lunes, 5 de febrero de 2007

Equilibrar las asimetrías de la industria naval en el MERCOSUR

Fuente: Pesca y Puertos Argentina


(D.E.) Recientemente, en noviembre de 2006, se concretó un Convenio entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y Astilleros Río Santiago (ARS), y tratando de conocer los alcances y objetivos de dicho documento, dialogamos con Guillermo Robledo, asesor del presidente del ARS Julio Urien, quien expuso algunos conceptos y criterios, que apreciamos también como advertencias, sobre tiempos y oportunidades, que envuelven hoy a la industria naval argentina.

Cuando tratamos de centrar la atención sobre el “eje del acuerdo”, también encontramos el nexo con la esperada Ley de Marina Mercante e Industria Naval y la expectativa de Robledo es que contar con la misma debería ser un hecho a la brevedad.

Robledo explicó que el eje del Convenio se encuentra en el Artículo 3, inciso j, que promueve “la participación en la formación del Foro de competitividad de la Industria Naval del MERCOSUR, entre los objetivos, con el fin de equilibrar las asimetrías interregionales”.

“El fundamento principal de este Convenio –amplió Robledo– es superar las asimetrías de la industria naval en el sentido que, en la Argentina, su industria naval ha venido retrocediendo a pasos agigantados, respecto de otra de la región, especialmente me refiero a la de Brasil”.

“Si se lee atentamente la letra del Convenio firmado, no solo da lugar a la Mesa de Coordinación, sino también a la creación de un Foro de Competitividad del MERCOSUR, apuntando a que dichas asimetrías se reviertan”, apuntó.

En efecto, el inciso f del mismo artículo plantea la creación de un “Plan de Integración Productiva Regional de la Industria Naval, que permita superar las asimetrías sectoriales en el MERCOSUR”.

“Las asimetrías con Brasil –aclaró Robledo– creo que son más graves aún. A título de ejemplo, le comento que este año, Brasil va a inaugurar 2 astilleros con una inversión de 100 millones de dólares cada uno, con infraestructura de Samsung y Hyundai, que son 2 empresas que cuentan con tecnología de punta para la construcción naval y financiados por el Fondo de la Marina Mercante brasilero. Nosotros estamos impulsando la Ley Dovena –por el Proyecto de Ley de la Industria presentado por el diputado Miguel Dovena– para que vuelva a constituirse el Fondo de la Marina Mercante, que ya tiene aprobación por parte de la Comisión de Industria y por la de Intereses Marítimos. Solo falta una definición de la Comisión de Presupuesto y Hacienda con llegada directa desde el Poder Ejecutivo Nacional”.

Para que se comprenda mejor la situación, Robledo plantea: “es interesante esta foto que expongo, Brasil que tiene un Fondo de la Marina Mercante, que no solo financia la construcción de buques, sino también de ampliación de la capacidad instalada de astilleros, para que estén en el máximo nivel de competitividad mundial y para la actualización tecnológica de su industria naval. Hoy en la Argentina no tenemos ni siquiera ese fondo constituido y mucho menos con ese doble carácter. El Proyecto de Ley Dovena, apunta a empezar a acortar esa asimetría y nosotros ni siquiera tenemos fondos”.

“Si nosotros no logramos rápidamente que salga aprobada la Ley mencionada, no podemos llevar adelante el eje central que surge del Convenio mencionado y tampoco permitirá acortar la brecha tecnológica entre nuestros dos países”, afirmó el funcionario de ARS.

Para reafirmar sus conceptos indicó que “no es lo mismo ir a hablar en el MERCOSUR, de país a país para acortar la brecha tecnológica existente, diciendo a Brasil: Ustedes tiene un Fondo de la Marina mercante y nosotros también, entonces podemos preguntarnos, señores: ¿Petrobras tiene un plan de construcciones de 50 barcos para los próximos diez años? Bueno, pedimos que 10 de esos barcos se hagan en la Argentina. Pero en la actual situación, automáticamente nos contestarían ¿Ustedes tienen capacidad instalada adecuada para construir esos 10 barcos? ¡Hoy les tendríamos que contestar que no!”, graficó con elocuencia.

Para concluir la idea, Robledo enfatizó que “o acotamos los tiempos para que salga la Ley Dovena, o este Convenio va a ser de muy difícil implementación. Sin la aprobación y promulgación de la Ley mencionada, este Convenio será letra muerta”.

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