martes, 13 de abril de 2010

No se entiende que aún haya marineros que no saben nadar ni han cogido nunca un extintor

Fuente: La Voz de Galicia
Juan Caparros lleva unos días a remojo en el puerto de Muxía. Es instructor de seguridad de la empresa Salvacon, a la que la Xunta ha contratado para la realización de las prácticas de los cursos de formación básica. Su labor y la de su compañero Carlos Pego es mostrar a los alumnos la realidad de lo que aprendieron en las clases teóricas.

-¿Qué enseñan?
-Nos dedicamos a cursos especializados de seguridad en el mar. La forma de abandonar un barco y todos los protocolos para que la emergencia se supere con éxito, teniendo en cuenta los factores de estrés y nervios que conlleva una situación de riesgo. Primero pasan por clase y un profesor de la Xunta les da la explicación y después hacemos las prácticas. Se trata de mostrar al tripulante parte de lo que va a vivir. Es fundamental hacer ejercicios periódicos para conocer las obligaciones de cada uno en caso de emergencia. Hay cosas elementales como saber que cuando una cosa pasa delante de ti debes dar la alarma, no intentar solucionarlo por uno mismo porque eso solo te pone en peligro a ti y al resto de tus compañeros.

-¿Cuánto dura la práctica del curso de formación básica?
Alrededor de 20 horas.

-¿Son suficientes?
-Se trata de poner de relieve lo que se aprende en la parte teórica. Este es un curso de familiarización, no se hace un máster de nada. Los cursos avanzados son para pulir y ampliar.

-¿Por qué es importante hacer este curso?
-Porque es imprescindible para embarcarse, pero, sobre todo, porque es muy fácil perder la vida por falta de conocimientos. Eso es lo más triste. No se entiende que aún haya marineros que no saben nadar ni han cogido nunca un extintor. Queda gente que se pasa la vida en la mar y no sabe nadar. Hay que erradicar esa falta de conocimiento. Se dan casos de personas que están a punto de cerrar su vida laboral marítima y carecen de esta titulación y eso que llevamos más de 10 años dando este curso. El problema es que muchos lo han ido dejando hasta que la autoridad ha dicho, hasta aquí hemos llegado.

-¿Este curso salva vidas?
-Un incendio, que es lo más tonto, necesita tiempo y hay gente que no sabe coger un extintor. Con conocimientos puedes apagarlo en dos o tres segundos. Lo más bonito de estos cursos es que cuando explicas las cosas siempre hay un pescador al que le pasó lo mismo y se salvó por real decreto. Ellos hacen de notario de la realidad y reafirman lo que les estás dando.

-¿Le damos importancia a la seguridad?
-Le pondré un ejemplo. Si usted ve un yate de vela de bandera inglesa se dará cuenta de que todos llevan un chaleco hinchable. Da igual que haga sol, que el calor sea insoportable o que haya calma chicha. Fíjese en el resto de los yates con bandera española. Todo lo más los tripulantes llevan una cerveza en la mano. En otros países se mira por el adiestramiento. Se trata de hacerse a la idea de que hay que ir a la mar con conocimiento.

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