miércoles, 15 de abril de 2009

Ultramar, de nuevo “en capilla”

La Capitanía Regional de Puertos se deslinda de la investigación sobre el accidente en el mar; todas las actuaciones se llevan al cabo en la Capitanía de Puerto de Isla Mujeres

Fuente: Por Esto
Por Yolanda Gutiérrez

Se deslinda la Capitanía Regional del accidente suscitado entre una embarcación de la empresa Ultramar y una lancha de la cooperativa Puerto Juárez que, con once turistas a bordo, fue arrollada por el Palace Resort en su salida de Isla Mujeres, lo que provocó que tres personas, entre ellas una menor de edad, resultasen lesionadas; el titular de la dependencia, Roberto López Aispuro, mencionó que todas las actuaciones se llevan a cabo en la Capitanía de Puerto de Isla Mujeres y el expediente de los hechos se enviará a la Dirección General de Marina Mercante en la ciudad de México, que determinará quién fue el responsable del accidente.

Sin embargo, no supo explicar los motivos por los que la empresa Ultramar continúa trabajando pese al lamentable incidente, cuando en teoría debería permanecer inactiva hasta que se dé a conocer el resultado del peritaje, tal como sucedió con la marina Club Lagoon después que la embarcación “Sea Star”, que zarpó con exceso de cupo, zozobró con el saldo de una turista que perdió la vida en el accidente.

En entrevista, López Aispuro mencionó al respecto que “el detalle es que fue una sola embarcación la que tuvo el percance y no se puede juzgar a todos los capitanes por la actuación de uno; las embarcaciones tienen matrículas independientes y cada cual tiene un permiso individual, de ahí que solamente se encuentre retenido el Palace Resort, que fue la embarcación involucrada”.

Dejó entrever la posibilidad de que sea la Dirección General de Marina Mercante la que en un momento dado autorice o no que la empresa Ultramar mantenga sus operaciones de manera normal o se vea obligada a no proporcionar un solo cruce más, todo depende del dictamen final.


Todo un rosario de irregularidades


Merece la pena recordar que desde que Ultramar entró en operaciones en el año 2003 su trayectoria se ha distinguido por mil y un percances, afortunadamente sin víctimas que lamentar, salvo en una ocasión en la que, por no colocar bien la rampa de acceso, un turista cayó al agua con todo y equipaje sin mayores consecuencias que el inesperado remojón.

En un principio sólo contaban con dos embarcaciones cuyos permisos eran para recorrido turístico, pese a lo cual las autoridades portuarias no pusieron el mayor reparo en que los barcos, tipo catamarán y por ende mucho más susceptibles a los efectos de la marejada, operasen como transporte de pasajeros desde el Gran Puerto a Isla Mujeres y viceversa.

En esos tiempos prácticamente todos los días alguna de las dos embarcaciones presentaba fallas en sus máquinas, consecuencia del “castigo” al que eran sometidas con tal de no quedar por debajo de la empresa de transporte de pasajeros consolidada en la ínsula desde hace más de 45 años.

Estos fallas en sus motores propiciaron que en más de una ocasión las embarcaciones quedasen al garete en mitad de la travesía, con decenas de pasajeros a bordo; de manera solapada, la empresa enviaba otra embarcación para “rescatarlos” y transbordarlos, sin que nunca dieran parte ni a la Capitanía de Puerto ni a la Armada de México, sin importarles arriesgar la seguridad de sus turistas.

Y no es la primera vez que una embarcación de Ultramar choca con otro objeto ya que hace casi tres años el Ultramar XI, que como de costumbre ingresaba a puerto a mucho más de los cuatro nudos permitidos, no pudo parar su loca carrera a tiempo e impactó contra el muelle de concreto en que las embarcaciones de la empresa atracan habitualmente.

Y en otra ocasión, cuando el barco aún no zarpaba, se incendiaron sus motores, lo que generó el pánico entre los pasajeros que primero escucharon una especie de explosión y posteriormente vieron cómo el barco quedaba envuelto en una densa nube de humo.

Estos son los antecedentes de una empresa que desde sus inicios ha presentado mil y una fallas sin que las autoridades competentes hayan sido capaces de meter en cintura, aunque se espera que tras el accidente suscitado el pasado domingo tanto las embarcaciones como sus capitanes sean revisados con lupa, puesto que testigos aseguran que en más de una ocasión han observado cómo algún que otro capitán, al llegar a Isla Mujeres, se encamina directamente a una palapa con venta de bebidas alcohólicas y apagan su sed no precisamente con refrescos de cola.

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