martes, 12 de diciembre de 2006

Escalera Náutica, un proyecto de ensueño pero sólo para extranjeros

POR FEDERICO MÜLLER Y RAMÓN G. GONZÁLEZ / DICIEMBRE 11, 2006

(SEMANARIO).- Uno de los aspectos que los gobiernos han descuidado es el aprovechamiento racional de los recursos naturales que embellecen al país, reconocidos por propios y extraños. El barón Alejandro de Humbolt fue uno de ellos, que apreció y elogió la naturaleza del territorio nacional, quien como distinguido geógrafo y trotamundos, sabía de lo que estaba hablando pues tenía a toda la vieja Europa como referencia.

Las siguientes líneas que se escriben pretenden dar un panorama general al dilecto lector, sobre el proyecto turístico denominado escalera náutica que se empezó a construir en el Mar de Cortés, durante la pasada administración federal. La mega inversión náutica se revisa desde su dimensión económica y sus probables impactos al ecosistema regional.

ECONOMÍA TURÍSTICA
En el 2005, los ingresos por la actividad turística en México registraron alrededor de 11.8 mil millones de dólares, como resultado del incremento del consumo de los visitantes extranjeros en territorio mexicano. Según información de la Secretaría de Turismo y del Banco de México, cada viajero en promedio gastó diariamente 100 dólares durante su estancia en el país. Gracias a los recursos obtenidos por la “industria sin chimeneas”, México entró al top ten de los países con mayores ingresos de divisas por turismo a nivel mundial, al pasar de la posición 13 a la 10. Según el ranking internacional, los 10 países que más reciben divisas por el turismo internacional son, por orden de importancia, Estados Unidos, España, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, China, Austria, Turquía, y México, éste último ocasionando que retrocedieran en la lista Grecia, Canadá y Hong Kong.

Además, el país mantuvo la posición número ocho a escala planetaria, como uno de los destinos preferidos por los más de 18 millones de turistas internacionales que visitaron México en 2005. El cuadro 1, muestra cómo las divisas que el país captó por las personas que lo visitaron, se incrementaron en el período del 2000 al 2005, aún cuando el gobierno federal no formuló una política integral de fomento al turismo que incluyera a todas las entidades de la República.

MOSAICO NATURAL MEXICANO
Las deidades naturales que aparecen casi de manera mágica a la vista del desparpajado turista internacional, todavía delineando, a pesar de la mano destructora del hombre, montañas, bosques, arrecifes, litorales, selvas, lagunas, ríos, acantilados, son parte del mosaico natural de México. Y como si esto fuera poco para las pupilas del osado viajero, acompañan como hieráticos testigos a la pródiga naturaleza mexicana, las joyas arqueológicas provenientes de la invaluable herencia arquitectónica de las culturas prehispánicas, que poblaron este país hace cientos de años.

La riqueza autóctona halaga al alma humana más rejega, pero desgraciadamente es no renovable e irrepetible, y por ello vulnerable a la voracidad del mercado, que subordina la preservación de los recursos naturales a la explotación económica irracional de los mismos; daremos tan sólo un ejemplo de ello. Sucedió hace algunos meses en Saltillo, presente lo tengo yo, cuando los saltillenses fueron asombrados espectadores de cómo la glotonería de los constructores de vivienda desafió a las instituciones públicas, al urbanizar en la zona de amortiguamiento de la reserva ecológica de Zapaliname, que abastece de agua a la capital del Estado.

El uso de los recursos debe ejercerse mejor, de manera racional, para poder resguardarlos a través del tiempo. Los recursos naturales deben explotarse y cuidarse, no sólo por ser generadores de divisas y empleos en la economía nacional, sino porque contribuyen a engrandecer el patrimonio ambiental, artístico y cultural de la Humanidad. Los atributos turísticos de México merecen en su administración un equilibrio entre, lo económico, social y ecológico. La factibilidad de cualquier proyecto turístico público o privado debe ir más allá de una evaluación de mercado: costo-beneficio para su ejecución. Su formulación y evaluación debe ser desde una visión integradora que armonice con la madre naturaleza, y de ninguna manera que la lastime y la convierta en estéril.

PROYECTO TURÍSTICO: ESCALERA NÁUTICA.

