LA CONSTITUCION Y LA DICTADURA
Mar de Fondo
El Estado moderno es una estructura social que alberga dentro de si otras agrupaciones humanas sociales con un grado inferior de responsabilidad pública, como la familia, las sociedades civiles y mercantiles, las universidades, los sindicatos, etc., pero que no debe colocarse sobre ellas como una superestructura, sino como un complemento coherente y armonizador, sin destruirlas ni absorberlas. Esta función del estado es de respeto y de complemento, no de destrucción ni de remplazo.
La esencia de un verdadera republica democrática radica en una organización que garantice la distribución equilibrada del vasto poder público que le ha sido conferido al Estado, por lo que sanamente han prosperado los Estado contemporáneos que distribuyen su capacidad de acción en los denominados poderes legislativos, judiciales y ejecutivos.
Cada uno de estos tres órganos supremos de gobierno reproduce a su vez en su interior una distribución de responsabilidades bajo un principio antitotalitario que evita la acumulación de poder en pocas manos con el fin especifico que distingue al Estado en virtud de su actividad. Este fin es el bien público de las personas que forman su población.
La marina mercante y su gente de mar, hemos sido testigos en demasiadas ocasiones de los efectos de la humana tendencia a la autocracia y al totalitarismo, generando paradigmas y hasta verdaderas doctrinas que tienen como plataforma la profunda convicción de que la marina mercante es una actividad civil y mercantil que debe ser regulada por una entidad del Gobierno distinta a la militar.
Pero en congruencia con lo anteriormente expuesto, tampoco es tolerable entonces para los marinos mercantes en lo individual y en lo colectivo guardar un silencio cómplice cuando esa otra noble vocación por el mar se ve amenazada por grupos que proponen la modificación de la organización del Estado Mexicano para favorecer la concentración del poder militar y naval en un solo individuo distinto al titular del poder ejecutivo.
Tomando en cuenta que nuestro territorio marítimo es un patrimonio nacional que requiere de personas, buques y organizaciones civiles extraordinariamente especializadas en su uso, aprovechamiento y explotación, es evidente que ha sido un acierto por parte del Estado Mexicano consolidar una Secretaria de Estado igualmente especializada pero en el ejercicio del poder naval militar y en la defensa de nuestro territorio en contra de amenazas externas e internas.
No hace falta demasiado sentido común para darse cuenta el futuro que le aguarda a quienes estando encerrados con un león le apuestan a ser los ultimo en ser devorados, como nación somos demasiado viejos para ignorarlo y lo suficientemente joven para evitarlo.
Nuestro congreso en su tardía adolescencia, necesita sin saberlo, de la opinión calificada de cada uno de sus representados, les invito en forma atenta y respetuosa ha producirla de modo tal que garanticemos lo libertad de poder seguir haciéndolo para las futuras generaciones de Gente de Mar.
francisco riveros
Mar de Fondo
El Estado moderno es una estructura social que alberga dentro de si otras agrupaciones humanas sociales con un grado inferior de responsabilidad pública, como la familia, las sociedades civiles y mercantiles, las universidades, los sindicatos, etc., pero que no debe colocarse sobre ellas como una superestructura, sino como un complemento coherente y armonizador, sin destruirlas ni absorberlas. Esta función del estado es de respeto y de complemento, no de destrucción ni de remplazo.
La esencia de un verdadera republica democrática radica en una organización que garantice la distribución equilibrada del vasto poder público que le ha sido conferido al Estado, por lo que sanamente han prosperado los Estado contemporáneos que distribuyen su capacidad de acción en los denominados poderes legislativos, judiciales y ejecutivos.
Cada uno de estos tres órganos supremos de gobierno reproduce a su vez en su interior una distribución de responsabilidades bajo un principio antitotalitario que evita la acumulación de poder en pocas manos con el fin especifico que distingue al Estado en virtud de su actividad. Este fin es el bien público de las personas que forman su población.
La marina mercante y su gente de mar, hemos sido testigos en demasiadas ocasiones de los efectos de la humana tendencia a la autocracia y al totalitarismo, generando paradigmas y hasta verdaderas doctrinas que tienen como plataforma la profunda convicción de que la marina mercante es una actividad civil y mercantil que debe ser regulada por una entidad del Gobierno distinta a la militar.
Pero en congruencia con lo anteriormente expuesto, tampoco es tolerable entonces para los marinos mercantes en lo individual y en lo colectivo guardar un silencio cómplice cuando esa otra noble vocación por el mar se ve amenazada por grupos que proponen la modificación de la organización del Estado Mexicano para favorecer la concentración del poder militar y naval en un solo individuo distinto al titular del poder ejecutivo.
Tomando en cuenta que nuestro territorio marítimo es un patrimonio nacional que requiere de personas, buques y organizaciones civiles extraordinariamente especializadas en su uso, aprovechamiento y explotación, es evidente que ha sido un acierto por parte del Estado Mexicano consolidar una Secretaria de Estado igualmente especializada pero en el ejercicio del poder naval militar y en la defensa de nuestro territorio en contra de amenazas externas e internas.
No hace falta demasiado sentido común para darse cuenta el futuro que le aguarda a quienes estando encerrados con un león le apuestan a ser los ultimo en ser devorados, como nación somos demasiado viejos para ignorarlo y lo suficientemente joven para evitarlo.
Nuestro congreso en su tardía adolescencia, necesita sin saberlo, de la opinión calificada de cada uno de sus representados, les invito en forma atenta y respetuosa ha producirla de modo tal que garanticemos lo libertad de poder seguir haciéndolo para las futuras generaciones de Gente de Mar.
francisco riveros
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