jueves, 22 de abril de 2010

No hablamos de subsidios, sino de créditos

Fuente: Nuestromar

Omar Suárez, titular del SOMU, contó cómo será el ingreso de los sindicatos en la compañía de bandera nacional Maruba.

La incursión de los trabajadores en la empresa Maruba es un hecho. La totalidad de los sindicatos marítimos, fluviales y portuarios se quedarán con una parte de la naviera de bandera nacional. Lo harán sin subsidios del Estado, en principio, aunque esperan que la tasa que ofrezca el Banco Nación por el crédito que recibirán para comprar las acciones correspondientes de Maruba sea, por lo menos, beneficiosa.

Uno de los protagonistas sindicales de esta jugada de los sindicatos que pretenden reinstaurar la bandera nacional y reactivar la marina mercante es Omar Suárez, secretario general del poderoso, activo y conflictivo Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU). Suárez participa en todas las negociaciones de lo que concluirá en una empresa marítima mixta, configurada, como le gusta definir, con "capital de los trabajadores". De estos temas dialogó con La Nacion.

"No somos ignorantes como trabajadores. Aprendimos mucho. Hoy como nunca capital y trabajo tienen que estar juntos, es lo que le falta al país", arranca Suárez, tras agregar: "Es la hora de los trabajadores. La Argentina probó con todo, menos con los trabajadores", destaca, más en tono de política nacional que de política marítima.

"El desafío como trabajadores -continúa Suárez- es gestionar empresas. Más que nunca nuestro país necesita recuperar la mal vendida y mal liquidada bandera nacional. No podemos darnos el lujo de tirar por la ventana los 5000, 7000 o 10.000 millones de dólares de [flete por] transporte marítimo y fluvial."

-¿Cómo visualiza esta nueva etapa?

-Primero hay que afianzar la confianza entre armadores y cargadores. Vamos a participar en transporte multimodal, en contenedores y en graneles. La gran incursión de Maruba apunta al potencial que tiene la Argentina en graneles [agrícolas] de más de 120 millones de toneladas.

-¿Qué les diría a los que dudan o a los que señalan que Maruba es una «cáscara vacía», sin barcos y con deudas millonarias?

-Es lógico... No nos van a regalar nada. Nos van a empezar a tirar con todo. Este es el primer capítulo de una película que se empieza a filmar ahora. Muchas empresas argentinas, que son las que hoy nos critican, no están en el país, están afuera, con otras banderas, y las más poderosas están en Paraguay y en Bolivia. ¡Claro que vamos a molestar, y muchísimo! Pero que no duden de que venimos a competir y a recuperar la bodega, la mano de obra y la industria naval argentinas.

-¿La industria naval también? Porque está preocupada con la posibilidad de que se importen barcos usados para esta movida.

-Lógico que también. Pero ¿qué viene primero, el huevo o la gallina? Si quiero hoy un portacontenedores, no tengo astillero para fabricarlo, no hay grada por años. Entonces, que dejen entrar los barcos usados de diez años. Hacemos la reparación acá y mientras construimos. Hay una gran demanda de barcazas y de remolcadores, que no los tenemos. Todos los astilleros van a construir. Esto no es sólo para los que participamos del negocio, es el interés de todos. Nuestro país necesita estos fletes y que se reactive la mano de obra y la bodega nacional.

-¿Van a participar en carga general y graneles?

-Por ahora, sí.

-¿Nacional e internacional?

-Nacional e internacional. Vamos a arrancar con el cabotaje al Mercosur y después iremos a lo internacional.

-¿Y van a cubrir el transporte, digamos, con China?

-Vamos a intercambiar la carga para no volver vacíos, vamos a buscar la carga y éste es el mayor desafío de los trabajadores: trabajar en el agenciamiento para que el emprendimiento no tenga pérdida.

-¿Y cómo van a fondear todo esto?

-El Banco Nación va a tener mucho que ver, con créditos.

-¿Y subsidios del Estado?

-No hablamos de subsidios, hablamos de créditos.

-¿No va a haber subsidio estatal?

-No, no, no. Son créditos que devolveremos en el tiempo que corresponde, como cualquier otra empresa.

-¿Qué destino van a tener los créditos?

-La compra de barcos y para captar las acciones de Maruba y, con eso, saldar las deudas que tienen con los proveedores.

-¿A cuánto asciende la deuda de Maruba?

-Unos 50 a 60 millones de dólares.

-¿Qué tasa esperan recibir?

-Una que sea razonable, pagable. Necesitamos crédito barato.

-Dentro de este plan de la marina mercante y la reserva de cargas, ¿no piden mayor compromiso del Estado?

-Esto está tomando forma. Cuando vean el gran proyecto, no sólo tendremos créditos del Banco Nación. Van a venir inversores también.

-¿Armadores?

-Y... Sí. No queda otra. Papá Estado no existe más.

-No en cargas, pero sí en pasajeros...

Ya vamos a llegar. ¿Cómo vamos a pedir subsidio para el transporte marítimo o fluvial si no lo tenemos, si están en Paraguay, Bolivia o con terceras banderas? Vamos a hacer política hacia dentro. Esto tiene que ver con el desarrollo económico del país, con el futuro de la Argentina. Hay mucha hipocresía entre los que se oponen. Yo creo en el sinceramiento, la sinceridad y la transparencia. Necesitamos el compromiso de los trabajadores, los armadores y los políticos.

Tengo un anhelo, de mis tiempos de dirigente, que es rearmar nuestra querida ELMA [Empresa Líneas Marítimas Argentinas] y la Flota Fluvial del Estado. Y hay empresarios dispuestos a invertir.

-¿Quiénes son?

-Los hay, y no importan hoy los nombres, pero acuérdese lo que le digo. El río Paraná está vacío de bandera argentina. Usamos 3000 kilómetros de costa de balcón nada más.
Por Emiliano Galli


LA NACION

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