Fuente: Diario Vasco
DV. «Juanma te da todo, hasta la sangre si hace falta», aseguraba ayer un allegado al empresario, atónito por el atentado cometido por la banda terrorista ETA contra un «buen hombre». Una definición que coincidía con la de muchos otros vecinos de Amorebieta, localidad en la que nació hace 57 años y donde sigue residiendo en la actualidad. No es extraño encontrarle por cualquier rincón del pueblo, charlando con los amigos o tomando un pote con un conocido. «Es amigo de todos. Siempre está dispuesto a ayudar a quien le pide un favor». Una opinión compartida por muchos pero que, curiosamente, nadie quiso rubicar con nombres y apellidos.
De aficiones «sencillas» y «muy campechano», el empresario evitó ayer cualquier protagonismo, más allá del que los terroristas quisieron darle en contra de su voluntad. Optó por mantenerse al margen de los numerosos medios de comunicación que se arremolinaron en torno a su vivienda, ubicada en la céntrica calle de Konbenio. Tampoco quiso que el Ayuntamiento convocara una concentración de protesta. «Para no dar publicidad», fue el argumento que trasladó al alcalde de Amorebieta, David Latxaga.
Los que le conocen le definen como un hombre tímido, al que le gusta caminar de forma discreta por la vida. Con paso firme, eso sí. «Es un trabajador incansable», aseguran los más cercanos a este empresario de peso en la economía vasca. Por tradición familiar, su trayectoria está estrechamente vinculada a los Astilleros de Murueta, empresa que fundó su abuelo en 1943 y de la que tomó las riendas siendo muy joven, tras la prematura muerte de su padre.
Esta compañía, uno de los tres astilleros privados vascos, tiene su sede en la localidad vizcaína del mismo nombre, en la ría de Gernika. Desde su fundación, hace de medio siglo, ha construido más de 170 buques. El primero en botarse fue el carguero Punta Begoña que inició su singladura en aguas de esta reserva natural. Desde entonces, de los diques de este astillero han zarpado «mercantes de todo tipo», así como «buques pesqueros de última generación, más robustos y complejos».
En 1967 amplió la sociedad con la apertura de Naviera Murueta, con sede en Bilbao, y dedicada al transporte marítimo. En estos momentos la empresa cuenta con una plantilla cercana a los cien trabajadores y es propietaria de cinco buques de carga y gestiona el buque 'Bahía Uno', del que es copropietaria y que se dedica al transporte de combustible para suministro a otros barcos.
«No le va a parar»
Sin abandonar su estrecha vinculación al mundo de naval, ni la participación en las empresas familiares, Juanma Arana decidió ampliar hace unos años su campo de acción. En 2005, Astilleros de Murueta se hizo con el 34,36% del accionariado de Construcciones Navales del Norte (CNN), empresa dedica a la fabricación de buques de gran tonelaje que un año después de su creación obtuvo la adjudicación de La Naval de Sestao. Tras la construcción del gasero Sestao Knutsen, en 2007, sus más de 400 trabajadores directos y los 1.500 profesionales de la industria auxiliar, se ocupan del montaje de los buques en cartera y de la construcción de las dos dragas de succión «de mayor capacidad jamás construidas», afirman fuentes de la compañía.
Arana, que ostenta también el cargo de tesorero en la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao, volvió a hacer ayer gala del aplomo que le caracteriza. De no haber sido por las continuas visitas que recibió en el caserón que le vio crecer y en el que vive solo tras el fallecimiento de su madre, «habría ido a trabajar como un día más», reconocía una allegada.
«Es un hombre activo, vital, optimista y se lo ha tomado con deportividad», señalaba el presidente del PNV de Vizcaya, Andoni Ortuzar, a la salida de la vivienda, donde acudió acompañado del alcalde.
El atentado sobresaltó a muchos ciudadanos y causó indignación a una gran mayoría. «No entiendo cómo han ido contra un hombre que ha apostado por el pueblo toda la vida. Los jarraitxus de ahora no saben ni a dónde van», lamentaba un vecino. A una de sus conocidas, sin embargo, no le pilló de sorpresa. «Hace un tiempo que había advertido de que tenía ya un aviso», indicó. Pero está segura de que Juanma «va a seguir en su ruta. Esto no le va a parar».
El empresario, que según sus conocidos se mantiene totalmente al margen de la política, seguirá disfrutando de sus amigos alrededor de una buena mesa. «No tengo ninguna dudas de que le veremos en las cenas que celebra con su cuadrilla una vez al mes en un txoko de la localidad».
