Fuente: ABC
La petrolera estatal pretende “matar” el transporte fluvial del sector privado local, que representa solo el 5% de toda su estructura de costo, para seguir entregando el 75% del total de sus operaciones a PDVSA. Este negocio, que Petropar empezó a ceder a la petrolera venezolana desde el 2009, representa unos US$ 550 millones al año, por provisión de gasoíl con el flete incluido. Esta operación fue declarada ilegal por Contrataciones Públicas.
Petropar “está combatiendo un supuesto oligopolio, como califica a las navieras privadas que perciben por el flete el 5% de su costo, para poder ceder el total a Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), con el 75% de lo que representan las operaciones que realiza la estatal, tanto para la adquisición de gasoíl como para el servicio del flete fluvial”, explicó el presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay, Guillermo Ehreke. Fue contundente al señalar que desde la petrolera estatal están tratando de destruir el transporte fluvial que viene siendo realizado desde el sector privado nacional para favorecer los intereses extranjeros. “Hasta ahora, el flete fluvial es el único rubro que le impide a PDVSA apropiarse del total de las operaciones que necesita contratar Petropar en la importación de los combustibles, lo que implica una facturación de unos US$ 550 millones por año, considerando el precio actual del gasoíl, así como la tarifa del flete en concepto del volumen total que importa, de unos 1.000.000 m3 por año.
Las operaciones que vienen realizando Petropar y PDVSA desde el año pasado se hacen bajo la modalidad DES (combustible puesto en Villa Elisa), que fue frenada no solo por Contrataciones Públicas, sino también, de alguna manera, por la fiscalía, que encontró asimismo beneficios indebidos a favor de PDVSA, en detrimento de las arcas del Estado.
La Dirección Nacional de Contrataciones Públicas había dictaminado, en una resolución difundida el 24 de marzo último, que las operaciones de flete que venían siendo realizadas entre Petropar y PDVSA eran ilegales, ya que el Acuerdo Energético de Caracas no lo establece, por lo que necesariamente la contratación del flete debe estar sujeta a la Ley 2051/03 de Contrataciones Públicas.
Al hacerse cargo Venezuela de la provisión de gasoíl al Paraguay, en un volumen muy importante, cerca del 80% del total de lo que consume el país, el flete es realizado exclusivamente por la naviera argentina, socia de PDVSA (Fluviomar SA), también amiga de este gobierno.
En otro orden, sobre la acusación de Petropar de que las navieras locales conformarían un oligopolio, dijo que el hecho de que solo existan entre 5 a 7 navieras que transporten para Petropar, se debe a que el mercado paraguayo es pequeño, así como su economía, hechos que impiden que haya unas doscientas empresas más que puedan ofrecerle el mismo servicio a la estatal.
Añadió que “las otras navieras ni siquiera quieren hablar de la licitación de Petropar, porque surgen este tipo ‘de trampas’, y sostienen que es más cómodo trabajar en el sector privado, cobrando las mismas tarifas que paga Petropar, y no estar sujetos a los caprichos del presidente de Petropar, Juan Alberto González Meyer.
US$ 2 millones en impuestos
Las navieras privadas que realizan flete fluvial para Petropar pagan el 2% de impuestos sobre el volumen total transportado que, considerando el total del gasoíl importado por Petropar, arroja la friolera de US$ 2 millones por año, que ingresan al fisco. Sin embargo, los transportes realizados por la naviera socia de PDVSA, y amiga del actual gobierno de Lugo, la argentina Fluviomar SA, de Andrés René Guzmán, no tributa absolutamente nada al fisco, según los datos obtenidos. El gran perjudicado con la porfiada campaña de Petropar para beneficiar a su amiga PDVSA, y por ende a su fletera socia, termina afectando seriamente al fisco. La naviera “amiga” viene monopolizando el flete de Petropar desde 2009.
Petropar “está combatiendo un supuesto oligopolio, como califica a las navieras privadas que perciben por el flete el 5% de su costo, para poder ceder el total a Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), con el 75% de lo que representan las operaciones que realiza la estatal, tanto para la adquisición de gasoíl como para el servicio del flete fluvial”, explicó el presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay, Guillermo Ehreke. Fue contundente al señalar que desde la petrolera estatal están tratando de destruir el transporte fluvial que viene siendo realizado desde el sector privado nacional para favorecer los intereses extranjeros. “Hasta ahora, el flete fluvial es el único rubro que le impide a PDVSA apropiarse del total de las operaciones que necesita contratar Petropar en la importación de los combustibles, lo que implica una facturación de unos US$ 550 millones por año, considerando el precio actual del gasoíl, así como la tarifa del flete en concepto del volumen total que importa, de unos 1.000.000 m3 por año.
Las operaciones que vienen realizando Petropar y PDVSA desde el año pasado se hacen bajo la modalidad DES (combustible puesto en Villa Elisa), que fue frenada no solo por Contrataciones Públicas, sino también, de alguna manera, por la fiscalía, que encontró asimismo beneficios indebidos a favor de PDVSA, en detrimento de las arcas del Estado.
La Dirección Nacional de Contrataciones Públicas había dictaminado, en una resolución difundida el 24 de marzo último, que las operaciones de flete que venían siendo realizadas entre Petropar y PDVSA eran ilegales, ya que el Acuerdo Energético de Caracas no lo establece, por lo que necesariamente la contratación del flete debe estar sujeta a la Ley 2051/03 de Contrataciones Públicas.
Al hacerse cargo Venezuela de la provisión de gasoíl al Paraguay, en un volumen muy importante, cerca del 80% del total de lo que consume el país, el flete es realizado exclusivamente por la naviera argentina, socia de PDVSA (Fluviomar SA), también amiga de este gobierno.
En otro orden, sobre la acusación de Petropar de que las navieras locales conformarían un oligopolio, dijo que el hecho de que solo existan entre 5 a 7 navieras que transporten para Petropar, se debe a que el mercado paraguayo es pequeño, así como su economía, hechos que impiden que haya unas doscientas empresas más que puedan ofrecerle el mismo servicio a la estatal.
Añadió que “las otras navieras ni siquiera quieren hablar de la licitación de Petropar, porque surgen este tipo ‘de trampas’, y sostienen que es más cómodo trabajar en el sector privado, cobrando las mismas tarifas que paga Petropar, y no estar sujetos a los caprichos del presidente de Petropar, Juan Alberto González Meyer.
US$ 2 millones en impuestos
Las navieras privadas que realizan flete fluvial para Petropar pagan el 2% de impuestos sobre el volumen total transportado que, considerando el total del gasoíl importado por Petropar, arroja la friolera de US$ 2 millones por año, que ingresan al fisco. Sin embargo, los transportes realizados por la naviera socia de PDVSA, y amiga del actual gobierno de Lugo, la argentina Fluviomar SA, de Andrés René Guzmán, no tributa absolutamente nada al fisco, según los datos obtenidos. El gran perjudicado con la porfiada campaña de Petropar para beneficiar a su amiga PDVSA, y por ende a su fletera socia, termina afectando seriamente al fisco. La naviera “amiga” viene monopolizando el flete de Petropar desde 2009.
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