martes, 31 de marzo de 2009

Plataformas acaban con la pesca ribereña

Fuente: El Informador
Veracruz. Habitantes de varias comunidades saben lo amargo que puede ser para su propio entorno y calidad de vida ser vecinos de instalaciones petroleras

CIUDAD DEL CARMEN, Camp.- La explotación de los yacimientos que realiza Petróleos Mexicanos (Pemex), a sólo 11 kilómetros de la Costa, está acabando con la pesca ribereña y cientos de pescadores en los límites entre Campeche y Tabasco son obligados a emigrar, afirmaron autoridades municipales, legisladores y habitantes de comunidades ribereñas.

Además del grave impacto ambiental, señalaron que la instalación de decenas de plataformas petroleras en esa zona, acabó por restringir la pesca ribereña. Los cardúmenes se han alejado de la Costa.

Pescadores de Nuevo Campechito, Emiliano Zapata y San Pedro precisaron que tienen prohibido incursionar en el área de explotación. “Y cuando llegamos a adentrarnos en el área, somos acosados por los barcos de la Quinta Zona Naval”.

La búsqueda de Pemex de nuevos yacimientos tras el declive de producción en el complejo Cantarell, pone en riesgo la pesca ribereña en los límites entre Tabasco y Campeche, alertó el comisariado municipal de Nuevo Campechito, Luis Nicolás Cordero Torcuato.
Aseguró que la instalación de las plataformas a seis millas de la Costa redujo aún más el área de pesca. “Cada día colocan más plataformas, a tal grado de que ya se alcanzan a ver desde tierra”.

“Ya no es posible pescar así. Antes nos daban permiso para capturar a 18 ó 20 millas. Pero actualmente sólo a dos o tres millas (de 3.7 a 5.5 kilómetros). La explotación petrolera está afectando a un gran número de comunidades pesqueras.
Pemex está invadiendo día a día nuestras áreas de captura”.

Cordero Torcuato indicó que los pescadores de Nuevo Campechito exigen a Pemex un fideicomiso para cubrir las afectaciones causadas por la exploración en aguas poco profundas.

El derrame de miles de barriles de petróleo de la plataforma Usumacinta, que quedó fuera de control luego de un accidente en octubre de 2007, provoca aún la muerte de un gran número de especies.

Especies mueren por derrames

Autoridades estatales y de Petróleos Mexicanos (Pemex), han minimizado el derrame de la plataforma Usumacinta, que quedó fuera de control luego de un accidente en octubre de 2007, pero el daño provoca aún el deceso de un gran número de especies, como lo demuestra el hallazgo de tortugas muertas a unos tres kilómetros de la costa del municipio de Nuevo Campechito. (El Universal)

FRASE

La pesca de altamar agoniza. Por la contaminación se reduce la captura del crustáceo de consumo nacional y de exportación. Anselmo López Villalobos, dirigente de la Alianza de Pescadores Ribereños y de Altamar.

Vecinos externan el costo de tener a Pemex en casa

CIUDAD DE MÉXICO.- En 10 estados del país: Campeche, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz, sus gobernantes han levantado la mano para dar albergue a una nueva refinería, cuya construcción, de acuerdo al anuncio de la Federación, iniciará en este año con una millonaria inversión que generará miles de puestos, lo que de entrada sofocará el desempleo.

No obstante, en entidades dentro de la puja por llevarse a su patio la obra considerada el megaproyecto del sexenio del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, como Campeche, Oaxaca, Tamaulipas, Tabasco y Veracruz, sus habitantes en varias comunidades saben lo amargo que significa para el propio entorno y su calidad de vida ser vecinos de instalaciones petroleras.

Desorden ambiental y daños a la salud

Contaminación de esteros, ríos, lagunas y el Golfo de Tehuantepec, así como daños a la salud humana y animal, crecimiento poblacional desordenado y el encarecimiento de la vida, son los saldos negativos que ha dejado la industria petrolera a lo largo de 29 años en Salina Cruz, ubicado en el Sur del Pacífico oaxaqueño.

“Esa es la herencia que Pemex nos ha dejado”, reflexionó el dirigente de la Alianza de Pescadores Ribereños y de Altamar, Anselmo López Villalobos, quien añadió que los daños abarcan los renglones de la pesca, medio ambiente, salud pública y el entorno social.
El puerto, de 55 mil habitantes, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y con más de 100 mil de acuerdo con las autoridades municipales, tiene un rezago de 30 años en el sistema de agua potable, además de que sólo tres de cada 10 viviendas cuenta con drenaje y sus vialidades están devastadas.

A 29 años de que entró en operación la refinería Antonio Dovalí Jaime, con capacidad para procesar 330 mil barriles por día, “Pemex aún tiene una gran deuda social con Oaxaca y el Istmo”, dijo el alcalde, Héctor Becerril.

Las afectaciones se extienden además a la pequeña localidad de Salinas del Marqués, donde se prohibió la pesca ribereña desde hace 10 años en la zona de carga de los buques petroleros, en bahía La Ventosa, con la reducción de moluscos y en Boca del Río, donde los maizales “se queman, los frutales no crecen y los animales mueren”. (El Universal)

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