lunes, 7 de junio de 2010

Falta mayor control portuario

Fuente: Correo Peru
CHIMBOTE El hallazgo de un cargamento de droga en la barcaza "Camila", que se hundió la semana pasada cuando navegaba por el río Amazonas, es una muestra más de que no existe control alguno en la navegación en nuestro país y que las mafias del narcotráfico se valen de dicha carencia para movilizar su ilícita mercancía no sólo en el ámbito fluvial, sino también en el marítimo.

Ahora nos damos con la sorpresa de que en la fatídica "Camila" no solo dejaron subir a más gente de la que debía ir en una nave de esas características, sino también un paquete de 16 kilos de pasta básica de cocaína camuflada en cajas de naranjas.

Si eso pasa en los ríos, imaginemos entonces lo que sucede en puertos pesqueros como Huarmey, Casma, Chimbote; en Ancash; o Eten, en Lambayeque.

El río Amazonas conduce indefectiblemente a Brasil y Colombia, y es hacia esos destinos donde iba la droga incautada en los restos de la barcaza; pero el Mar de Grau conduce, si miramos al norte, a México y Estados Unidos, que son los principales mercados de la cocaína que se produce en nuestras cuencas cocaleras con el apoyo de remanentes de Sendero Luminoso.

Para nadie es un secreto que hoy la droga, en grandes cantidades, sale del país por vía marítima, aprovechando la misma falta de control portuario que permitió que algunos delincuentes metan droga en la barcaza fluvial "Camila". Entonces, urge que la Marina de Guerra del Perú, a través de Capitanía y Guardacostas, y la Policía Nacional, miren hacia los puertos para frenar el narcotráfico.

El ilícito negocio del narcotráfico, en gran escala, vive de la exportación ilegal de cocaína. Resulta lógico pensar que si se corta la salida de la droga en los puertos marítimos como los que tenemos frente a nosotros, las mafias comiencen a debilitarse al no recibir dinero. ¿Qué esperan las autoridades para vigilar con mayor celo los embarques que se hacen? El Perú es por naturaleza un país rico en navegación marítima, fluvial y lacustre, pero no debemos dejar que esa actividad sea aprovechada por las mafias para hacer de las suyas debido a la falta de control. Los puertos deberían ser una prioridad en la lucha contra el narcotráfico, incluso mayor a la que se da a la producción de droga en las cuencas cocaleras.

Es cierto que el país ha pasado por largas décadas de crisis.

Pero hoy que vamos mejorando, se debería priorizar la lucha contra las drogas con un mayor control en los puertos. Hoy existen incluso sistemas electrónicos a través de scanners, que detectan lo que viaja dentro de contenedores metálicos o dentro de las bodegas de las embarcaciones pesqueras. Es hora de actuar.

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