Fuente: La Razón
Jesús Panadero / Director de la Escuela de Ingenieros Navales de la UPM
Los astilleros y las firmas españolas del sector se rifan incluso a los estudiantes de último curso - El transporte marítimo español, muy valorado, está en auge y la cartera de pedidos, repleta
J. Rodríguez
Madrid- La historia de la Ingeniería Naval española se remonta al reinado de Carlos III. Desde entonces, nuestro país se ha codeado con las grandes potencias mundiales hasta llegar a la actualidad. En pleno siglo XXI el sector naval vive un momento de apogeo del que todos los implicados se sienten orgullosos. Uno de ellos es Jesús Panadero, director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de la Universidad Politécnica de Madrid. Se trata de una cantera de ingenieros de la que no sólo se nutre España, sino también el resto del mundo.
-¿Cuáles son los principales atractivos que ofrece la Ingeniería Naval y Oceánica a los estudiantes?-Todo lo naval y marino es atractivo. Hay oficinas de proyectos que exportan tecnología, astilleros de construcción... Son artefactos que tardan dos años en construirse y que tienen una vida de 20 años, por lo que también hay posibilidades en la gestión, reparación, seguridad, inspección de buques... El sector pesquero, la armada -que tiene su propio cuerpo de ingenieros-, la marina deportiva.... Las salidas a estos estudios son muy variadas, y es una profesión que ofrece muchas posibilidades de viajar. La cartera de pedidos de los astilleros está repleta, lo que garantiza el trabajo para varios años.
-¿Se trata de una carrera compleja para los alumnos?-Es bastante dura, siempre lo ha sido. Yo soy de una promoción de 33 personas y el año pasado dimos 40 diplomas, que reemplazarán a los ingenieros que se están jubilando. Según nuestras previsiones, durante el próximo lustro tendrán que formarse más del doble de los ingenieros navales que se gradúan actualmente, ya que el mercado los va a reclamar. Los astilleros y las empresas del sector marítimo se dirigen con frecuencia a nuestra Escuela solicitándonos profesionales. Lamentablemente no podemos ni enviar alumnos para emplearlos como becarios, porque esos alumnos, como los recién licenciados, están ya ocupados.
-¿Cree que el tirón de la Copa América puede beneficiar al sector en España?-En nuestro país ha habido ejemplo de ello en otros deportistas como Manolo Santana, Severiano Ballesteros o Fernando Alonso. Ha sido una suerte que Valencia sea sede y el Desafío Español haya hecho un papel muy digno. Puede ser un revulsivo para la industria. El éxito del Desafío no es casualidad. Se enmarca, sin duda, dentro del gran momento en que se encuentra nuestra ingeniería naval. Por cierto, de nuestra escuela han salido algunos de los más prestigiosos diseñadores mundiales de embarcaciones deportivas, que han obtenido éxitos importantes, como es el caso de los ingenieros integrados en el Alinghi.
-¿Ha afectado al sector la crisis de los astilleros de los últimos años?-Se ha tratado de privatizaciones de astilleros públicos, de reestructuraciones internas, no de falta de negocio. La imagen de los operarios quemando neumáticos ha calado, como también que el sector naval es del pasado, a extinguir, cuando es todo lo contrario. De hecho, la globalización ha provocado un desarrollo exponencial del transporte marítimo, que no sólo sigue una tendencia creciente, sino que entre el año 2002 y el 2006 ha visto incrementado el tonelaje movido por vía marítima en un 20%.
Una carrera dedicada a la innovación naval
Ingeniero naval, Jesús Panadero es también doctor en la materia obteniendo en 1987 el Premio Extraordinario de Doctorado. Comenzó como profesor ayudante en 1978 y ha ocupado diversos puestos docentes hasta que, en 1999, se convirtió en catedrático de Universidad. En 2005, fue nombrado director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales. Ha publicado libros y numerosos artículos en revistas especializadas.
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