miércoles, 26 de septiembre de 2012

El Gobierno descartó los quimiqueros porque los floteles eran más rentables

Fuente: ABC

«Primero me llamaron un mariachi por ir a México, luego dijeron que el acuerdo con Pemex era humo, después que se trataba de un barco chiquiticoy ahora, hablan de un destello». De esta manera resolvió ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, las críticas que le llovieron desde el PSdeG ante el acuerdo firmado con la petrolera mexicana el pasado miércoles.
Una operación en la que Pemex invertirá casi 300 millones de euros, la cual permitirá la construcción de dos buques hoteles y generará un total de 3.000 empleos. Cifras que, para el actual secretario general de los socialistas gallegos, Manuel «Pachi» Vázquez, se alejan de la realidad, ya que «no serán 3.000, sino 300 empleos» los que propiciará la firma entre Pemex y los astilleros de Navantia y Barreras.
Aunque el preacuerdo inicial establecía la construcción de dos quimiqueros, Feijóo reconoció que finalmente se desechó esa opción al constatar que los buques hoteles permitían «tener más mano de obra y eran más competitivos». «Se logró sustituir donde no eran competitivos por un contrato donde sí lo son y, además, lograr más mano de obra, no solo para el astillero, sino también para la industria auxiliar», puntualizó el titular del Ejecutivo autonómico.
La satisfacción exhibida en la presentación oficial del acuerdo se trasladó también hasta la rueda de prensa posterior al Consello, donde Feijóo reconoció estar «alegre por el desenlace». Un sentimiento que, tanto Vázquez como el candidato del BNG a la Presidencia de la Xunta, Francisco Jorquera, se mostraron reticentes a compartir.
Además de dudar de la carga de trabajo que la empresa azteca generará en la Comunidad gallega, «Pachi» definió el acuerdo como «una buena noticia pero sobredimensionada y con carácter electoralista; un destello». También se mostró escéptico con el inicio del crecimiento económico de Galicia a partir de esta acción, dado que, según él, las políticas ejecutadas por la Xunta generan «economías de sufrimiento, no de crecimiento».
El presidente del gobierno autonómico zanjó las críticas: «No lo siento por mí, sino por los trabajadores que hay detrás del acuerdo. Me parece un menosprecio a Galicia, al sector naval y a los empleos que generará», constató, girando las culpas de la actual situación «de seca» en el naval a las políticas desarrolladas en el sector durante el bipartito. «Este es el nivelazo de la oposición que tenemos delante», sentenció Feijóo.
Por su parte, Jorquera también minusvaloró el acuerdo conseguido por el Ejecutivo autonómico, del cual dijo que «es como una aspirina a un enfermo que está en la UCI». Aunque manifestó que su formación «se congratula» por la carga de trabajo para los dos astilleros, criticó el «tufo electoral» -según el líder del Bloque- del anuncio.
A estos reproches también se unió el Comité de Empresa de Navantia Ferrol, que cifra en 353 los empleos que generará el flotel. Un aluvión de críticas por un convenio que garantiza empleo en el sector para los próximos dos años, después de permanecer cinco en sequía.

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