El nombre del plan turístico tiene que ver con el objetivo del mismo, construir paraderos o marinas a lo largo del litoral del Mar de Cortés para que los yates provenientes de la costa Oeste de Estados Unidos puedan hacer escala para avituallarse de combustible, y también consumir algunos bienes y servicios que ofrezca la economía de la región del Mar de Cortés.

Los estados beneficiados serán los de Baja California Norte y Sur, Sonora, Sinaloa, y también existe interés del gobierno de Nayarit por incorporarse al mega programa náutico. Esta obra se inició en el sexenio del Presidente Vicente Fox, en el 2001, y es probable que continúe en la administración federal de Felipe Calderón.
El proyecto se conformará por una red de 24 escalas náuticas distribuidas a lo largo del litoral, llamado el acuario del mundo [1]. La distancia que mediará entre cada aparcadero será de 100 millas náuticas en promedio. Actualmente ya existen 12 marinas, el resto se irán construyendo en el mediano plazo; la fecha de consolidación de la obra turística se prevé para el año 2014. Todo ello, permitirá detonar el desarrollo náutico de zonas con elevado potencial turístico.

Los puertos de La Paz, Ensenada, Mazatlán, Guaymas y Los Cabos consolidarán su vocación turística, al ser parte esencial del proyecto.

RENTABILIDAD DE LA INVERSIÓN NÁUTICA

De acuerdo con un estudio de mercado realizado por la consultoría privada estadounidense EDAW, quien fue la encargada de evaluar el costo-beneficio de la escalera náutica, el proyecto tendría hasta el año 2014 una afluencia de 10 mil embarcaciones anuales que llegarían a las costas del Mar de Cortés.

Los beneficios económicos para la región se estima que provengan, principalmente, de los turistas náuticos que lleguen en sus propias embarcaciones procedentes de California a las costas nacionales o aquellos que ingresen por vía aérea o por otro medio de transporte con la intención de utilizar su yate anclado en las marinas mexicanas. El número de pasajeros por embarcación varía desde 4 hasta 7, según el tamaño de la misma. En los yates con esloras mayores a 65 pies que utilizan tripulación, el número de viajeros se incrementa a 13.

El consumo promedio por visitante es de 2 200 dólares por viaje, que dura alrededor de 17 días. Los sectores comercio y servicios serían los principales receptores del gasto que hagan los excursionistas marítimos, que van desde el alquiler de una habitación en un hotel hasta el pago de la tarifa portuaria, pasando por las reparaciones menores y el mantenimiento de sus vehículos náuticos.

EL ECOSISTEMA
Uno de los principales problemas ecológicos que genera la construcción de la escalera náutica, es el consumo de agua dulce que demanda para su funcionamiento, pues es indudable que el polo turístico de desarrollo atraería población del resto del país, en el mediano plazo, que requeriría servicios hidráulicos y sanitarios. Desafortunadamente, en la región el abasto del preciado líquido es limitado. Los estados que rodean el Golfo de California cuentan con acuíferos que se utilizan para las actividades agrícolas, industriales, domésticas y de uso público.

Sin embargo, más del 80 por ciento del volumen de agua extraída se destina a irrigar los grandes distritos agrícolas que se desarrollan en la zona. Aunque en el ámbito regional la extracción es igual a la recarga, hay acuíferos que manifiestan signos de sobre explotación, y para variar, los que se localizan cerca del mar, ya presentan un proceso creciente de intrusión salina, que afecta a miles de hectáreas de tierra agrícola. Otro de los desequilibrios ecológicos que se pueden desencadenar como consecuencia de la construcción de las marinas ubicadas en zonas protegidas, marítimas o boscosas. es que tales áreas se verían afectadas por el deterioro que causa el crecimiento turístico.

Las consecuencias del subdesarrollo económico: parece paradójico, pero no le es, que los mexicanos, excluyendo por supuesto a los políticos y empresarios, no podamos disfrutar de la infraestructura turística y de los encantos naturales de este país, al menos de la que se planea y ejecuta para el turista internacional.

El costo tan elevado que implica adquirir un yate y darle mantenimiento, obliga al ciudadano común y corriente de este país, a mejor resignarse a trabajar en el proyecto como prestador de servicios, desde mesero hasta guía de turistas.

[1] Así le llamó el biólogo francés, Jacques Cousteau

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