martes, 2 de febrero de 2010

Y el milagro se hizo...

Fuente: Tribuna Campeche
La Unidad Pesquera de Lerma

Pedro OCAMPO CALDERON

En marzo de 1971, regresé a vivir a esta bendita ciudad. La industria camaronera se encontraba en pleno auge; sin embargo, la actividad portuaria de Campeche era muy precaria. Hoy en día está peor. Existía un solo muelle, construido en 1935 a iniciativa del comodoro Carlos Castillo Bretón. En esa instalación portuaria funcionaban, no sólo los barcos mercantes que aún llegaban a nuestro puerto, en tráfico de altura o cabotaje; sino también los buques de Pemex, que con sus chalanas hacían el alijo de los buque-tanques que por su exceso de calado no podían atracar al muelle. En la punta del muelle se disponían sólo doce pies de agua en la pleamar.

Lo increíble era que la flota camaronera del puerto de Campeche era de más de doscientas embarcaciones y en el mismo muelle fiscal Castillo Bretón, hacían sus reparaciones, cargaban y descargaban, se abastecían de combustible y agua. Un auténtico y ordenado caos, que funcionaba, a un costo muy elevado.

Era obvio que los camaroneros atracaban al muelle por muy pocas horas y en los días de “nortes”, se fondeaban en las proximidades. Las consecuencias de la falta de abrigo, eran desastrosas. Al amanecer de cada día de “norte”; cuando menos de quince a veinte barcos se iban hacia las piedras de la playa, con los consecuentes daños en sus cascos, en los que se abrían boquetes, con la consecuente inundación. Se dañaban los cascos, que en su mayoría eran de madera.

Pero era tal bonanza de la industria camaronera, que las excelentes ganancias daban para pagar con largueza, las reparaciones, o bien el valor de las pólizas de seguros.

Con todo y el primitivismo de la industria, todo mundo ganaba y la prosperidad era notable. Astilleros, varaderos, talleres de reparación naval, de mecánica, ferreterías. Las cooperativas de camaroneros y los sindicatos de industria, florecían y no sólo los “líderes” prosperaban; algo le tocaba a las familias campechanas. No podía faltar dentro de la corriente económica, la presencia inevitable de cantinas, bares y zona de tolerancia, donde paraban los ingresos de tripulaciones y trabajadores de tierra.El auge no dejaba ver, que de superarse el primitivismo de la industria, sus utilidades podían ser aún mucho más cuantiosas y las posibilidades de un accidente catastrófico, podrían reducirse y hasta anularse.

Y el dos de junio de 1971, sucedió lo que fatalmente tenía que ocurrir. Una chispa de un soldador que reparaba sobre el muelle el tanque de un camaronero, cayó en los caños que contienen los ductos de los diversos combustibles, a lo largo del muelle, con el consecuente flamazo. Al instante el incendio se propagó hasta la punta del muelle en donde el combustible se incendió en la boca de los tubos que se convirtieron durante cuatro días en poderosos mecheros, que no pudieron ser controlados, sino hasta que apresuradamente se trajeron bomberos de la refinería de Minatitlán.

Ya para entonces se había fundado, bajo los auspicios del gobernador Sansores Pérez y de la Comisión Nacional Coordinadora de Puertos, la Comisión Pro Desarrollo Portuario de Campeche. Soñaba con hacer que Campeche volviera por sus fueros y fuera otra vez un importante puerto de altura. Por aquí se exportaba madera y la miel, que para entonces salía por Progreso, por muy redondas razones.

Nuestro puerto adolecía no sólo de falta de calado y de instalaciones portuarias, amén de los vicios de administraciones portuarias, enfrentamientos sindicales y a las que había que sumar las de los pilotos del puerto y aduaneras, que entre todas habían hecho declinar el puerto. De vez en cuando arribaba un buque trayendo cemento y otro cerveza. El ferrocarril y el transporte carretero acabaron con darle la puntilla al otrora orgulloso puerto de Campeche.

Por el tiempo que laboré en la Secretaría de Marina, había visto una maqueta muy bien hecha de un refugio portuario proyectado para Campeche, con el nombre de Unidad Pesquera de Lerma. La realización de este proyecto costaría trece millones de pesos.

De allí que desde la formación de la Comisión Portuaria, me empeñara en conseguir su construcción. Para ello apelé a la buena amistad personal, con que me distinguía el almirante Ricardo Cházaro Lara, a la sazón subsecretario de Marina. En esa época la Dirección General de Construcciones Portuarias, estaba dentro de la Secretaría de Marina, con lo que pensaba que se facilitaría la construcción de la Unidad Pesquera de Lerma.

Pero no faltaban los peros. En Campeche, algunas autoridades se oponían a la construcción de la Unidad Pesquera de Lerma, porque sería la CROM la que obtendría que sus sindicatos tuvieran la exclusividad del trabajo portuario y era el caso de que en Campeche sólo existía una central obrera merecedora de tal privilegio, que era la CTM y la que se perjudicaría con la operación de un moderno y seguro muelle. Increíble pero cierto, la sombra de Morones hacía mella en el poderío de don Fidel.

Y el milagro se hizo. El incendio del dos de junio preocupó a las autoridades superiores de Marina y muy pronto se hizo presente entre nosotros el secretario de Marina almirante Luis Bravo Carrera, quien ante la posibilidad de un nuevo siniestro y percatándose en situ de la precariedad de la operación, sobre todo de la flota pesquera, determinó la construcción de la primera etapa de la Unidad Pesquera de Lerma.

Por mi carácter de presidente fundador de la Comisión Portuaria de Campeche, se me designó coordinador de la obra y esto me dio la oportunidad de lograr se enviara la draga autopropulsada “Papaloapan”, con la que se dragó el fondo para la base del área de operación portuaria y también un canal de dos kilómetros de largo por sesenta metros de ancho, con un aumento en la profundidad de un pié, que fue lo que permitió la presencia de la laja. Con la ayuda del Comando Submarino de la Armada, se limpió todo el rededor del muelle Castillo Bretón. Se establecieron nuevas balizas para el arribo al puerto y el primero de junio, Día de la Marina, del año de 1972, se inauguró la Unidad Pesquera de Lerma.

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