lunes, 1 de noviembre de 2010

Avanza el proyecto para contar con una marina mercante nacional - Argentina

Fuente: Cronista

El secretario General del Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Enrique Omar Suárez, asumió como director de Maruba. De acuerdo al cronograma establecido, se van dando los pasos para restablecer un proyecto de marina mercante nacional.

Este proceso se inició hace unos meses, cuando se concretó el ingreso del sector laboral en esta emblemática naviera privada que opera en tráficos nacionales, regionales e internacionales bajo la bandera argentina. La nueva composición accionaria, que ahora contiene al Somu, la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval, y al Centro de Capitanes, se reflejó con la designación de Suárez.

Su asunción contó con la presencia de todo el arco empresarial, político e institucional que desde hace años brega por el desarrollo de los intereses marítimos argentinos y por recuperar bodega a favor de los buques, que navegan con pabellón y tripulantes nacionales.

“Este acontecimiento es producto de mucho trabajo de consenso, llevado a cabo por los sectores que participan en Maruba. Estamos creando equipos de gente idónea y trabajadora. Sabemos que, empujando todos al mismo tiempo, podemos movilizar este sector de la economía y potenciar otros sectores productivos, relacionados a la industria del transporte marítimo”, señaló Samuel Rodríguez, presidente de Maruba.

El directivo aseguró que, desde hace décadas, la participación argentina en el mar fue retrocediendo de forma permanente. Asimismo, recalcó que la marina mercante local no cuenta con apropiados diques secos ni muelles de alistamiento para la reparación de sus buques, salvo la excepción de Tandanor, mientras que el dique seco, en Puerto Belgrano, está fuera de servicio.

Ejemplo brasileño

“Brasil comprendió esto a tiempo y viene empujando su industria naval con créditos de su Fondo de la Marina Mercante. El programa actual de construcción de buques en Brasil involucra una etapa inicial de entrega de 48 naves, con un costo de u$s 5.000 millones. El proyecto requiere que un mínimo de 70% de los materiales para los buques sea de origen brasileño. Ellos esperan llegar a 112 naves para 2015”, manifestó Rodríguez.

Para el presidente de Maruba, el país necesita reaccionar urgente, y no seguir observando el crecimiento de los demás, viendo su propio deterioro. Los mecanismos de crédito y las inconveniencias impositivas arrastran la actividad fluvial y marítima a ciertos países. Llegamos a un momento crítico de decisión, donde necesitamos el respaldo y acompañamiento de la Nación. Es necesario el consenso de los sectores productivos para generar una visión estratégica, que permita, en los próximos años, reconstruir esta actividad”.

Por su parte, Suárez dijo que “este desafío constituye una gran responsabilidad y es el anhelo de todos los trabajadores. Representar a los compañeros marítimos, portuarios y a la industria naval, impone redoblar los esfuerzos para que este proyecto llegue a buen puerto. Recuperar a Maruba, en este bicentenario para la Argentina, es un compromiso con el patrimonio y la bodega nacional, que nos llena de orgullo y satisfacción. A través de este proyecto se pueden recuperar los u$s 6.000 millones en fletes que se pierde todos los años, por no tener una marina mercante nacional”.

El gremialista aseveró que cuentan con el apoyo de los trabajadores, del sector empresario, y afirmó que “el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha inspirado esta decisión armónica con toda su política de fomento y desarrollo. Comienza una nueva historia en el transporte marítimo, fluvial, en nuestros puertos y en la industria naval. Los trabajadores estamos presentes. Hoy, más que nunca, capital y trabajo juntos, dentro del proyecto nacional y popular”.

Suárez aseguró que “con la incorporación de los trabajadores al directorio de Maruba, uniendo la experiencia comercial privada con la fuerza del movimiento trabajador, estamos poniendo en marcha y mirando hacia el futuro, con un justificado optimismo, la recuperación de una actividad estratégica. Se trata de un negocio rentable, que garantiza soberanía económica y que actúa como disparador social de innumerables empleos propios y potencia cientos de industrias colaterales”.

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