jueves, 14 de diciembre de 2006

Delincuencia en alta mar

Cada vez se diversifican más las actividades de modernos piratas en el mundo
Roban barcos para asaltar a otros o los pintan para vender

Diario de Yucatan

Es uno de los delitos de más vertiginoso crecimiento alrededor del mundo. El asalto que el fin de semana pasado sufrieron pescadores en aguas de Sinaloa es parte de una práctica que se ha extendido a todos los confines, incluso en los tres estados de la Península.

Los modernos piratas, que llenan las aguas de armas y violencia, ya no buscan botines de oro y plata, sino otro tipo de tesoros, como los valiosos contenidos de barcos de carga o de pesca.

Estadísticas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) indican que en los últimos 10 años los ataques de los modernos bucaneros se han triplicado. En 2003, por ejemplo, hubo 445 ataques o intentos de abordaje, con un saldo de por lo menos 16 muertos.

En el primer trimestre de este año se registraron más de 60 ataques con éxito, cuando que en el mismo período del año pasado hubo 56. En el mismo período de este año se tomó al menos a 63 rehenes, el doble que en 2005.

Ante las crecientes ganancias y el elevado porcentaje de impunidad con que actúan, los corsarios de los nuevos tiempos han decidido diversificar su ilícita actividad. Ya no sólo van por lo que transportan las embarcaciones de carga o de pesca —incluido lo que les quitan a tripulantes y pasajeros—, sino que ahora se roban las naves para venderlas con documentos falsificados, previa manita de gato en algún sitio alejado del lugar del atraco.

Secuestro en el mar También, según la Oficina Marítima Internacional (OMI), con sede en Londres, secuestran a personas para pedir rescate por ellas, tras tomarse su tiempo para averiguar cuánto pueden pagar.

Como en la “industria” del robo de autos, los nuevos piratas secuestran barcos para asaltar a otros, lo que dificulta la investigación. La OMI informa que el principal objetivo de los corsarios del siglo XXI son las embarcaciones de carga, pero no le hacen el feo a los pesqueros, cuya mercancía es para ellos casi dinero en efectivo.

Aunque las acciones de los piratas abarcan los siete mares, es en los alrededores de Indonesia donde, según la OMI y otros organismos internacionales, están las aguas más peligrosas del mundo. Pero también en las cercanías de Somalia están muy activos. En ambas regiones, de las más transitadas, operan varias bandas que de enero a marzo de 2006 cometieron por lo menos 19 atracos.

En enero pasado, reporta “The New York Times”, un buque estadounidense interceptó lejos de las costas de Somalia una nave hindú que pocos días antes fue secuestrada por bucaneros, para usar como base de operaciones para asaltar a otros barcos.— Jorge Alberto Balam Díaz.

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