Fuente: El Comercio
Armón recuperará la construcción naval en Gijón con la construcción de, al menos, un buque atunero para la compañía mexicana Grupo Marítimo Industrial. El proyecto que la empresa de Navia barajaba desde hace varios años, ya antes de la adquisición de la antigua Juliana, acaba de concretarse. Armón y la compañía que preside el empresario astur-mexicano Antonio Suárez han cerrado el primer contrato para la nueva etapa del astillero de El Natahoyo.
Las entidades Liberbank y Banco Herrero financiarán la operación, que está previsto sea presentada por la empresa el próximo lunes, día 5 de marzo. En su día, se informó de que cada buque costaría en torno a 20 millones de euros.
Tras algo más de un año de que el grupo de Navia se hiciera con la propiedad efectiva de la antigua Juliana Constructora Gijonesa, el astillero está a punto de recuperar la actividad de construcción naval en la bahía de Gijón. El grupo de Navia firmó la escritura de propiedad de la empresa gijonesa el 14 de febrero del pasado año y desde entonces ha invertido casi un millón de euros en reparaciones y mantenimiento de las instalaciones.
Tras varios intentos, el problema del 'tax lease', la fórmula de financiación mediante un sistema de bonificación fiscal utilizada por los astilleros españoles que fue prohibida por la Comisión Europea a mediados del pasado año, impidió hasta ahora la firma de contratos para Juliana. Armón negoció la construcción de buques sísmicos, pesqueros y PSV de suministro a plataformas marítimas con esloras de entre 80 y 130 metros, pero ninguno de esos proyectos llegó a buen puerto.
Tras adjudicarse Armón en octubre de 2011 la construcción de 14 buques remolcadores para el Canal de Panamá, el Ayuntamiento de Gijón pidió a la empresa que trasladara parte de esa carga de trabajo al astillero de Gijón para reactivar así la industria naval en la ciudad. Armón rechazó esa posibilidad porque consideraba que los remolcadores habían sido adjudicados a Armón Navia y que el astillero de Gijón está destinado a la construcción de buques de mayor calado. A finales de ese mismo mes, la empresa se reunió con la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, y con responsables municipales para informarles sobre los planes del grupo para el astillero gijonés. El concejal de Desarrollo Económico y Empleo, Fernando Couto, adelantó entonces que «a principios de 2012 habría buenas noticias para Juliana».
Trabajadores a la espera
La reanudación de la actividad industrial en Juliana también será una buena noticia para los trabajadores excedentes de Naval Gijón, que en mayo de 2009 firmaron un acuerdo de garantía en el expediente de extinción de empleo de ese astillero. El convenio, firmado por los sindicatos con el Principado, el Ayuntamiento de Gijón y Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión (Pymar), preveía la recolocación de los excedentes en Juliana una vez que lograra viabilidad y carga de trabajo.
Armón Gijón se encontraba hasta ahora a la espera de recibir los primeros proyectos industriales para poner en marcha el astillero y reiniciar la actividad y la contratación de trabajadores. Poco tiempo después de hacerse con la propiedad, la empresa nombró al antiguo director general de Armón Vigo, Juan Manuel Paíno, como director de la instalación gijonesa.
Armón se hizo con la propiedad del astillero de El Natahoyo después de que el grupo gallego Vulcano, el adjudicatario del entonces denominado Izar Gijón en el proceso de privatización abierto por la Sepi, lo llevara a la quiebra. Con unas deudas de más de 60 millones de euros, el astillero fue adjudicado por el Juzgado Número 1 de lo Mercantil de Oviedo al grupo de Navia en diciembre de 2010, tras un complejo proceso.
Armón pagó algo más de 14 millones de euros por las instalaciones gijonesas y el 14 de febrero de 2011 firmó la escritura de propiedad y puso en marcha todo el operativo para reflotar el astillero. Un equipo de 55 empleados trabajó durante meses en el acondicionamiento de la instalación.
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