El alcalde quiso trasladarle públicamente su agradecimiento por dedicarse «a trabajar y a crear riqueza para este país». David Latxaga reclamó «a la gente que practica esta violencia» que «si tiene reivindicaciones políticas que hacer» las formule «por la vía pacífica y democrática».
De aficiones «sencillas» y «muy campechano», el empresario evitó ayer cualquier protagonismo, más allá del que los terroristas quisieron darle en contra de su voluntad. Optó por mantenerse al margen de los numerosos medios de comunicación que se arremolinaron en torno a su vivienda, ubicada en la céntrica calle de Konbenio. Tampoco quiso que el Ayuntamiento convocara una concentración de protesta. «Para no dar publicidad», fue el argumento que trasladó al alcalde de Amorebieta, David Latxaga.
Los que le conocen le definen como un hombre tímido, al que le gusta caminar de forma discreta por la vida. Con paso firme, eso sí. «Es un trabajador incansable», aseguran los más cercanos a este empresario de peso en la economía vasca. Por tradición familiar, su trayectoria está estrechamente vinculada a los Astilleros de Murueta, empresa que fundó su abuelo en 1943 y de la que tomó las riendas siendo muy joven, tras la prematura muerte de su padre.
Esta compañía, uno de los tres astilleros privados vascos, tiene su sede en la localidad vizcaína del mismo nombre, en la ría de Gernika. Desde su fundación, hace de medio siglo, ha construido más de 170 buques. El primero en botarse fue el carguero Punta Begoña que inició su singladura en aguas de esta reserva natural. Desde entonces, de los diques de este astillero han zarpado «mercantes de todo tipo», así como «buques pesqueros de última generación, más robustos y complejos».
En 1967 amplió la sociedad con la apertura de Naviera Murueta, con sede en Bilbao, y dedicada al transporte marítimo. En estos momentos la empresa cuenta con una plantilla cercana a los cien trabajadores y es propietaria de cinco buques de carga y gestiona el buque 'Bahía Uno', del que es copropietaria y que se dedica al transporte de combustible para suministro a otros barcos.
«No le va a parar»
Sin abandonar su estrecha vinculación al mundo de naval, ni la participación en las empresas familiares, Juanma Arana decidió ampliar hace unos años su campo de acción. En 2005, Astilleros de Murueta se hizo con el 34,36% del accionariado de Construcciones Navales del Norte (CNN), empresa dedica a la fabricación de buques de gran tonelaje que un año después de su creación obtuvo la adjudicación de La Naval de Sestao. Tras la construcción del gasero Sestao Knutsen, en 2007, sus más de 400 trabajadores directos y los 1.500 profesionales de la industria auxiliar, se ocupan del montaje de los buques en cartera y de la construcción de las dos dragas de succión «de mayor capacidad jamás construidas», afirman fuentes de la compañía.
Arana, que ostenta también el cargo de tesorero en la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao, volvió a hacer ayer gala del aplomo que le caracteriza. De no haber sido por las continuas visitas que recibió en el caserón que le vio crecer y en el que vive solo tras el fallecimiento de su madre, «habría ido a trabajar como un día más», reconocía una allegada.
«Es un hombre activo, vital, optimista y se lo ha tomado con deportividad», señalaba el presidente del PNV de Vizcaya, Andoni Ortuzar, a la salida de la vivienda, donde acudió acompañado del alcalde.
El atentado sobresaltó a muchos ciudadanos y causó indignación a una gran mayoría. «No entiendo cómo han ido contra un hombre que ha apostado por el pueblo toda la vida. Los jarraitxus de ahora no saben ni a dónde van», lamentaba un vecino. A una de sus conocidas, sin embargo, no le pilló de sorpresa. «Hace un tiempo que había advertido de que tenía ya un aviso», indicó. Pero está segura de que Juanma «va a seguir en su ruta. Esto no le va a parar».
El empresario, que según sus conocidos se mantiene totalmente al margen de la política, seguirá disfrutando de sus amigos alrededor de una buena mesa. «No tengo ninguna dudas de que le veremos en las cenas que celebra con su cuadrilla una vez al mes en un txoko de la localidad».
El alcalde quiso trasladarle públicamente su agradecimiento por dedicarse «a trabajar y a crear riqueza para este país». David Latxaga reclamó «a la gente que practica esta violencia» que «si tiene reivindicaciones políticas que hacer» las formule «por la vía pacífica y democrática».
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