Fuente: El Siglo de Torreón
La gota que derramó el vaso fue el acuerdo de intención firmado por la empresa pública y la Xunta de Galicia para construir en sus plantas 14 remolcadores que reclama su flota. El acuerdo, cuyo monto alcanzaría 250 millones de euros, es decir unos 310 millones de dólares, incluye la compra de un barco flotal.
Apalabrado durante la visita a México del presidente español, Mariano Rajoy, el compromiso se pactó con el presidente del órgano de gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo.
El anuncio provocó jubilo en el país ibérico, planteándose la posibilidad de la creación de dos mil 500 nuevos empleos directos e indirectos, en un escenario en que se reclaman 2.6 millones de horas de trabajo.
Rediez y más rediez.
La justificación del director general de la paraestatal, Juan José Suárez Coppel, fue que "los astilleros gallegos son más que reconocidos a nivel internacional por su calidad". Lo cierto es que la acción de Pemex representa un rescate para éstos, dada la dramática caída de la economía española.
De hecho, el propio Núñez Feijóo, emocionado hasta las lágrimas, señaló que el generoso gesto de Pemex le abría otra vez la esperanza a los astilleros públicos y privados de Galicia.
El problema es que Pemex se convirtió en candil de la calle.
Desde hace varios meses, en la espera, justo, de una licitación internacional para otorgar los contratos de construcción de la infraestructura que reclamaba la paraestatal, se realizaron cuantiosas inversiones para reforzar los astilleros existentes o para crear nuevos.
El caso es que no hubo licitación sino designación, por más que en afán de taparle el ojo al macho, Pemex habla de que habría participación de las empresas mexicanas en el proceso… a lo mejor remachando clavos o colocando tornillos.
Entre las firmas que le entraron a la apuesta están la Empresa Marítima Ecológica, Transportación Marítima Mexicana y Naviera Integral.
De hecho, decíamos, el primer paso frente al desbordado malinchismo de la empresa pública es unir esfuerzos de las firmas afectadas para crear un directorio de capacidades en cada una de ellas.
Que no se diga, pues, que el país carece de infraestructura y calidad.
En el reclamo del orgullo nacional está interviniendo también el Colegio de Ingenieros Navales para avalar la tecnología de punta con que se trabaja en el país.
Y aunque una de las dificultades a que podría aludir Pemex es la falta de financiamiento, lo cierto es que ninguna de las firmas ha tenido problema alguno para construir o ampliar la infraestructura ni para cubrir los contratos que mantienen.
Se diría, pues, que el problema es el desmedido amor de Pemex por la causa española.
A quién le importan las campañas armadas en el país ibérico contra la pretensión de la paraestatal de aumentar su porcentaje en el capital de la petrolera Repsol para alcanzar casi el 10 por ciento.
¿Se acuerda usted que el actual ministro de Hacienda de la nación peninsular, Cristóbal Montero, de plano señaló que no le gustaba la posibilidad? ¿Se acuerda de la defensa apasionada de la "hispanidad" de la composición accionaria de la compañía realizada por tirios y troyanos?
Ahora que necesitaríamos el doble de espacio sólo para enlistar las empresas españolas que han recibido contratos públicos en el país, ya en materia de distribución de gas natural, de generación eléctrica, de construcción de infraestructura, de operación de aeropuertos…
¿Nos renació el amor por la Madre Patria? ¿Reencarnó la Malinche en el gobierno?
BALANCE GENERAL
¿Se acuerda usted que hace unas semanas, en la sorpresa, el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean, señaló que no le teme a la posibilidad de una tercera o cuarta cadenas de televisión abierta en el país?
Bien, pues la apertura obedece al condicionamiento colocado en la mesa por la Comisión Federal de Competencia para autorizar la fusión de Televisa con Iusacell, en afán de colocarle tienda de enfrente a Teléfonos de México en materia de servicios de banda ancha. Por votación dividida de cuatro votos a uno, presumiblemente el del presidente del organismo, Eduardo Pérez Motta, la CFC le colocó adicionalmente media docena de candados más a la operación que permitirá dividir la participación accionaria en partes iguales.
Estamos hablando de no discriminar la venta de publicidad, lo que implicaría abrirle espacio nuevamente a las empresas del magnate Carlos Slim, a MVS y en general a cualquier firma de telecomunicaciones.
Más allá, se prohibe atar ventas de la firma conjunta Televisa-Iusacell, es decir Total Play, con televisión restringida; separar la administración de la firma de Televisa y el Grupo Salinas; separar la venta de contenidos de televisión abierta y restringida de Televisa y Televisión Azteca.
Total Play dejaría, en la exigencia, de ser propiedad de la sociedad entre Televisa y el Grupo Salinas, planteándose la colocación de las acciones en un fideicomiso neutro, aunque sin especificarse quién tomará decisiones.
Candados, pues, a granel.
Por lo pronto, mientras Televisión Azteca señala que nunca ha estado en contra de la libre competencia y que le parecen excesivas onerosas y muy duras las provisiones, Televisa dice que estudiará las condiciones para ver si las acepta.
GOLPAZO A VITRO
La noticia es que al juez Harlin Hale de la Corte de Bancarrotas del norte de Texas emitió ayer una sentencia contraria a la petición del Grupo Vitro de homologar el convenio de reestructura pactado con sus acreedores que le permitían salir del concurso mercantil a que se había acogido voluntariamente, en el capítulo XI de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
De acuerdo al togado, el convenio avalado por autoridades judiciales mexicanas es "abiertamente contraria a la ley de Estados Unidos".
En el terrero práctico la posición implica que no habrá protección para las filiales de la empresa mexicana en el país vecino frente a demandas de fondos "buitre" que tienen en su poder bonos de deuda adquiridos en los mercados secundarios a 11 centavos de dólar.
CÓMER SIN COSTCO
Prevista desde el 2009 la posibilidad, dadas las dificultades financieras que enfrentaba la cadena de tiendas Comercial Mexicana tras estallarle una serie de apuestas riesgosas en los mercados de derivados, finalmente la firma se decidió a vender su participación accionaria en las tiendas Costco.
La compradora será la misma que vendió las acciones, es decir Costco Wholesale.
El anuncio disparó el precio de los papeles de la Cómer.
albertobach@yahoo.com.mx
