíamos por dónde se metía, tuvimos que usar la bomba de agua y abrir la escotilla para sacar la manguera y extraer el agua… Nos empezó a llegar a las rodillas, lo que provocó que la gente se desesperara y comenzamos a salir. Todos nos posicionamos alrededor del bote. Luego llegó en nuestro auxilio el barco Morrison Tide, pero llegó una gran ola que le arrancó a dos de sus tripulantes, creo que uno de ellos murió. La tripulación se concentró en el rescate de su gente y nosotros quedamos a la deriva.
Después de unas horas llegó el barco Far Scotian, el compañero Mario Flores murió cuando al estar subiéndolo se soltó y cayó en la propela; el médico (José Luis Sánchez) estuvo dos veces dentro del salvavidas y se salió, estaba agotado; de Francisco Abreu (obrero) nos dijeron que estuvo en la escalera, pero que probablemente le dio un infarto porque se soltó hacia atrás y no lo volvieron a ver.
Los botes deben de diseñarse con materiales más resistentes y someterse a pruebas más rigurosas".
Maribel Bolaños Castillo, mesera de Central de Desarrollos Marinos, contratista de la empresa Servicios de Comisariato: "Un día antes de la tragedia se hizo un simulacro y hubo problemas, siempre los había por la lista (de los botes) entre Perforadora y Pemex, a unos se los cambiaron y empezaron a discutir. A mí me tocó el bote 2, había dos mujeres: yo y mi amiga la que falleció, que se llamaba María del Carmen, estábamos llorando porque no sabíamos nadar, para abordar no es necesario saber nadar.
Bajamos al bote entre 1:30 y 2:00, como a las 6:30 se sintió un golpe muy fuerte, como que chocamos con algo y el bote se volteó, ya no volví a ver a mis amigos… Se escucharon gritos, alguien dijo que había un hueco para salir y luego cesaron las voces… Hubo un momento en que escuché a mi amiga, le decía que tratara de encontrar el hueco, que lo hiciera por su hija… Es que no sé nadar, respondía, dijo que no podía más y por más que le grité no me contestó… Con el último que hablé fue con mi amigo Juan (Figueroa, lavaloza), le chillaba el pecho y gritó: aquí nos vamos a morir.
Los chalecos no estaban en buenas condiciones, muchos no tenían las barras (cinturones de protección y seguros) y estaban viejos. Al subir a las mandarinas no se debieron subir tanques (de oxígeno), éstos pudieron haber matado a alguien, porque un compañero se quejó de que había sido golpeado en la cabeza".
Jorge Francisco Montiel, empleado de Central de Desarrollos Marinos: "A las 10 de la mañana Pemex ordenó que se suspendieran labores en la Plataforma por las rachas de viento, como a las 10:30 se escuchó una explosión… Nos informaron que una válvula (de gas) se había roto y pidieron permanecer en el área habitacional, luego nos dieron la orden de salir, entre comentarios de sí y no se perdió media hora… Al poco rato nos ordenaron conectarnos al equipo de respiración, lo que algunos no acataron.
Cuando se anunció el desalojo me dirigí al bote 2, éramos como 36, pero después metieron a siete más, que tuvieron que ir parados, algunos no se pusieron los cinturones de seguridad… Una de las salidas (de la mandarina) no se podía abrir, estaba atorada y por más que hicimos no logramos abrirla, a eso de las 17:00 horas nos golpeó una ola y el bote se volteó.
No contaba con señales de seguridad, ni alimentos, agua o medicinas. Un día antes de lo ocurrido, durante el simulacro, Pemex y Perforadora no estaban de acuerdo con la lista de personas que debían abordar los botes, habían cambiado personal del bote 1 al 2, no se ubicó bien quiénes debían estar en cada uno, lo que creó confusión en los trabajadores.
Cada vez que subimos nos dan pláticas, pero no de seguridad, sólo de cocina… Escuché que a la plataforma le faltó más elevación, la estaban reubicando apenas, pero la dejaron muy pegada al pozo, el oleaje originó que después se pegara con él. Dentro de los botes debería haber más chalecos, independientemente del número de ocupantes".
Antonio Montero, trabajador de Pemex: "Tenía una antigüedad de cinco meses… Cuando intentamos conectar en cascada (los equipos de respiración) estaban en cero presión. Algunos compañeros que no estaban acostumbrados al gas combustible, pues no saben diferenciar al gas sulfhídrico, procedieron a abrir el tanque y empezaron a consumir el oxígeno, que es aproximadamente para una hora.
Al dar la orden de ir a los botes, no se respetaron lugares… Ya en el mar se le comentó al superintendente si podíamos dirigirnos a la costa, dijo que no, que iba a ser peor por las olas, en eso estábamos cuando sentimos el golpe y ya no supimos nada, el bote dio varias vueltas y quedamos de cabeza, algunos ya habían tragado agua, estábamos hasta el cuello, nos fuimos jalando hacia abajo para salir… yo venía jalando por el overol a un compañero que se había ahogado, lo logramos amarrar al bote para que no se perdiera el cuerpo, pero vino una ola grande y nos aisló a todos… Ya no pude ver la mandarina ni a mis amigos, me dejé llevar por las olas y así pasé toda la noche, hasta que amaneció, vi la costa y me dirigí hacia allá… Pasé como media hora en la playa, hasta que un helicóptero me rescató..."
Declaran que sí había seguridad, pero no firman acta
Durante la investigación, los inspectores de la STPS interrogaron sobre las anomalías encontradas a Alfredo Piña Quiroz y Cristhian Daniel Torres Rodríguez, auxiliares de personal de Perforadora Central. Ambas personas dijeron que la empresa sí les proporcionaba equipo de seguridad, capacitación y adiestramiento. Sin embargo, se negaron a firmar el acta, requisito necesario para oficializar sus testimonios. "Las personas no firmaron el acta en virtud de haberse retirado a continuar con su jornada de trabajo, no obstante la invitación a que firmaran su dicho", reportaron los inspectores.
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