miércoles, 15 de abril de 2009

Cónsules recaudaron 14.4% más en registros

Fuente: La Estrella
Expertos del sector aseguran que la funciones de los cónsules de marina mercante se prestan para la corrupción. La polémica sigue

Capital PANAMÁ. El papel de los cónsules de marina mercante del pa ís —con 60 consulados alrededor del mundo— se ha convertido en un tema polémico que no deja de despertar suspicacias, debido al rol ambiguo que ejercen en un escenario donde parecen confundirse las funciones diplomáticas con los negocios personales: el del abanderamiento de barcos.
Según estadísticas de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), el negocio de registro de buques movió 83.8 millones de dólares en 2008 que representa un 70.4% del total de ingresos de la AMP, que el año pasado fue de $119 millones, mientras que en 2007 los ingresos por abanderamiento fueron de $71.7 millones, que es un 70% del total recaudado por la AMP y que en 2007 fue de 102.9 millones de dólares. Estas cifras revelan un aumento en recaudación de 12.1 millones de dólares o 14.4%.
De acuerdo con las leyes panameñas, los cónsules —que administrativamente dependen de la Cancillería de la República— son los encargados de promocionar y realizar el registro de embarcaciones bajo bandera panameña. Por este trabajo, reciben una comisión adicional a su salario que no es menor de un 30% y no mayor de un 70% de la tarifa de abanderamiento.
El artículo 425 A del Código Fiscal señala que los gastos mensuales de un cónsul de marina mercante debe declararse de la recaudación bruta mensual y que del sobrante se autorice una comisión, cuyo monto depende del nivel de recaudo bruto.
De acuerdo con Franklin Castrellón, experto en marina mercante, esta labor adicional convierte el cargo de cónsul en uno de los más codiciados y se presta mucho para actos de corrupción porque, hoy por hoy, “ejercen sus funciones a su libre albedrío”.
Castrellón se refiere a la forma cómo se realiza el sistema de recaudación, donde cada cónsul —además de su salario y viáticos de representación, que depende del lugar en función— establece el porcentaje que cobra por este servicio.
Aunque el Decreto de Gabinete número 75 de 1990 trató de unificar el sistema de cobros de los consulados panameños en el exterior, lo cierto es que el Ejecutivo no ha tomado aún cartas en el asunto.
Ernesto González De La Lastra, otro experto en el tema, dice que hasta tanto en el sector marítimo local no se implemente tecnología de punta en el sistema de cobros, “la figura de un cónsul será necesaria”.
Aun cuando los pagos se realicen electrónicamente, González De La Lastra, señala que la función del cónsul seguirá siendo asesorar a los armadores en el tema del abanderamiento.
En palabras del director de Marina Mercante de la AMP, Alfonso Castillero, entre las funciones de un cónsul en el exterior está “mercadear la industria marítima local”.
Pero, según la AMP, “no existe conflicto de intereses”. Muy por el contrario, asegura la entidad, los cónsules de marina mercante se encuentran bajo la lupa de la Cancillería, que es la autoridad nominadora, y la AMP, que la institución fiscalizadora.
En medio de la polémica de quién controla la recaudación, la realidad es que estos cargos siempre han estado en el ojo de la tormenta de la opinión pública, pero lo que más preocupa, es que al menos este año, un año electoral, no se tiene previsto tomar medidas que permitan más transparencia en el manejo de los cargos “más codiciados” según dicen los propios entendidos.

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REGISTROS
2006
Habían 7,183 buques con bandera panameña.
2007
El abanderamiento subió a 7,605.
2008
La flota creció a 8,459 naves.

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